La tuneladora de la Línea 9 del metro, que reinició los trabajos hace poco más de un año en el Paseo Manuel Girona, se encuentra ya a pocos metros de la estación de Sarrià, donde la excavación se encuentra aproximadamente a la mitad. El Govern trabaja con la previsión de que en 2027 las estaciones del tramo central de la línea entren en funcionamiento de forma progresiva, aunque todavía no se puede concretar en qué orden, porque todas ellas están en diferentes fases de ejecución o incluso todavía es necesario empezar a excavar los pozos. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha visitado este viernes la estación de Sarrià, desde donde ha destacado que la Línea 9 es una infraestructura “clave” y una “apuesta inequívoca por el transporte y de movilidad más sostenible”.
Actualmente, la tuneladora se encuentra parada por razones de mantenimiento a la altura del aparcamiento de Sarrià, a pocos metros de donde se sigue excavando el pozo de la nueva estación. Según fuentes del Departament de Territori, está previsto que la máquina vuelva a funcionar a partir de la primera quincena del mes de agosto para seguir avanzando hacia Sarrià en primera instancia, donde en un futuro también dispondrá de un intercambiador con los FGC, y posteriormente hacia Mandri, donde llegará a finales de año, y Lesseps, donde lo hará a finales del 2024, informa ACN.
La decena de estaciones que forman el tramo central de la Línea 9 —de 9,4 kilómetros entre Zona Universitària y La Sagrera— se encuentran en diferentes fases de ejecución. Por ejemplo, en la de Mandri se está acabando la excavación (ya está al 92%), mientras que en otros casos, como El Putxet, todavía hay que empezar los trabajos. En otros, como en la estación de Lesseps, el pozo ya está hecho; también se han excavado completamente las del Guinardó y Maragall y, en la de Sanllehí, los trabajos están muy avanzados.
Con el tramo central de la L9 e incluyendo la L10, ambas líneas pasarán a tener una demanda de 23 millones de viajeros anuales a 113 millones. Según la Generalitat, también permitirá sacar a más de 8.000 vehículos de la red viaria y supondrá una reducción de 21 millones de kilómetros al año; generará un ahorro de 8,3 millones de horas y 5.100 toneladas de CO₂ al año.
Las actuales obras del tramo central requieren una inversión de 925 millones de euros y permitirán llevar el metro a barrios que actualmente no disponen de ese transporte público. En total, entre la Línea 9 y 10 todavía quedan una quincena de estaciones pendientes de inaugurar, sumando las del tramo central y otras previstas, pero no programadas, como la del Polígono Pratenc —en el extremo de la L10—; u otras que están finalizadas, pero no se encuentran en servicio como Eixample Nord y Ciutat Aeroportuària (L9) y otras programadas pero no comenzadas, como la de Motors (L10).