El empresariado catalán mantiene la prudencia respecto a la evolución de la economía que manifestaron hace un año con el estallido de la guerra en Ucrania y la llegada de una inflación que no se veía desde hace décadas, según consta en el último informe Perspectivas Catalunya 2022, realizado por KPMG en colaboración con la CEOE. En 2022, un 59% de las compañías valoraba la situación económica como regular, porcentaje que este 2023 ha subido hasta el 67%, de la misma manera que los que la consideran buena se ha reducido del 24% al 19%. “Los principales organismos internacionales apuntan a que los factores que hicieron de 2022 un año complejo se prolongarán a lo largo de 2023”, señala el socio responsable de KPMG en Catalunya, Francisco Gibert.
A pesar de que el contexto no acompaña, las compañías prevén aumentar sus ventas, como pasó en el ejercicio anterior, con una proporción similar, con el 77% de los empresarios esperando ingresar más este 2023, siete puntos más que la media española. En lo que no se muestran tan optimistas es en la inversión y el empleo, con previsiones más moderadas respecto a 2022. “Las previsiones de los empresarios catalanes apuntan a una desaceleración del crecimiento tanto en el ámbito estatal como catalán”, continúa Gibert. Según la encuesta, un 45% de las compañías invertirá más, 19 puntos porcentuales menos que en 2022, y un 34% ampliará su plantilla, 14 puntos por debajo del año pasado.
La inflación es una de las principales preocupaciones para este ejercicio, sin importar que se espere una moderación a lo largo de este 2023. El 63% de los empresarios cree que la subida de precios tiene un impacto considerable en el margen de beneficios, por lo que el 64% de las compañías ha incrementado sus precios y un 21% prevé hacerlo en los próximos meses. Asimismo, el 48% de los participantes ha renegociado sus contratos con proveedores y un 35% lo hará este año. En línea con esta respuesta a la inflación, las adquisiciones y las joint venture se moderarán en comparación con 2022, mientras que las fusiones y las desinversiones se incrementarán este año.
En este entorno de incertidumbre mezclada con pesimismo, el empresariado de Catalunya ve una oportunidad en la digitalización y la transición energética. Cuando se les pregunta por sus prioridades este año, un 56% menciona la transformación digital y un 41%, la adopción de medidas de sostenibilidad, incluyendo estos ejes en sus planes de inversión. No obstante, la digitalización también conlleva riesgos, como se está comprobando estos días con el ciberataque al Hospital Clínic, y un 39% de las compañías encuestadas indica que ha sufrido algún ciberincidente en los últimos 12 meses. Así, el 47% destinará recursos a la protección de su estructura.
Una cuestión que también preocupa y está relacionada con la digitalización es la falta de talento preparado para hacer frente a la nueva realidad empresarial. Un 60% de las empresas reconoce que está teniendo dificultades para incorporar los profesionales que necesita, con un 69% advirtiendo que esta situación pone en riesgo su crecimiento. Para revertirlo, un 20% de las organizaciones pondrá el foco en ofrecer un proyecto profesional atractivo; un 19% apostará por la flexibilidad, y un 16% se centrará en la promoción interna. Sobre estos dos últimos aspectos, un 45% de los empresarios valora que el modelo de trabajo más común en los próximos años será el híbrido, con mayor peso de la presencialidad, y un 47% indica que cuenta con programas de reskilling para sus profesionales.
Las principales demandas de los empresarios a las administraciones están relacionadas con medidas para mitigar la inflación, con un 45% pidiéndolas, pero destacan también las relacionadas con la inversión en infraestructuras, siendo la única región de España que las tiene entre las peticiones más urgentes. “En la comunidad autónoma que más contribuye a las exportaciones españolas, representando más del 25% del total, otro de los elementos que contribuirá a dinamizar la economía son las infraestructuras, un área en la que los empresarios catalanes piden mayor inversión”, remarca Gibert. Son ejemplos el corredor mediterráneo, los nuevos accesos ferroviarios al Port de Barcelona o el Aeropuerto de El Prat: “Estas inversiones son clave para que Catalunya potencie su mercado exterior, atraiga inversión y se consolide como destino turístico de calidad internacional”.