Plantación de productos de gran cultivo

Fitó: de tomates a césped para campos de fútbol

La empresa catalana de semillas factura el 64% a través de la exportación, tiene 8 filiales y cuatro líneas de negocio, que la convierten en una hidden champions catalana

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a discreción ha sido siempre propia de la empresa catalana. Por eso, muchas veces, si el ciudadano de a pie piensa en multinacionales históricas catalanas le suele pasar por alto una de las empresas que cumple estas características: Semillas Fitó.

Fundada en 1880 en Barcelona, ​​Fitó es una empresa de semillas líder en varios países del mundo, en segmentos como el melón o la berenjena, y que cada vez se hace más importante en variedades como el tomate, la sandía, el pepino, el calabacín o los pimientos. Se trata de una hidden champions catalana. “Nuestra vocación es ser especialistas en semillas y no abrirnos a otros negocios”, explican desde la compañía.

Con un fuerte compromiso para mantenerse independientes, esta empresa de propiedad familiar está actualmente liderada por la quinta generación y la facturación anual ronda los 86 millones de euros.

Imagen del interior de un centro de I + D de Semillas Fitó

ÁREAS DE NEGOCIO

Desde Fitó dividen sus unidades de negocio en cuatro. Por un lado, encontramos las hortícolas, que representan el 63% de las ventas, y donde se pueden encontrar más de 500 variedades de semillas adaptadas a las diferentes zonas del Mediterráneo, así como a los climas templados y subtropicales, con una gama de productos que pasa por las variedades solanáceas (berenjenas, pimientos y tomates), las cucurbitáceas (calabacín, melón, pepino y sandía) y las que llaman “semillas grandes”, como las habas, las judías o el maíz dulce. Aparte, también han creado un nuevo sector, presentado como hobby, con una gran variedad de semillas destinadas al agricultor amateur y semi-profesional, para satisfacer una demanda cada vez más creciente; aunque actualmente para Fitó representa sólo el 4% de las ventas. “Se trata de semillas en sobres pequeños, pensadas para hacer un pequeño huerto en casa”, explica Xavier Fitó, director del área de hortícolas, y quien ha liderado el proceso de crecimiento de la compañía.

Por otro lado, en Fitó se encuentran semillas para cultivos extensivos, como el gran cultivo (el 23% de las ventas) donde disponen de cuatro programas de maíz y tres de girasol. “Estas tipologías constituyen una amplia gama de productos muy específicos para condiciones secas y de calor”, explican. Además, también producen semillas específicamente para áreas verdes y campos deportivos con condiciones de climas mediterráneos, que suponen el 10% de las ventas. Podemos, pues, comer verduras Fitó o jugar al fútbol en un campo de césped Fitó sin saberlo.

64% DE EXPORTACIÓN Y 8 FILIALES

El 64% de la facturación de la empresa corresponde a la exportación, con ventas en más de 70 países, como México, Italia, Turquía o Brasil. España representa un tercio de la facturación. Fitó, además, cuenta con ocho filiales (Portugal, Francia, Italia, Turquía, India, Chile, México y Brasil; esta última la más reciente, inaugurada en 2016) y presencia directa en otros diez países. Los centros de operaciones se encuentran instalados en España -concretamente en Barcelona y Lleida- y en Turquía, y emplean, en total, a más de 650 personas en 18 países diferentes, de las cuales más de 450 están en España (aproximadamente 325 puestos de trabajo en Cataluña).

“La inversión en I+D es un factor clave para el desarrollo de nuestro sector”, explican desde Fitó. Por ello, comentan que invierten un 20% de la facturación en I+D, lo cual representa el 39% de los puestos de trabajo. “Tenemos 10 centros de I+D, un laboratorio de biotecnología en Cabrera de Mar (Barcelona), estaciones de desarrollo de producto en más de 15 países y colaboraciones con centros públicos y privados, entre ellos la colaboración con el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA)”. En Cataluña cuentan con una planta en el barrio del Poblenou, en Barcelona, ​​un centro de producción logística en Barbens (Pla d’Urgell) y el centro de investigación y producción en el Maresme.

Fotografía aérea del centro logístico de semillas Fitó en Lleida.

EXPANSIÓN Y FUTURO

“Mundialmente somos conocidos por la berenjena y el melón, y nos estamos introduciendo a fondo en el tomate”, explica Xavier Fitó. Y pone de ejemplo el tomate de la variedad Monterosa, que han desarrollado desde la compañía y que surge del cruce entre un tomate pera de Girona y un tomate Costoluto Genovese.

Respecto a los planes de futuro, Xavier Fitó explica que el año pasado desde Semillas Fitó estuvieron “debatiendo mucho sobre si debían crecer por diversificación, por expansión internacional o por penetración (cuota)”. “No tenemos intención de crecer en más mercados ni de diversificación, sino de trabajar mejor los mercados donde estamos presentes abriendo filiales, etc. En el 2019, por ejemplo, abriremos en Marruecos”, explica el mismo Xavier, que añade: “en Europa y en Estados Unidos queremos desarrollar marcas que lleguen al consumidor final”.

“Somos poco conocidos, pero podemos decir que el 90% de las berenjenas que come Trump y el 50% de los pepinos que come Obama son nuestros”, sentencia quien ha liderado el proceso de crecimiento de la compañía.