Ofrecer una experiencia completa de la pasión y la cultura marítima. Este es el propósito que persigue el renovado Salón Náutico que, por primera vez, se desdobla para ofrecer dos citas anuales: una versión en octubre, como hasta ahora, que también se reenfoca para centrarse en público más profesional, comercial y con mayor poder adquisitivo, y un nuevo evento lúdico en primavera de 2026, para atraer a un público más amplio y familiar, centrado en los deportes marítimos. Un nuevo modelo para la 62ª edición del salón que persigue un claro objetivo: contagiar la devoción por el mar al mayor número de población posible, y hacerlo a través de todos los sentidos.
Porque el mar se puede tocar, ver, oler y oír, pero también se puede saborear. Para este propósito, la cita no podría contar con otro chef que no fuera el reputado propietario de Estimar Barcelona, Estimar Madrid y Casa Jondal, Rafa Zafra. Conocido por su cocina marinera y su devoción por el producto de mar de primera calidad, Zafra ha diseñado un menú exclusivo para el Village, el nuevo espacio del salón para su cita otoñal, que se celebrará del 8 al 12 de octubre. En un entorno privilegiado, situado en el corazón de evento, esta nueva zona de 2.500 metros cuadrados ha sido diseñada para ofrecer un nuevo punto de encuentro para los profesionales y marcas asistentes, fomentando el networking.
Esta nueva zona contará con un menú diseñado por el reputado chef, que ostenta ni más ni menos que dos estrellas Michelin, menú que persigue el propósito de ofrecer una navegación por los intensos sabores del mediterráneo. Una oferta, en la que destaca la frescura y textura del producto de mar, que se servirá en dos conceptos culinarios totalmente diferenciados: un menú degustación compuesto por seis platos salados y un postre, con un precio cerrado de 150 euros, y un Open Bar, con tapas desde 5,80 euros.
El restaurante, que solamente estará abierto a mediodía siguiendo los horarios del Salón Náutico, ofrecerá dos turnos, con capacidad de 120 personas en cada uno de ellos. En él, se servirá un menú degustación que homenajea al mar y a la tradición culinaria mediterránea, reinventada y elevada a la máxima expresión de la gastronomía de la mano del chef sevillano, que ya se siente en la capital catalana como en su segunda casa. Un menú que se convierte, así, “en una celebración del mar desde la tradición y el sabor, pero reinterpretada con elegancia, con el propósito de ofrecer un plus al asistente de la cita náutica”, según ha expresado su artífice.
Así, el público del evento, además de observar la variedad de embarcaciones disponibles en el sector náutico, representada en más de 220 expositores y 200 embarcaciones en la muestra flotante, también observará su riqueza de sabores. Con un pase de seis platos pensados exclusivamente para la cita, el comensal saboreará, por ejemplo, la explosión de sabores de la clásica tapa de la gastronomía murciana, el matrimonio, que combina los sabores de la anchoa y el boquerón, acompañados por caballa en gazpachuelo de aguacate y piparra.
Tampoco faltarán los guiños a la gastronomía local, reinterpretadas con una óptica marina, ofreciendo un sorprendente y sabroso puchero de judías ibéricas con ventresca de atún, o el tradicional pollo a la catalana, con espinacas y ciruelas, reconvertido para la ocasión en lubina. Fuera del menú, también se ofrecerán opciones para aquellos que no sean devotos del mar, con carnes seleccionadas o propuestas vegetarianas.

Ese guiño a la cocina local y al pasado marinero de la capital catalana se llevará hasta los postres, para los que el chef ha creado una versión personal del clásico pijama. Un postre surgido casi por casualidad, en el mítico restaurante 7 Portes, a raíz de una confusión. Los navegantes que atracaban en el puerto acudían al restaurante y sorprendían a los camareros con una petición especial para finalizar sus comidas: un pêche melba. Un postre francés a base de melocotón y helado creado para la cantante de ópera Nellie Melba, que los camareros locales, aislados de las modas del momento y con poco dominio del francés, entendían como ‘pijama’, y al que, sin saber muy bien qué se les pedía, les ofrecían a esos navegantes melocotón en almíbar, nata, guindas, helado y flan. Una reinterpretación del postre francés al que, de nuevo, da la vuelta Zafra, con un flan de huevo cremoso con melocotón confitado y helado de banoffee.

Por otro lado, el Open Bar servirá un concepto totalmente diferente, con tapas informales y bocadillos para el visitante que quiera hacer una parada rápida antes de seguir estudiando embarcaciones o cerrando acuerdos de negocio. Con tapas desde los cinco euros, se podrá escoger entre platillos tradicionales como la ensaladilla de ventresca de atún o la coca de sardinillas, así como las mini albóndigas con ceps. Para ambas propuestas, Zafra trabajará el equipo del catering Le Chef, empresa de restauración fundada en 1995 por Laura Pi, quienes se encargarán de la producción integral de la oferta culinaria de este nuevo espacio. Una oferta que buscará complementar y profundizar en ese amor al mar que propaga desde hace más de sesenta ediciones el Salón Náutico, ahora también a través del paladar.