Avinguda Mistral
La Avenida Mistral, en el barrio de Sant Antoni. © thNBP
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Los viejos caminos de Barcelona

Un libro recupera 21 recorridos de senderismo urbano a través de las vías que desde los romanos han comunicado la ciudad

Un nuevo y original libro sobre Barcelona se presentó hace unos días en el mercado de Sant Antoni. Se trata de Els camins antics de Barcelona, en el que su autor, Xavier Martínez i Edo, recopila 21 itinerarios de lo que él denomina “senderismo urbano” y que recorren antiguos caminos que en parte han llegado hasta nuestros días fosilizados en la trama callejera de la ciudad.

Se trata de caminos que la historia urbanística de Barcelona ha sumergido en su mayor parte bajo la alfombra del Eixample. Se forjaron durante dos milenios a partir de las vías romanas —algunas de ellas aprovecharon el trazado de antiguos caminos íberos— y que tuvieron su continuidad durante la edad media.

Tramos de algunos de ellos han sobrevivido hasta nuestros días, especialmente en Ciutat Vella, pero también en otros núcleos históricos como Gràcia, Sant Andreu, Horta, Les Corts, Sarrià o Sants. Igualmente, en algunos puntos del Eixample, como la actual Avenida Mistral, que en esta zona rompe la cuadrícula de Cerdà y cruza en diagonal desde Viladomat hasta el Paral·lel.

Tramos de algunos de ellos han sobrevivido hasta nuestros días, especialmente en Ciutat Vella

La Avenida Mistral es la heredera de la Via Augusta romana, en concreto del ramal que en época medieval partía de la puerta de la muralla de Sant Antoni, situada en la actual calle del mismo nombre, y discurría hacia el Llobregat, a través de lo que hoy son la citada avenida, Creu Coberta y la carretera de Sants. Esta variante de la Via Augusta se conocía en la edad media como Camí Ral d’Aragó y también por Via Morisca, al ser la que llevaba a las tierras musulmanas de la península. En el siglo XVIII, se convirtió en la carretera de Madrid, proyectada por Carlos III.

De hecho, bajo las tripas del mercado de Sant Antoni, se conserva un tramo de la Via Augusta original que los asistentes a la presentación del libro pudieron, de forma excepcional, visitar, ya que se encuentra inexplicablemente cerrada al público. Este tramo del antiguo camino romano fue descubierto durante las excavaciones arqueológicas que tuvieron lugar como consecuencia de la reforma del mercado, que sacaron a la luz también parte del antiguo baluarte de Sant Antoni. Esta parte de la muralla sí es visitable. Aprovecho para reivindicar la apertura de los restos de la Via Augusta. Es parte importante de la historia de la ciudad y no se merecen permanecer cerrados a cal y canto, cuando su recuperación fue posible gracias a los impuestos de todos los barceloneses y tenemos derecho a conocerla.

No se trata de desvelar en este artículo todos los caminos y detalles narrados por Xavier Martínez. Es un libro para comprar, regalar y disfrutar y no para que sea objeto de spoilers. Solo me detendré en otro de los caminos romanos que miles de personas caminamos cada día, la gran mayoría sin saberlo. Se trata del Camí de Sant Cugat, que hoy aún puede seguirse a través del Portal de l’Àngel, Paseo de Gràcia, riera de Sant Miquel y cruza Vallcarca y Collserola. Según explica el autor, su destino era la fortaleza de Castrum Octavianum, que protegía el cruce de la Via Augusta con la Via Egara. En época medieval, se convirtió en el Camí Ral de Sant Cugat o de Montserrat, pues conducía hacia la Catalunya central.

En definitiva, el lector va a encontrar en este libro una nueva forma de descubrir Barcelona a través de esta trama de caminos que se extiende por todos los distritos de la ciudad y que, en palabras de Xavier Martínez, es una manera “estimulante y motivadora” de disfrutar de nuestro paisaje urbano y de dos milenios de historia a través del urbanismo. Y es que ya lo decía Machado: se hace camino al andar.

Passeig de Gràcia
Hoy aún puede seguirse el Camí de Sant Cugat a través del Portal de l’Àngel, el Paseo de Gràcia y la riera de Sant Miquel. © theNBP