El Integrated Systems Europe (ISE) ha abierto puertas en el recinto de Gran Via de Fira de Barcelona con la superficie expositiva más grande de su historia, ocupando seis de los ocho pabellones del complejo ferial, con un total de 57.000 metros cuadrados, un 30% más respecto al año pasado. “Este será el ISE más grande que hemos hecho jamás”, ha contado su director general, Mike Blackman, recién inaugurada la edición de este año.
Como se puede comprobar en el recinto de L’Hospitalet de Llobregat hasta el viernes, lejos quedan los 4.000 metros cuadrados del pabellón 2 que ocupó en 2021, su primera vez en Barcelona, y también se superan los 45.000 metros cuadrados repartidos en cinco pabellones del año pasado. De hecho, los estands más grandes este año serán los de Samsung, con 1.700 metros cuadrados, y LG Electronics, con 1.100 metros cuadrados. Echando la mirada aún más atrás, en la edición de 2004, todo el salón sumaba la misma superficie que el que ahora tienen ambos expositores.
El bullicio se ha notado desde primera hora de la mañana, con colas para pasar los controles e imprimir las acreditaciones, un complemento ferial que la pandemia aseguró que no volvería pero que la costumbre no ha podido eliminar. En la entrada, un DJ daba la bienvenida a los asistentes con una potencia envidiable y un tanto sorpresiva, especialmente para los más madrugadores.
Los pasillos se han llenado pronto de congresistas, con la previsión de superar los 50.000 asistentes y registrando un tímido regreso de los que vienen de China, y los estands han empezado a mostrar sus mil y una propuestas tecnológicas para la industria audiovisual, desde pantallas de todo tipo hasta altavoces inmensos, micrófonos, focos… Todos los dispositivos y un sinfín de complementos que uno se pueda imaginar que están relacionados con el sonido y la imagen encajan en el ISE.
Mappings, soluciones de realidad virtual y realidad aumentada, y dispositivos con sonido envolvente se han ido colando entre los más de 1.055 expositores que participan en esta edición, un 25% más que en 2021. Los grandes protagonistas de este año son Samsung, LG, Crestron, Panasonic, Lang, Epson —ha hecho un guiño a Gaudí en su estand con una pantalla enorme ocupada por el dragón del Park Güell—, Harman, Philips, Sharp y Leyard.
Con tantas gafas de realidad virtual, ha habido quien se las ha puesto para ver los castellers de Vilafranca del Penedès, con el sonido de la gralla incluido. También ha habido quien se ha atrevido a sumergirse en el mundo de los sueños con una experiencia creada por el grupo Lavinia y la startup Univrse. Con muy poco, los usuarios han podido sentir que subían en un ascensor, pisaban el cielo o se viajaban en un tren. La empresa emergente también se ha encargado de la exposición immersiva de Dalí en el Ideal y hará una en Madrid sobre Sorolla.
Más de 560 millones captados de inversión extranjera
La feria audiovisual, la más grande de Europa, ha vuelto a convertir a Barcelona en la capital mundial del sector, un liderazgo que ya se nota en el tejido local. Multinacionales como Infiled, LiveU, Btech, Maestra Group, Lang, Aztec y Aoto son algunas de las que han abierto oficinas en la ciudad desde la llegada del ISE.
Según un estudio de Acció presentado en el salón, el sector audiovisual catalán ha captado 566 millones de euros de inversión extranjera en los últimos cinco años, casi un 20% más que en el quinquenio anterior. Concretamente, entre 2018 y 2022, se han atraído 84 proyectos, un 53% más, con la creación de unos 5.000 puestos de trabajo. En total, hay unas 3.700 empresas audiovisuales, con una facturación de 7.077 millones de euros (2,9% del PIB catalán) y una plantilla de 32.500 empleados.
En Catalunya, hay unas 3.700 empresas audiovisuales, con una facturación de 7.077 millones de euros (2,9% del PIB)
Uno de los signos de esta consolidación es la retención de talento. El presidente del Clúster Audiovisual de Catalunya, Miquel Rutllant, señala que los profesionales que forman centros como la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y La Salle antes se iban para trabajar en otros países, pero ahora se pueden quedar aquí. Muestra de ellos es la llegada de centros de formación internacionales como LCI Education, que abrirá un campus en el 22@.
También demuestra la madurez del sector la expansión a nuevas aplicaciones audiovisuales. Por ejemplo, Ditec, una empresa que lleva muchos años dedicándose al sector audiovisual, ha dado el salto al sector sanitario y ha creado una solución para retransmitir operaciones en directo. Asimismo, Herta, una spin-off de la UPC que empezó hace 12 años utilizando tecnología de reconocimiento facial para el sector de la seguridad, ahora la aplica a tiendas, interpretando las emociones de los clientes cuando ven el escaparate —desde tristeza y enfado hasta sorpresa y alegría— y determinando su perfil sociológico, lo que permite extraer información sobre hábitos de consumo o filtrar la publicidad.
Los platós son otro de los elementos que se están renovando, subraya Rutllant. Ya no todo depende de los cromas verdes y, apoyándose en tecnología desarrollada por el sector de los videojuegos, se pueden crear escenas de manera más rápida y menos costosa. En ese sentido, Mediapro ha anunciado que abrirá centros de producción virtual en Barcelona, Madrid, Nueva York y Miami entre 2023 y 2024. En Barcelona, invertirá 3,5 millones de euros para crear un plató de 500 metros cuadrados con 235 metros cuadrados de pantallas LED.
Y hasta hay quien va más allá del sonido y la imagen, las principales aplicaciones que se ven en el ISE, y prueba otro sentido como el olfato. Air Parfum, empresa del grupo Puig, ha desarrollado una máquina que permite oler diferentes productos sin que uno quede atontado y ya no sepa distinguirlos —pasa a partir de probar cuatro fragancias—. Está pensada para tiendas que venden colonias, pero también para museos. Concretamente, han desarrollado un piloto para el Museo del Prado en el que se pueden oler las diferentes plantas y flores que hay en un cuadro de Rubens, incluida la mofeta que el artista pintó, sin duda alguna, sin saber que algún día podría ser experimentada, desgraciadamente, con toda su potencia.