Convertirse en líderes del sector de los refrescos de te y duplicar el consumo de estos productos de cara a 2030. Este es el objetivo que persigue Coca-Cola con Fuze Tea, tras una de las separaciones empresariales más trascendentes de los últimos años. Los tes listos para beber llegaron a España en la década de los 1990, liderados sobre todo por Nestea, producto fruto del acuerdo de Nestlé con Coca-Cola, un acuerdo de más de treinta años que se rompió a finales de 2024. Nestlé anunció que seguiría comercializando bajo el nombre de Nestea, a través de un acuerdo con Damn para distribuir este producto. Sin embargo, la receta original se la quedaría Coca-Cola, que vendería bajo el nombre de Fuze Tea, marca que comercializaba en otros países.
Desde enero, la multinacional estadounidense se ha lanzado a comercializar y promocionar este nuevo producto, recordando que la fórmula original es propiedad de Coca-Cola. Desde 1999, la receta se elabora en el centro de I+D que la compañía tiene instalado en Bruselas, fórmula a partir de la cual se fabrica y distribuye en más de 90 países. De hecho, una cata a ciegas de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) certificó que los consumidores identificaban el Fuze Tea como aquella bebida que conservaba el sabor originario, frente a sus competidores.
“Fuze Tea conserva el sabor de siempre, para fabricarla no hemos tenido que realizar ninguna inversión, más allá de cambiar el tapón y las etiquetas”, asegura Manuel Mogollón, director de la fábrica de Coca-Cola Europacific Partners en Barcelona. La planta que tiene el gigante estadounidense ubicada en Martorelles (Vallès Oriental) es una de las seis que tiene el grupo en toda España —que cuenta con centros en Valencia, Sevilla, A Coruña, Tenerife y Bilbao—, desde las cuales se fabrica este nuevo producto. Concretamente, en la planta catalana se fabrican dos de los seis sabores que se comercializan por toda la península: el sabor original, y el bajo en calorías y sin azúcares.
Aunque la compañía no ha querido revelar los datos de ventas de estos primeros meses desde el lanzamiento, ha asegurado que la respuesta de supermercados y consumidores está siendo muy positiva. “Todos los supermercados españoles están priorizando Fuze Tea frente a la competencia”, asegura Javier Murga, Associate Director Category Management de Fuze Tea en Coca-Cola Europacific Partners. Para consolidar el producto en el sector de la hostelería, la multinacional tiene previsto desplegar 30.000 kits de activación en todo el territorio español.
Además, la apuesta de Coca-Cola por este nuevo producto también ha tenido una repercusión directa sobre los hábitos de consumo de estos refrescos de los españoles. Según los últimos datos de Nielsen, en los primeros dos meses del año el consumo de refrescos de te —que incluye tanto las ventas de Fuze Tea como de otras bebidas de la misma categoría— incrementaron un 4,1% en Catalunya.
De cara a 2030, la ambición de la multinacional es duplicar el consumo de estos productos. Desde Coca-Cola, aseguran que es un sector que todavía tiene oportunidades de crecer, ya que el consumo de tes listos para beber en España todavía está lejos de otros países europeos. En Italia, por ejemplo, se consume el doble de estas bebidas, y en Bélgica, el triple. Una ambición que perseguirán a través de estrategias como la fabricación de nuevos envases que sean capaces de adaptarse a las diferentes situaciones de consumo —aunque la comida sigue siendo la ocasión en la que más se bebe este tipo de producto—, con el objetivo de “desestacionalizar estas bebidas, que todavía están muy asociadas al verano”, según Murga.

Además, la compañía también quiere sorprender a los consumidores con nuevos sabores. Coca-Cola prepara el lanzamiento de un nuevo sabor, el mango-piña, que hasta ahora solo se podía encontrar en las Islas Canarias, y que llegará a los supermercados de la península y Baleares esta semana. Un lanzamiento que responde a las preferencias tropicales del cliente, que en su mayoría son jóvenes de entre 18 y 34 años, ya que el sabor te verde-maracuyá es el que más está creciendo en España de los seis que comercializa actualmente la marca.
Aunque la fórmula de Fuze Tea es una receta global, presente en los supermercados y restaurantes de más de 90 países, la bebida se fabrica localmente en cada una de las plantas que tiene la compañía en Europa. La de Martorelles (Vallès Oriental), pese a ser la más joven de la península —inaugurada en el año 2006—, es una de las más grandes de Europa por tamaño y capacidad de producción, ya que cada año produce más de 120 millones de cajas de latas, cada una de las cuales contiene 24 bebidas. Solo hay ocho plantas en toda Europa que sean capaces de alcanzar niveles de fabricación como los de la planta catalana.

Con más de 500.000 metros cuadrados de superficie, la fábrica da trabajo a un total de 514 empleados, acompañados por máquinas y robots que, a gran velocidad, producen, envasan y distribuyen Fuze Tea, así como de las otras marcas que pertenecen a la marca, como Fanta o Aquarius. El refresco de te frío de Coca-Cola se envasa en cinco formatos diferentes en cuatro de las once líneas de producción que tiene la planta catalana.
Latas, botellas de vidrio y de plástico circulan a toda velocidad por las cintas de la planta, bajo la atenta mirada de los trabajadores y brazos robóticos que ayudan a transportar el producto de un lado a otro. La planta de Martorelles fabrica, de media, 6.000 litros por hora de Fuze Tea en su formato de vidrio retornable.

Un engranaje calculado para asegurar la calidad del envase y la bebida. Así, pese a que la fabricación está automatizada, un equipo de catadores se encarga de certificar que el sabor original se mantenga en cada una de las latas y botellas que sale de la planta de Martorelles. El equipo de trabajadores, además, cada tres meses, debe superar pruebas para certificar que mantienen sus capacidades para detectar cambios en las bebidas, a través de una cata a ciegas de productos que han sido modificados con aromas, para comprobar si son capaces de identificarlos.
En época estival, la fábrica multiplica su producción, y trabaja de lunes a domingo para responder a una demanda creciente. De hecho, Mogollón ha enfatizado que la planta del Vallès Oriental tiene la capacidad de fabricar cualquier sabor de los seis que se comercializan de este refresco en España si la demanda así lo requiere.