No todos los negocios nacidos durante la pandemia consiguen fructificar como lo está haciendo Incapto. La empresa barcelonesa de café no encapsulado por suscripción tiene ya 3.000 clientes activos y prevé cerrar el año con 7.000 usuarios y una cifra de negocio de 3,5 millones de euros. Aunque es una empresa 100% nativa digital focalizada en la venta online, para potenciar el conocimiento de marca, Incapto prevé abrir cuatro tiendas temporales en Barcelona y Madrid en los próximos meses. También está trabajando en su plan de internacionalización y prevé trasladar el próximo año de China a España la producción de sus cafeteras. Para financiar toda esta expansión, a principios de 2022 la empresa abrirá una nueva ronda de financiación para captar unos tres millones de euros. Incapto ya ha creado 25 puestos de trabajo y prevé terminar 2021 con una plantilla de 40 personas.
Pero, vayamos por partes. ¿Qué es Incapto, cómo surge y qué oportunidad ha visto en el mercado? Son múltiples los vientos a favor que han permitido el desarrollo de esta startup, nacida con la voluntad de hacer llegar a los hogares el mejor café de especialidad y combatir el crecimiento del negocio de las cápsulas de café, que consideran que no es sostenible al generar un tipo de residuo muy difícil de reciclar. “Queremos hacer sostenible el consumo de café, con un modelo de negocio innovador que es bueno para la experiencia del cliente —se toma un café recién molido—, es bueno para el bolsillo —ahorras 20 céntimos por café en comparación al coste de una cápsula—; y es bueno para el planeta, ya que eliminamos el impacto ambiental de las monodosis”, explica el consejero delegado y cofundador de Incapto, Francesc Font, en una entrevista con The New Barcelona Post.
Font es un emprendedor en serie, ya que es un viejo conocido del ecosistema tecnológico de Barcelona. Fue socio fundador de Nubelo, un marketplace para intermediar servicios entre empresas y profesionales freelance que se vendió en 2016 al grupo australiano Freelancer. También ha formado parte de otras startups como Bandit y Carethy y es profesor de Esade, mentor y socio de múltiples proyectos emprendedores.
Una semana antes de la pandemia, Font creó Incapto junto con dos socios: Joaquim Mach —ex Bilua y ex director de márketing de Exoticca— y Beatriz Mesas, una experta en café con ganas de emprender y formar parte de la denominada tercera ola del café, un fenómeno internacional que apuesta por la revalorización de este producto, focalizándose en el denominado café de especialidad y en la calidad. La idea es dejar de tratar el café como un commodity industrializado y virar hacia un modelo más artesanal basado en la compra en origen y en la producción ecológica, una tendencia que llega después de fenómenos similares vividos en otros sectores, como el del vino, la cerveza o el pan, por poner algunos ejemplos.
Incapto quiere ser un actor destacado de esta tercera ola y se beneficia también de la rápida digitalización y servititzación de la economía, del auge del comercio electrónico y de una creciente concienciación social respecto a la necesidad de reducir los residuos para hacer frente a la emergencia climática. De hecho, Incapto significa “no encapsulado” en latín, toda una declaración de intenciones para cautivar a un consumidor que ya no se encuentra cómodo generando un montón de cápsulas que no sabe muy bien cómo reciclar, pero que tampoco quiere renunciar a la comodidad de pulsar un botón y obtener un espresso perfecto.
Se calcula que hoy las marcas de café en cápsulas representan ya el 50% del café que se consume en España, pero según Font “el 95% no se reciclan”. En su opinión, las monodosis compostables “tampoco son una alternativa válida” y por eso Incapto ha apostado por volver al café en grano comercializando una cafetera automática con molinillo integrado diseñada para satisfacer la comodidad que buscan los consumidores de cápsulas y que sólo tiene dos botones: café largo y café corto.
“Hemos creado una marca nativa digital, que se dirige directamente al consumidor y que supone una disrupción en el mundo del café al apostar por un modelo de suscripción y por una máquina que garantiza una experiencia de uso igual a una cafetera de cápsulas o mejor, ya que toda el hogar huele a café recién molido”, explica Font.
Incapto vende por ahora un único modelo de cafetera al precio de 269 euros y con la obligación de firmar una suscripción de un año para recibir el café de la marca a domicilio cada tres meses. El pedido mínimo es de 1,5 kilos, pero la suscripción media es de un consumo de tres kilos al trimestre, equivalente a una unidad familiar que consume unos cuatro cafés al día.
Un kilo de café Incapto permite elaborar unos 120 espressos y cuesta unos 20 euros, lo que se traduce en que cada café tiene un coste para el usuario de entre 16 y 17 céntimos, frente al coste de entre 35 céntimos y 40 céntimos de L’Or y de Nespresso, las marcas de cápsulas más conocidas del mercado. Incapto asegura que la cesta media de sus suscriptores se sitúa en los 52 euros por trimestre.
Los clientes de la marca pueden elegir entre doce variedades de café arábigo de diferentes orígenes, 100% ecológico. La empresa barcelonesa compra el café en verde directamente a los productores y lo tuesta y envasa en una planta situada en Alcover (Tarragona), desde donde se hacen también las expediciones.
La firma comenzó a operar en junio de 2020 y cerró aquel primer ejercicio con unos ingresos de 400.000 euros. Ahora ya tiene una cartera de 3.000 usuarios y la previsión es terminar 2021 con 7.000 clientes y unas ventas de 3,5 millones de euros. El plan de negocio establece facturar 9 millones el próximo año, llegar a los 15 millones a finales de 2023 y duplicar las ventas al cuarto año, cuando se ha previsto facturar 30 millones.
Incapto arrancó con una inversión inicial de 400.000 euros fruto de las aportaciones realizadas por los tres socios fundadores y por un par de business angels. Hace un año, y en sólo siete horas, la empresa captó 500.000 euros adicionales de cien pequeños inversores que participaron en una primera ronda de financiación hecha a través de la plataforma de inversión Dozen, la antigua The Crowd Angel. Posteriormente, Banco Sabadell, a través del programa BStartup invirtió también 100.000 euros en la firma, que ha levantado, por lo tanto, hasta ahora un millón de euros. A esta cifra hay que sumar un préstamo de un millón de euros concedido por Sabadell Venture Capital a través de su vehículo de venture debt. De esta cantidad se han dispuesto 400.000 euros destinados a la compra del stock de cafeteras.
Nuevo modelo de máquina conectada
Según Francesc Font, para financiar el crecimiento de la empresa y abordar también la internacionalización —se quiere empezar por los países del sur de Europa— a comienzos de 2022 se pondrá en marcha una nueva ronda de financiación de unos tres millones de euros. Esta cifra permitirá también a Incapto desarrollar y comercializar un nuevo modelo de máquina inteligente que estará conectada a Internet y que la empresa quiere fabricar en España y no en China. “Sacaremos al mercado una máquina conectada que nos proporcionará una mayor integración tecnológica y que será de fabricación local; queremos acercar la producción porque la sostenibilidad forma parte de nuestro ADN”, explica el socio fundador.
A pesar de ser una marca online, con el objetivo de potenciar su notoriedad Incapto prepara también para los próximos meses de octubre y noviembre la apertura de cuatro tiendas pop-up o temporales para aprovechar la campaña de Navidad. Los establecimientos se ubicarán en centros comerciales de Barcelona y Madrid y permitirán hacer degustaciones de sus cafés y dar a conocer su modelo de negocio por suscripción.
En paralelo, la startup también registra fuertes crecimientos a través de una división que ha creado más recientemente: la venta de máquinas de café para empresas. Ya tiene 400 clientes y ha creado una red comercial propia en Barcelona, Madrid, Valencia y Norte de España. “Hay una oportunidad muy grande en el mercado de las oficinas, ya que las cápsulas son caras y les generan un problema de residuos”, dice Font. Según el emprendedor, cada cafetera que instalan en una oficina está dotada de un chip que envía de forma permanente información a la nube y permite a la empresa enviar más café antes de que se termine, facturar los consumos y programar las visitas para el mantenimiento.