En la futura normalidad, habrá que ir con tiempo a acontecimientos masivos como el Mobile World Congress (MWC). Ya no se podrá llegar justo ni esperar que las conferencias no hayan empezado todavía cuando se va tarde. Básicamente, porque todo parece indicar que el acceso a los recintos feriales requerirá hacerse pruebas rápidas de coronavirus, como ya han anunciado los organizadores de la feria de móviles, si finalmente se acaba celebrando este verano. El test en sí no dura mucho, pero hay que sumar los 15 minutos que dura la espera para saber si se da positivo o negativo.
La Cámara de Comercio, con el apoyo de Turisme de Barcelona y Fira de Barcelona, ha probado este jueves a pequeña escala en un encuentro en la Llotja de Mar cómo se puede recuperar la actividad en este sector, señalando cuáles pueden ser las herramientas necesarias para la reanudación de los congresos. Lo ha experimentado el mismo director ejecutivo del Integrated Systems Europe (ISE), Mike Blackman, uno de los asistentes. El ISE es la feria audiovisual más grande del mundo y se tenía que estrenar este 2021 en la capital catalana, pero, finalmente, se ha pospuesto hasta el año que viene, ante la incertidumbre que todavía provoca la pandemia.
Antes de entrar al acto en la Llotja, todos los asistentes han tenido que pasar por un recorrido, que ha durado menos de media hora. En primer lugar, en la entrada a pie de calle, se les ha tomado la temperatura, con uno de estos termómetros que parecen pistolas —ahora ya no se apunta a la frente y se hace a la muñeca, visualmente menos agresivo—. Después, los organizadores han facilitado una nueva mascarilla FFP2 y un bote de gel hidroalcohólico personal.
Una vez superados estos pasos, ha venido el momento clave, el del test de antígenos, que se ha realizado en carpas individuales. La espera para recibir el resultado vía SMS ha sido de unos 15 minutos. Esta ha acabado siendo la verdadera entrada al acto de la Llotja, que se tenía que enseñar en la puerta de la sala donde se hacían las charlas, una vez acabado el recorrido inicial. En la prueba de la Cámara han participado unas 200 personas y todas han dado negativo.
Más de 1.700 millones de impacto económico
El impacto económico de los 1.733 congresos que se celebraron en Barcelona en 2019 y sus más de 600.000 asistentes fue de 1.761,68 millones de euros, según datos del Barcelona Convention Bureau (BCB), programa de Turisme de Barcelona especializado en captar este tipo de visitantes. Antes de la pandemia, este sector generaba un volumen de negocio en Catalunya de alrededor 810 millones de euros anuales y ocupaba a 5.311 trabajadores. A estas cifras se tiene que sumar el impacto indirecto que tiene en otros sectores, como el transporte, la restauración y la hostelería. Concretamente, por cada 100 euros que se destinan, se producen 180 para el conjunto de la economía.
Todas estas cifras se han puesto en valor durante el acto en la Cámara, que ha contado con la participación de la presidenta de la corporación, Mònica Roca; el director del BCB, Christoph Tessmar; Mike Blackmam (ISE); el chef Nandu Jubany, y el epidemiólogo Oriol Mitjà. “Todos utilizamos los grifos de casa, pero pocos nos preguntamos de dónde viene el agua que sale de ellos. Con nuestro sector, pasa una cosa similar. Todos vivimos de él, pero no somos conscientes”, ha expuesto Tessmar. “Queremos dejar de ser un sector invisible”, ha defendido.
En 2019 se celebraron 1.733 congresos en Barcelona, con más de 600.000 asistentes y un impacto económico de 1.762 millones de euros, según datos del Barcelona Convention Bureau
Por todo esto, Cámara, Turisme de Barcelona y Fira de Barcelona han reclamado la reanudación de los congresos en Barcelona, de forma presencial y segura. Esta demanda se ha concretado en un manifiesto que, a estas alturas, ya han firmado más de 1.600 empresas, entidades y profesionales del sector. El manifiesto reivindica la necesidad de establecer un plan de acción que permita recuperar estos acontecimientos, basado en el uso de los test de antígenos.