Gimnasio Club de Polo
El nuevo gimnasio del Club de Polo de Barcelona.

El Club de Polo de Barcelona se renueva para potenciar el ‘fitness’ y no quedarse atrás

Con una inversión de 13 millones, la entidad privada ha reformado completamente la tribuna de hípica, incluyendo un gimnasio, piscinas cubiertas y salas para clases dirigidas

Con más de 125 años de historia, al Real Club de Polo de Barcelona le ha tocado ponerse al día. Conocido tradicionalmente por deportes como el polo, la hípica, el hockey, el tenis y el pádel, la entidad deportiva privada se ha tenido que adaptar a una tendencia muy popular que ha emergido desde su última reforma, hace más de 30 años, coincidiendo con los Juegos Olímpicos, cuando acogió pruebas de equitación como el adiestramiento y el salto de obstáculos. Cada vez más socios les pedían espacios para actividades de fitness, es decir, un gimnasio con máquinas, pero también clases dirigidas de fuerza, zumba o bici, hasta hay crosfitteros entre sus abonados. Previamente, se había habilitado un pequeño espacio que se ha acabado quedando insuficiente. Estaba ubicado en la planta baja de la tribuna hípica, edificio que se ha rehabilitado completamente para adaptarse a los nuevos tiempos.

Con una inversión de 13 millones de euros, las obras empezaron en octubre de 2022 y se han alargado algo más de lo previsto, compatibilizándolas con el Concurso de Saltos Internacional Oficial (CSIO) y unas elecciones que han elegido como nuevo presidente al empresario Pablo Sánchez. Este miércoles ha abierto puertas la renovada tribuna hípica, con sus 9.000 metros cuadrados completamente transformados de la mano del despacho de arquitectura Batlleiroig, con uno de sus fundadores, Enric Batlle, siendo socio del club.

El edificio se divide ahora en tres plantas, con 750 metros cuadrados dedicados al fitness. En la entrada de la planta baja, se sitúan la nueva conserjería —en la antigua se montará una tienda de material deportivo con un operador externo—, además de las clases de actividades dirigidas —fuerza, cardio y cyclo— y la primera piscina cubierta de 25 metros de la entidad deportiva, a la que se añade una de 15 metros, mejorando la oferta actual, con dos piscinas exteriores más pequeñas y una de ellas solo abierta en verano. En esa planta, donde antes también estaba la sala de prensa para seguir las competiciones que acoge, se ha habilitado un gimnasio de alto rendimiento, pensado para deportistas profesionales y equipos de competición. En la primera planta está el gimnasio, a la que se ha añadido un altillo con más máquinas. En conjunto, se calcula que tendrá una capacidad para 1.000 abonados.

En el altillo, también se ha habilitado una sala para eventos de 400 metros cuadrados, con una capacidad para 400 comensales sentados y 700 personas de pie. Este espacio se ha diseñado para ser alquilado para eventos corporativos —no hace falta ser socio—, pero también bodas —solo para socios—. Hasta hoy, se hacían principalmente en los restaurantes del club y en el Salón Centenario, justo al lado de una de las piscinas exteriores, con la previsión de reformarlo de aquí poco porque, como su nombre indica, se inauguró por los 100 años del club —1997— y se ha quedado antiguo. Se contempla derribarlo para ampliarlo, además de hacer ahí un espacio infantil.

Con una plantilla de 330 empleados, el Club de Polo ingresó 34 millones de euros en 2023. La mitad proviene del pago de las cuotas de sus 11.400 socios y la otra mitad de lo que pagan los abonados por contratar servicios complementarios, como las clases dirigidas o las comidas en el restaurante. La cuota estándar se sitúa en los 150 euros mensuales para los adultos, cifra a la que se pueden añadir, por ejemplo, unos 50 euros mensuales para asistir a las clases dirigidas. Los ingresos de la entidad deportiva también se obtienen con patrocinios y las actividades de formación deportiva para jóvenes y niños en las cinco disciplinas históricas del club, con el pádel siendo la última que se incorporó, en los años 90.

Actualmente, las inscripciones para entrar en el Polo están cerradas. La decisión se tomó en septiembre de 2022 y no se prevé cambiarla en el corto plazo, según remarca Sánchez. “Somos muchos y la sostenibilidad financiera está muy bien, ahora queremos que los socios disfruten del club”, defiende su presidente. Cuando las inscripciones estaban abiertas, los nuevos socios pagaban una cuota de entrada —a fondo perdido— de 35.000 euros, en el caso de los que entraban sin estar emparentado con ningún abonado, mientras que los cónyuges aportaban unos 5.500 euros. Entre esas dos cifras, se movían otros grados de parentesco, como primos o tíos, con el pago de 15.000 euros. Los hijos de los socios tenían que pagar menos de 5.500 euros.

Expresidente Club de Polo, Curro Espinós, y actual presidente, Pablo Sánchez.
El expresidente del Club de Polo, Curro Espinós, y el actual presidente, Pablo Sánchez, quien había estado en la anterior junta antes de asumir el cargo.

Faltan plazas de párking

Después de terminar la reforma más grande que ha hecho desde 1992, el club se ha fijado un nuevo objetivo: ampliar las plazas de párking de las que dispone. Está en conversaciones con Meliá, el nuevo gestor del antiguo hotel Juan Carlos I, ahora Torre Melina, y el Palau de Congressos de Catalunya. La entidad deportiva quiere tener conexión directa con el aparcamiento del centro de convenciones, viendo que su capacidad actual para los coches con los que vienen sus socios está al límite. Anteriormente, el Polo tenía un acuerdo con Fairmont, la cadena que llevó el hotel Juan Carlos I, para que sus socios pudiesen acceder a su piscina, además de ser los que gestionaban sus zonas de fitness wellness, donde también podían acceder sus abonados. Con Meliá, el acuerdo no se ha renovado.