El nuevo fragmento de quilla desenterrado durante las obras de la Ciutadella del Coneixement. © Elena Pastor

La quilla de un posible segundo barco medieval emerge en las obras de la Ciutadella del Coneixement

El fragmento de madera se ha desenterrado durante el proceso de extracción de las piezas de la embarcación del siglo XV descubierta hace unas semanas en el mismo solar

El subsuelo de Barcelona sigue escondiendo restos y huellas de una ciudad con miles de años de historia. En el solar donde se ubicará el futuro centro de investigación científica de la Ciutadella del Coneixement,  los arqueólogos han hecho un nuevo y sorprendente descubrimiento, después de la embarcación del siglo XV desenterrada hace unas semanas y bautizada como Ciutadella I. Ahora, en este espacio ha aparecido el fragmento de una quilla, la pieza de madera que actúa como columna vertebral de un barco al conectar la popa con la proa. Una pieza que se ha encontrado separada del barco Ciutadella I, motivo por el cual los arqueólogos trabajan con la hipótesis que podría pertenecer a una segunda embarcación medieval, aunque no se descarta que pueda ser una parte desmembrada de la nave ya encontrada.

La quilla, de casi tres metros y medio de longitud y treinta centímetros de ancho, se encontró durante el proceso de extracción de las piezas del barco medieval descubierto a mediados de abril. La pieza había quedado enganchada a uno de los pilotos de las obras, con el riesgo de que se fracturara si se continuaba excavando sin precaución. En aquel momento, los arqueólogos procedieron a excavarla manualmente para poder liberarla con éxito y, una vez asegurada, una máquina excavadora facilitó su extracción definitiva. En uno de los extremos de la quilla se puede observar una junta que indica que la pieza encajaba con una rueda de proa o de popa, un detalle que apunta que el fragmento se trata de un extremo de la quilla y no de una elemento central.

A pesar de que el fragmento se encuentra en un buen estado de conservación, los arqueólogos no podrán determinar si se trata de una parte desmembrada del barco medieval Ciutadella I o de una segunda nave hasta de aquí a seis meses o un año, una vez se haya realizado un estudio detallado de la estratigrafía y el análisis de los materiales. Una de las características más destacadas de esta nueva pieza, según ha comentado Santiago Palacios, arqueólogo que dirige la excavación, es la presencia de un surco longitudinal cortado en la parte superior de la quilla. Una característica que corresponde a la forma en la que se construían los barcos de gran tonelaje destinados a rutas comerciales según la tradición atlántica, mientras que los restos del barco bautizado como Ciutadella I apuntaban que se trataría de una nave de tipología mediterránea.

Tras este segundo descubrimiento, el Servei d’Arqueologia de Barcelona, que lidera el proceso de conservación del barco con la empresa Arqueòlegs.cat, no descarta poder desenterrar nuevos fragmentos durante las obras de la Ciutadella del Coneixement, ya que calculan que todavía queda un 15% por excavar de los 7.000 metros que ocupan las obras. En paralelo a la excavación arqueológica de la totalidad del solar, los arqueólogos continúan con los trabajos de restauración de la embarcación encontrada a mediados de abril.

A pesar de que las maderas del barco medieval son “bastante consistentes”, según la restauradora Delia Eguiluz, se trata de un proceso delicado, ya que la madera, a pesar de ser un material empleado para la construcción naval a lo largo de toda la historia, se deteriora rápidamente cuando entra en contacto con el aire. Por este motivo, las piezas se extraen y se depositan de forma inmediata en piscinas de agua habilitadas alrededor de la excavación, que permiten mantener los fragmentos en un medio húmedo. Además, un sistema de riego constante asegura que los fragmentos de la nave que todavía no se han extraído puedan conservarse en condiciones óptimas, así como también la nueva quilla encontrada.

El equipo de arqueólogos calcula que el proceso de extracción de las piezas de la embarcación Ciutadella I podría completarse en dos semanas. © Elena Pastor

De momento ya se han extraído las dos piezas verticales que atraviesan la nave, y actualmente se están retirando los treinta fragmentos horizontales que componen la embarcación. El equipo de arqueólogos prevé que la extracción de todas las piezas se pueda completar en un plazo máximo de quince días. Posteriormente, las piscinas de agua se trasladarán al centro de conservación de la Zona Franca, donde se depositarán dentro de unos contenedores para la limpieza intensiva de todas las maderas.

Con todo, se calcula que el proceso de conservación de la embarcación se alargará unos cinco años, ya que también se les aplicará resina para que las piezas puedan conservarse en seco, e incluso ser expuestas en un museo, como las del barco medieval Barceloneta I, encontrado en unas obras próximas a la estación de França y actualmente expuesto en el Museu d’Història de Barcelona. Para poder estudiar la embarcación sin manipular sus piezas directamente, el equipo de Arqueòlegs.cat ha elaborado un modelo tridimensional del barco, que permite visualizarlo desde todos los ángulos con una gran precisión, así como preservar digitalmente los restos tal y como han sido encontrados.

El equipo de arqueólogos calcula que todavía queda alrededor de un 15% del solar por excavar. © Elena Pastor

En este solar donde se realiza la excavación arqueológica, a cinco metros bajo el nivel del mar, se ubicará el futuro aparcamiento subterráneo de BSM, empresa pública que ya gestionaba el antiguo parking que durante años había ocupado este espacio, donde históricamente se había situado el Mercat del Peix. Las excavaciones arqueológicas, sin embargo, no tienen que atrasar el curso de las obras que se están desarrollando en este espacio, con la previsión de finalizarlas a inicios del año que viene, para que el aparcamiento pueda entrar en funcionamiento durante el primer trimestre de 2026. Posteriormente, se levantarán los tres edificios que conformarán el puntero centro de investigación, con profesionales del Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PRBB), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST) y la Universitat Pompeu Fabra (UPF).