Los efectos del cambio climático se sienten principalmente en la meteorología. En Catalunya esto se traduce en veranos extremadamente cálidos, mucho más prolongados de lo que era habitual, y en periodos de sequía muy extensos. Para los agricultores, además, también supone un impacto directo en su actividad profesional, provocado por la ausencia casi absoluta de precipitaciones y los picos de temperatura cada vez más altos y sostenidos en el tiempo.
Es el caso, por ejemplo, de los productores de cítricos, cuya producción se prevé que sea de 5.754 millones de toneladas. Esto es un 0,4% más que el año anterior, pero un 14,4% menos que la media de las últimas temporadas y la segunda peor campaña en once años en España. “Aunque prevemos que la sequía nos afecte menos que a otras regiones, ya que las Terres de l’Ebre será de los lugares en los que las sequías y la falta de agua menos se notarán, también tenemos que adaptarnos”, explica Oscar Navarro, director de Explotacions Agrícoles Oscar Navarro. En este contexto, esta empresa con sede en Amposta (Montsià), ha adquirido una finca para producir cítricos de forma sostenible. Para llevar a cabo la inversión, la compañía ha contado con el apoyo del Institut Català de Finances (ICF).
La adquisición y puesta a punto de esta finca forma parte de un proyecto internacional llamado Zitrus. Se trata de una iniciativa internacional auspiciada por la WWF —un organismo no gubernamental dedicado a la conservación del medio ambiente— que comenzó en la zona de Doñana. El programa persigue la producción de cítricos de forma más sostenible, basada en la reducción de agua, pesticidas y en la conservación de la biodiversidad. En el proyecto también participa el gigante alemán de la gran distribución Edeka.
La apuesta por la sostenibilidad y la escasez de lluvia en otras zonas de la península Ibérica son, de hecho, oportunidades para el negocio de los agricultores de Terres de l’Ebre. “La falta de agua, los problemas con los pesticidas y la contaminación en diferentes zonas como Doñana o el Mar Menor pueden ser una oportunidad”, indica Navarro. El empresario también destaca que en esta región de Catalunya se produce mucho cítrico —aunque “en la gran mayoría del territorio, esto se desconoce”— sobre todo clemenules (una variedad de mandarina) que se producen en los meses de noviembre y diciembre.
Los orígenes de Explotacions Agrícolas Oscar Navarro se remontan al padre del actual director. El fundador de la compañía era exportador de fruta y las propias cadenas de supermercados le animaron a que diera el paso de cultivar también el producto. Navarro compró un almacén para manipular y envasar la fruta y, en poco tiempo, adquirió fincas para abarcar también la actividad agrícola. En la actualidad la empresa familiar gestiona 212 hectáreas de cultivos entre cítricos y verduras y su principal mercado es el alemán, aunque también tiene presencia en Holanda, Francia, Noruega, Inglaterra, Polonia, la República Checa y Austria.
Apoyo del ICF a los agricultores
Desde el otoño pasado, el ICF, en colaboración con el Departament d’Acció Climática, ha formalizado cerca de 1.300 operaciones de financiación por un importe de 77,5 millones de euros a través de la línea ICF Agroliquiditat. Estos créditos están dirigidos a trabajadores autónomos y empresas agrarias y agroalimentarias para paliar los efectos del incremento del precio de las materias primas y los combustibles, así como las consecuencias del cambio climático. La línea cuenta con intereses bonificados por el Departament d’Acció Climática, Alimentació i Agenda Rural.
Las comarcas de Lleida, con el 56%, y, en segundo lugar, las Terres de l’Ebre, con el 12%, son los territorios que concentran la mayoría de las operaciones. En cuanto al tipo de actividad, el cultivo de fruta de hueso y cereal son los que más préstamos han recibido. Hace unos meses la línea de financiación se ha ampliado en 20 millones.