A pesar de las lluvias de este año, la cosecha no ha sido buena, afectada desde hace años por una intensa sequía. Se han podido recuperar cepas que la falta de agua había dejado tocadas, pero se ha mantenido la reducción en la recogida de uva. Con menos producto disponible, las ventas de las bodegas de la Denominación de Origen Cava (D.O. Cava), con el Penedès como principal zona productora, se han resentido, con más de 149 millones de botellas vendidas los primeros nueve meses de 2024, un 12% menos que hace un año, cuando se habían situado en los 170 millones de botellas vendidas. La D.O. Cava, formada por casi 350 bodegas, agrupa más de 38.000 hectáreas de viña y 6.200 viticultores.
El mercado nacional ha resistido mejor, con 47,5 millones de botellas vendidas, lo que representa una disminución del 3,7%, mientras que se ha notado más en el internacional, con 101,6 millones de botellas vendidas que han supuesto una caída de casi el 16%. Especialmente significativa ha sido el descenso en Alemania, responsable de casi un 60% de la disminución registrada. Aquí entra de pleno la decisión de Freixenet de producir espumosos alternativos al cava en algunos de sus principales mercados internacionales como Alemania, pero también Suiza y Austria, ante la falta de uva. Si en Alemania se vendieron 22 millones de botellas en 2023, entre este enero y septiembre se ha bajado hasta los 9,9 millones de botellas. Con la contracción alemana, Bélgica ha pasado a liderar las ventas internacionales de cava, con 14,3 millones de botellas vendidas, un 3,6% menos que en 2023. Estados Unidos y Reino Unido completan el podio, con descensos también. Solo Suecia, Japón y Países Bajos han crecido.
No se prevé que la cifra de botellas vendidas suba mucho en lo que queda de año, a pesar de la campaña de Navidad, y habrá que esperar para ver un cambio de tendencia, según remarca, el presidente de la D.O. Cava, Xavier Pagés. “En el corto plazo, no espero que se vuelva a las cifras de antes”, explica Pagés, teniendo en cuenta que en 2023 las bodegas de la denominación de origen alcanzaron un nuevo récord, con 252 millones de botellas comercializadas y un volumen de facturación agregada de 2.200 millones de euros. Tal y como se esperaba, este será el último récord que batirá el sector del cava en los próximos años por la disminución del volumen de producción. Si en 2021 la vendimia de uva se situó en los 300 millones de kilos, este 2024 la cifra ha sido de 219 millones de kilos, casi un 30% menos en comparación con hace tres años.
Menos oferta también se traduce en precios más elevados, con un encarecimiento desde enero hasta septiembre de entre el 10% y el 15%, lo que implica un aumento en la facturación. “Las ventas han bajado en volumen, pero han subido en valor”, constata Pagés. En el caso de las exportaciones, el encarecimiento ha llegado a situarse en el 20%. A pesar del contexto desfavorable, el sector del cava ve aquí una oportunidad para la revalorización de la marca cava, un aspecto largamente reclamado por buena parte de las bodegas, que pide huir del volumen y apostar por la calidad. “No nos quedaremos sin producto, tenemos que escoger dónde lo vendemos y cómo”, recalca Pagés. En ese sentido, para 2025, se prevé que todos los cavas de guarda superior sean 100% ecológicos.