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Ruta por la mejor artesanía de Barcelona

Recorrido por las tiendas y talleres de la ciudad que elevan el ‘hecho a mano’ a una nueva dimensión cargada de tradición, sostenibilidad y amor por un oficio y unas materias primas de calidad

De la Barcelona gremial de la Edad Media a los comercios y talleres de elaboración manual del siglo XIX, la capital catalana cuenta con una extensa trayectoria histórica de tradición artesanal. Son muchas las disciplinas y procesos manuales que a lo largo de los siglos se han hecho un hueco en el sector comercial de la ciudad, fomentando la producción artesanal de todo tipo de productos que, si bien originariamente resultaban de primera necesidad, con los años ya pasaron a convertirse en piezas decorativas y suplementarias, y enfatizando el sentido estético al ya de por sí funcional y personalizado.

A principios del siglo XIX, referentes como Gaudí o Jujol llevaron la artesanía local a un nivel universal, reivindicando la hegemonía de Barcelona como meca de una manera de hacer genuina, duradera y de gran calidad. El legado de nombres propios de referencia se suma también a grandes firmas que a lo largo del último siglo han trabajado para convertir su labor artesanal en un bien cultural. Marcas como TOUS han hecho del oficio de joyero una seña de identidad a la vez que ha creado un binomio único entre innovación y artesanía. Así, este amor por el oficio joyero, lo hacen extensible a nuevas generaciones a través de la TOUS School, apostando por la preservación de un oficio histórico y por transmitir la excelencia del trabajo artesanal y el valor de la restauración, en pro de la sostenibilidad.

El oficio artesanal, visto hoy, sustenta valores de identidad que —sumados a los de sostenibilidad ya mencionados— merecen ser reforzados, puesto que enfatizan un legado cultural marcado por un saber hacer ancestral.

Aunque con los años se han perdido muchos oficios que han ido desapareciendo de las calles de la ciudad, todavía hoy encontramos algunos comercios de naturaleza artesanal que trabajan para dar valor a esas artes antiguas y reconocer su legado, así como su papel clave para el desarrollo de nuevas técnicas y corrientes artísticas. Recorremos algunos de los barrios de Barcelona y ponemos el foco en algunos de los herederos de los antiguos artesanos que hicieron de su oficio, más allá de su estilo de vida, un arte.

1- Foix de Sarrià, dulces tentaciones

Esta pastelería centenaria, fundada en 1886 por el maestro pastelero Josep Foix Ribera y su mujer Paulina Mas Rubinat, es una verdadera institución en la ciudad y más concretamente en el barrio de Sarrià que le da nombre. Cruzar su puerta de cristal es como viajar en el tiempo y adentrarse en una experiencia sensorial capaz de atrapar y generar grandes dilemas de elección hasta a los menos golosos. Sus escaparates de madera de roble, el mobiliario y el techo, evocan al pasado y a una tradición que hoy se mantiene viva desde su obrador, donde se elabora una amplia selección de pasteles y dulces de forma artesanal y creativa a partir de ingredientes naturales de alta calidad. El resultado es una completa gama de propuestas elaboradas manualmente y con una gran atención a los detalles que van desde las más clásicas –mención especial a su turrón de crema– a las más originales e innovadoras, e incluso alguna creación estrella ya patentada como Les Petxines de Sarrià

Geòrgia Olivé, en el taller de encuadernación Relligats Olivé.

2- Relligats Olivé, el arte de la encuadernación

Este negocio de tradición familiar se inició en 1945 como taller, en el barrio de Gràcia, y con los años se ha ido cultivando con el encanto que rodea a la antigüedad y a ciertos aires de nostalgia. Junto al oficio de encuadernación, Relligats Olivé amplió el negocio en 2013 con una tienda donde se comercializan las creaciones de elaboración propia. “El oficio artesanal comienza primero con la atención personal de quien viene a traernos un encargo o a comprar algún producto hecho a mano, exquisito y selecto”, comenta Geòrgia Olivé. El taller combina técnicas antiguas y laboriosas con otras adaptadas a nuestros tiempos de inmediatez, pero “nuestra profesión se caracteriza por la paciencia y la perseverancia y por la capacidad de evocar toda nuestra estima por el papel, los libros y todo lo que les rodea”, añade Olivé.

3- Hachazuela, artesanos de la madera

La madera de olivo y el alabastro son el punto de partida de cada nueva creación de este taller que, desde el barrio de Gracia, elabora objetos artesanos para el uso diario. Mobiliario, menaje, iluminación y todo tipo de objetos decorativos son creados a través de métodos tradicionales, con herramientas manuales simples y madera de bosque sostenible que, dada su singularidad, hace que cada pieza sea única y exclusiva. A partir del lema “para ser universal debes ser local”, las manos del escultor Javier Úbeda trabajan cada objeto con amor y paciencia, otorgándoles un carácter genuino que va más allá del puramente funcional, en una clara apuesta por lo natural, lo artesanal, por piezas con identidad y carácter. Desde Hachazuela apuntan que "se tiene que poner en alza la artesanía para no dejar atrás nuestros orígenes".

Hachazuela elabora objetos de madera artesanos para uso diario.

4- Cortana, prendas con amor a la naturaleza

La elegancia sencilla, serena y con reminiscencias mediterráneas caracteriza a los diseños de esta firma de moda, cuyas vaporosas creaciones imprimen una pureza absoluta. A partir del trazo de su diseñadora, Rosa Esteve, las creaciones se confeccionan de forma sostenible en pequeños talleres con materiales naturales de alta calidad. Con una paleta de colores neutros, inspirada en Mallorca, tierra natal de la diseñadora, cada pieza está realizada por manos artesanas que materializan el arte del vestir con diseños atemporales, cargados de sensibilidad en su concepción y elaborados con delicadeza. Pionera del slow fashion, ofrece una paleta de colores y estampados únicos en tejidos naturales de alta calidad que se aplican en cada pieza dando como resultado colecciones de alta costura basadas en un estilo delicado, poderoso y muy femenino.

5- Entre Rajoles, el oficio de la cerámica

Desde el “escaparate interactivo” de su tienda-taller, en el barrio de la Sagrera, la artesana Natalia Galera elabora sus creaciones con cerámica a vista del transeúnte. Sus diseños con cerámica mayólica, recuperan un oficio del siglo XIII, apenas existente y difícil de reproducir. Tras trabajar en un taller durante 17 años, donde aprendió el oficio desde la base, emprendió Entre Rajoles, un proyecto personal con el que mostrar y dar difusión a esta tradicional y laboriosa técnica e intentar recuperar el interés por la cultura de la baldosa. Y lo hace con recreaciones de piezas del siglo XV al siglo XIX que puede hallar y estudiar en museos o por las calles de Barcelona. Recientemente, además, ha implementado la técnica mayólica con diseños modernos (inspirados en tatuajes Old School, cómics retro o de carácter revolucionario) que permiten acercar el oficio al siglo XXI. “Sin este oficio del siglo XIII no habría habido una evolución de la cerámica. Yo estoy trabajando desde el punto de partida y a partir de ahí me recreo”, apunta Galera sobre la necesidad de mantener la tradición y el trabajo artesanal de origen.

Una de las baldosas diseñadas por Natalia Galera.

6- ABHA, la contemporaneidad del macramé

La técnica del macramé, basada en tejer y trenzar fibras naturales con las manos por medio de nudos, es el eje central del trabajo Ikram Maymouni. Esta artesana y diseñadora, creadora del estudio ABHA, recupera este tipo de artesanía textil cuyos orígenes se remontan a la época de los antiguos egipcios dándole un aire fresco y contemporáneo. A partir de la experimentación con nudos y nuevos formatos elabora piezas ornamentales con sus propias manos a través de materiales como algodón, yute o lino.  Desde su estudio en el barrio del Poblenou, Ikram imparte talleres de creación que se adentran en la técnica de los nudos a través de creaciones exclusivamente manuales. El resurgir del macramé como tendencia decorativa y sostenible contribuye a dar visibilidad a un oficio ancestral, creativo y genuino.

7- Cereria Subirà, el templo de las velas

La tienda más antigua de la ciudad es posiblemente una de las más enigmáticas. Tras su fachada barroca, una amplia selección de velas y cirios elaborada a mano con cera de abeja y parafina de alta calidad, preside un interior cargado de simbolismo, que evoca épocas pasadas, hasta remontarse a 1761, año de su apertura. Si bien originariamente el negocio iba enfocado a un producto esencial, sus más de dos siglos y medio de historia y los cambios sociales y de estilo de vida han convertido a su producto estrella en un elemento artesanal y decorativo que se ha reinterpretado siguiendo las tendencias del momento y en un referente de la cultura de las velas, pero sin perder su poder simbólico y espíritu evocador.

Interior de la histórica tienda Cereria Subirà, que data del siglo XVIII.

8- La Manual Alpargatera, moda 'casual' con paso firme 

De un tiempo a esta parte las alpargatas se han convertido en un must que no puede faltar en cualquier look veraniego y de entretiempo. Sin embargo, en La Manual Alpargatera la pasión por este tradicional calzado se remonta a los años 40, cuando abrió sus puertas esta tienda-taller en pleno centro del Barrio Gótico que combina su faceta comercial con la de producción. La Manual lleva cosiendo alpargatas a mano en su trastienda desde 1941, partiendo de una base de fibra vegetal (yute) con empeine de algodón, cáñamo, seda o lino que se presenta en varios colores. Diseños atemporales se combinan con nuevas creaciones a partir de un trabajo manual que juega con materiales naturales y sostenibles para dar forma a diseños éticos que seducen por sus formas y su comodidad. Su elaboración honra el proceso artesanal, a la vez que se muestran un gran compromiso por mantener vivo el oficio artesanal de alpargatero.

Cosido artesanal de alpargatas en el taller de La Manual.

9- Santa Eulalia, exquisita sastrería

Epicentro de la moda de lujo de Barcelona, esta gran boutique del Passeig de Gràcia es un verdadero espectáculo en sí misma, ya no solo por los diseños que en ella se encuentran, sino por su naturaleza formal, donde fusiona el diseño más vanguardista y las últimas tendencias con un saber hacer artesanal, centrado en la sastrería y camisería a medida, donde se crean patrones exclusivos a partir de las preferencias y la naturaleza del cliente. En el caso de Santa Eulalia, para la elaboración de este tipo de piezas participan una decena de oficiales que trabajan desde su taller del Passeig de Gràcia, el más grande y uno de los más antiguos del país, para dar forma a verdaderas piezas de arte, símbolo de elegancia y singularidad.

10- Flowers by Bornay, el arte floral más creativo

Lejos de convencionalismos, adentrarse en el universo ideado por Fàtima Valldeperas, Marta Vidal y Joan Xapelli es hacerlo en un trabajo creativo y contemporáneo que atrapa y seduce. Sus ramos y arreglos florales se alzan a la categoría de arte, con diseños de gran potencia visual a partir de innovadoras técnicas que abogan por la originalidad más atractiva y libre. Y todo ello con la cultura popular (películas, cómics, música, danza, literatura, pintura…) como principal fuente de inspiración. En concreto, la idea de aplicar pintura a las flores surgió del “deseo de escenificar paisajes de ciencia ficción”. Desde su taller, ubicado en una antigua fábrica del barrio de Sants, proyectan experiencias visuales llevando el mundo del arte floral a una nueva dimensión.  

Santa Eulalia
La tienda de Santa Eulalia, en el Paseo de Gracia de Barcelona.