Rabat se recupera de la pandemia gracias a la fidelidad de sus clientes nacionales. A pesar de que los turistas todavía escasean, la firma de joyería vuelve a crecer a doble dígito y ha cerrado el ejercicio de 2021 con una facturación superior a los cien millones de euros y con un resultado positivo, frente a las pérdidas contabilizadas en 2020 como consecuencia del descenso de las ventas provocado por la crisis sanitaria. La empresa familiar, que cuenta con dos emblemáticas joyerías en el Paseo de Gràcia de Barcelona, afronta 2022 con mucho optimismo, aunque, a la vez, con prudencia y, hoy por hoy, no tiene grandes proyectos sobre la mesa y tampoco nuevas aperturas de tiendas previstas. “Menos es más”, afirma categórico Jordi Rabat, consejero delegado y presidente de la empresa.
“Siempre analizamos nuevas oportunidades, pero, ahora, lo que toca es mejorar lo que ya tenemos, hacer más cosas con las marcas, evolucionar el modelo hacia la omnicanalidad, seguir buscando la excelencia en joyería, ser referente en distribución de las mejores marcas de relojería y fidelizar con el mejor servicio a nuestros clientes locales, que siempre han sido prioritarios para Rabat”, afirma el empresario, que en 2016 tomó las riendas de la joyería fundada por sus padres en Badalona a finales de los años 70.
Antes de la pandemia, en 2019, el grupo Rabat alcanzó una facturación próxima a los 120 millones de euros gracias a la buena marcha de las seis tiendas que posee en Barcelona (2), Madrid, Valencia, Tarragona e Ibiza. En 2020, las ventas cayeron un 38%, hasta los 74 millones, con unas pérdidas de 2,37 millones, frente a los beneficios de más de 5 millones del ejercicio anterior. En 2021, se han dejado atrás los números rojos y la facturación ha repuntado un 45%, hasta los 106 millones de euros, cifra que este año se prevé que vuelva a crecer a doble dígito.
En un encuentro con la prensa, Jordi Rabat ha explicado que a partir de mayo de 2021 las ventas comenzaron a animarse gracias al cliente nacional, que experimentó un crecimiento del 55% respecto al peso que tenía en 2019. Así, antes de la covid, los clientes nacionales generaban el 40% de los ingresos, frente al 60% aportado por los clientes internacionales. Ahora, esta proporción se ha invertido y acentuado, de forma que el cliente español aporta el 70% del negocio y el extranjero el 30%.
Durante la pandemia, en Rabat cayeron especialmente las ventas de relojes (-40%), mientras que el descenso de las joyas se limitó al 20%. A pesar de que el último año ha sido positivo, la comercialización de relojes de las marcas más prestigiosas del mundo sigue por debajo de los niveles de 2019 (-7%). Por el contrario, la línea de joyería ha crecido un 30% respecto a los niveles prepandémicos. Para hacer frente financieramente a esta última crisis, Rabat aplicó un ERTE y también acudió a los préstamos ICO. Actualmente, su plantilla alcanza las 185 personas, doce más que en 2020.
Las joyas diseñadas por la propia empresa en sus talleres generan el 30% del volumen de negocio, mientras que el 70% restante corresponde a la comercialización de marcas de prestigio internacionales, especialmente de relojería (90%), aunque también de joyería. Rolex, Omega, Hublot, Bvlgari, Breitling, Chaumet, Panerai, Chopart o Tag Heuer son algunas de las principales marcas que representa.
Estas firmas de prestigio disponen de sus propios espacios de exposición en la espectacular joyería que Rabat posee desde 2015 en la Casa Codina, en el número 94 del Paseo de Gràcia, un edificio construido en el año 1898 por el arquitecto Antoni Rovira i Rabassa. Está considerada como la mayor joyería de España, al ocupar seis plantas y disponer también de una terraza jardín a disposición de sus clientes. “En esta tienda la idea es poder ofrecer una experiencia única al cliente y mostrar el universo de cada marca”, señala Jordi Rabat.
En la Casa Codina, la empresa posee también su taller principal y las oficinas corporativas desde las que se gestiona el Grupo Flash Rabat, nombre que recibe la sociedad hólding y del que dependen también las boutiques del Paseo de Gràcia 59; Valencia, Madrid, Tarragona (Rabat Zaida) e Ibiza (Rabat Viñets Rolex), las dos últimas en alianza con joyeros locales que controlan el 40% del capital.
Coincidiendo con la pandemia, en 2020 Rabat reubicó su joyería de Madrid, que trasladó a la calle Serrano esquina con Jorge Juan, a un local con una ubicación privilegiada que históricamente había acogido una tienda de Loewe. En 2021, se amplió también la boutique de Ibiza, ocupando con las marcas Rabat y Rolex los bajos del icónico Hotel Montesol.
Rabat fue fundada por Esteban Rabat en 1977 en Badalona. En sus inicios, la tienda diseñaba joyas náuticas y fue creciendo gracias a su especialización en regalos de empresa, hasta su salto a Barcelona en 2004. Posteriormente, la marca se extendió a Valencia (2007), Madrid (2010), Tarragona (2016) e Ibiza (2017). Tras incorporarse a la empresa familiar en 2002, Jordi Rabat asumió el cargo de consejero delegado en sustitución de su padre en 2016 y, en 2018, culminó el proceso de relevo generacional al ser nombrado también presidente. En el consejo de administración de la compañía le acompaña Arturo Alfocea, director de servicios corporativos de Rabat, y dos consejeros externos: Jaume de Pedro y Roberto Serrano. Jordi Rabat es hermano del piloto de motociclismo Tito Rabat.