Vendimia DO Cava 2024 sector del cava
Las precipitaciones de primavera y un mayo y junio más frescos han ayudado a una buena maduración de la uva.

El sector del cava se prepara para una buena vendimia tras las lluvias

La cosecha de la uva en las bodegas de la D.O. Cava empezará en los próximos días y, en algunos casos, se alargará hasta principios de octubre

Aunque se esperaba una nueva mala vendimia, después de tres años de intensa sequía, las lluvias de los últimos meses han servido para dar un respiro a las viñas. Las bodegas de la Denominación de Origen Cava, con el Penedès como principal zona productora, esperan este 2024 una cosecha que se empezará a acercar a la normalidad. El buen tiempo, con un mayo y junio frescos y precipitaciones puntuales, permitirá obtener una uva de buena calidad después de que hayan podido seguir un adecuado proceso de maduración. La D.O. Cava, formada por casi 350 bodegas, agrupa más de 38.000 hectáreas de viña y 6.200 viticultores.

Será a principios de agosto cuando empiecen las primeras vendimias del sector del cava, pero el grueso se concentrará en septiembre, y también habrá quien esperará hasta finales de septiembre y principios de octubre, según las características de cada viñedo y sus variedades. El calor que ha llegado con fuerza en las últimas semanas afectará a las uvas, pero, si no se alarga mucho, las viñas resistirán, habiéndose recuperado con el agua que han ido recibiendo. De hecho, más allá de para obtener un buen producto, las lluvias también han servido para recuperar cepas que la sequía había dejado tocadas, con algunas ya al límite de su capacidad de supervivencia.

“El cambio climático está aquí encima. Cuando lo vives, parece que cada año va a ser así, pero aún no estamos en ese punto”, señala el presidente de la D.O. Cava, Javier Pagés, quien también pone en valor la resiliencia del cava, no solo capaz de superar la sequía, sino también los efectos derivados de la pandemia. “Los viticultores han hecho un buen trabajo para recuperar el viñedo”, remarca.

Javier Pagés DO Cava
Javier Pagés, presidente de la D.O. Cava.

Desde el año 2021, la producción de uva destinada al sector del cava había experimentado, por la falta de lluvias, una caída del 30%, una cifra que se elevaba hasta el 37,8% si se tenían en cuenta sólo las hectáreas de Catalunya. No obstante, como el cava tiene largas crianzas, las penurias de los últimos años se habían empezado a traducir en una menor cantidad de botellas, pero las ventas seguían marchando bien. En ese sentido, las bodegas de la D.O. Cava alcanzaron un nuevo récord en 2023, con un volumen de facturación agregada de 2.200 millones de euros y una comercialización de 252 millones de botellas, un 1% más —en 2022, se había crecido un 4,58%—.

Con una espera media de 2,5 años en la bodega, el sector tardará a repetir el récord de 2023, con los últimos años de sequía teniendo un impacto directo en el volumen de producción. Para los próximos ejercicios, se espera menos oferta. Esto implicará una subida generalizada de los precios, pero también una revalorización de la marca cava, una demanda de buena parte del sector. “El futuro del cava reside en seguir apostando por la calidad”, sostiene Pagés. Esta tendencia que se intensificará los próximos años, ya se ha empezado notar, con las bodegas planificando mejor sus inventarios para evitar roturas de stock y priorizando a los clientes más rentables. Con un 70% de ventas internacionales, el año pasado se notó un frenazo en las exportaciones internacionales y ahora está siendo el mercado español el que tira del sector del cava.

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