La fundación Foto Colectania nació gracias al empeño de Mario Rotllant por crear una colección de fotografía que creía que faltaba en España, con el doble objetivo de preservar y dar a conocer a los profesionales del país, y de reivindicar esta disciplina artística, dándola a conocer al público y ayudándolo a familiarizarse con ella. “Soy coleccionista por naturaleza”, reconoce Rotllant en la celebración del 20 aniversario de la entidad que preside. “Me siento muy orgulloso de la labor hecha por todo el equipo, que está entregado y enamorado de su proyecto. Han pasado momentos de gloria y sufrimiento”, sostiene este empresario, ejecutivo y consejero del grupo familiar Cobega —propiedad de la familia Daurella—, accionista de referencia de la embotelladora europea Coca-Cola Europacific Partners.
De unos principios en los que tenían que “poner los pies en el suelo e ir empezando poco a poco”, la colección que imaginó Rotllant a principios de los 2000 ha conseguido recopilar durante todos estos años más de 3.000 fotografías de más de 80 autores, a las que hay que añadir 1.000 más con los ejemplares y negativos que cedió Paco Gómez en los orígenes de la fundación, detalla el director de la entidad, Pepe Font de Mora. La fundación optó por centrarse en preservar algunos autores para poder tener la capacidad de recoger toda su trayectoria con las fotografías suficientes. Las dos primeras fotografías que pasaron a formar parte de la colección fueron del madrileño Chema Madoz, a quien se le dedicará una de las exposiciones de este año, en verano, acompañado por otra de las creadoras de la colección, la lusa Helena Almedia, según explica la directora artística, Irene de Mendoza.
El aniversario también permitirá, precisamente, descubrir en persona la cámara que guarda la colección de Foto Colectania con visitas guiadas, de la mano de su coordinadora, Violeta Cañigueral. Las fotografías que se han ido archivando no suelen ser las protagonistas de las muestras que acoge la entidad en su sede del Paseo Picasso, puesto que está más focalizada en hacerlas viajar por el mundo para que otros países descubran el talento, sobre todo, español, pero también portugués. Con esta vocación, 500 fotos salen cada año del archivo para ser protagonistas de exposiciones, con la suma de 130 muestras itinerantes, nacionales e internacionales, organizadas para cumplir con esta función.
20 años después la colección no está cerrada, remarca Rotllant. En los últimos tiempos, se había hecho una contención del gasto destinado a la compra de más ejemplares, focalizándose en poder seguir organizando exposiciones y “contagiar a más coleccionistas”, superando la setentena de muestras temporales realizadas en Barcelona. Autores nacionales como Joan Colom, Leopoldo Pomés, Laia Abril y Txema Salvans han sido algunos de sus protagonistas, así como internacionales de la talla de Manuel Álvarez Bravo, Vivian Maier, Saul Leiter, Weegee y Mary Ellen Mark.
No obstante, el cumpleaños también trae un cambio de política en este sentido, después de haber conseguido ya buenos niveles de equilibrio presupuestario, también consolidado con las aportaciones de los 500 socios y amigos de la entidad y colaboradores como la Fundación Banco Sabadell y la Fundación Damm. El presidente de Foto Colectania señala que ahora se abre una nueva etapa que permitirá reforzar el archivo. Para ello, se pasará del pequeño patronato actual a uno con más miembros, que aportarán recursos y se encargarán de tomar decisiones sobre el futuro de la entidad. Rotllant quiere que sea un patronato diverso y cuente con entre ocho y 14 integrantes. La ampliación de la colección se continuará centrando en los fotógrafos españoles y lusos, y servirá para llenar huecos que tiene el archivo en determinados períodos, así como incluir a artistas más jóvenes.
A pesar de que la fotografía ha ganado peso desde que se creó la fundación y se ha revalorizado, los artistas españoles todavía tienen como asignatura pendiente darse a conocer y están lejos de tener la popularidad que les correspondería, con autores muy potentes que no son suficientemente valorados, lamenta De Mendoza. Tampoco ayudó la crisis, que llegó cuando esta disciplina empezaba a despuntar, apostilla Font de Mora. “Aún tenemos que hacer un gran esfuerzo para dar a conocer fuera a la fotografía española”, expone el presidente de Foto Colectania. Eso sí, a la que la fotografía española sale de sus fronteras y se explica, gusta, subraya Rotllant, como pasó con la exposición que se organizó sobre La Movida y que llegó hasta el Festival de los Rencontres d’Arles en 2019.
De Julián Romea al Paseo Picasso
Uno de los episodios más destacados en estos veinte años ha sido el traslado de la sede que abrió puertas en enero de 2002, ubicada en la calle Julián Romea, en Gràcia. Le pasó el relevo a la del Paseo Picasso en 2017, después de que la primera se quedase pequeña y no cumpliera con nuevas normativas de seguridad. “Se nos empezaba a volver en contra”, recuerda Rotllant. La nueva sede tampoco vino exenta de dificultades, con la necesidad de adaptar el antiguo establecimiento La Comercial de Guarnicionería, dedicado a la venta de artículos ecuestres. El local, con protección patrimonial, se rehabilitó para convertirse en un espacio expositivo de la mano del arquitecto Jaume Pons y la interiorista Pilar Líbano.
A pesar de ello, Rotllant hace un buen balance del cambio. “Nos ha dado otra dimensión”, remarca, teniendo en cuenta que las visitas se doblaron en el primer año de apertura. Tampoco se cumplió que vinieran más turistas, manteniendo el predominio del visitante local.