Simulación de nanosatélites de Open Cosmos en el espacio.

Las empresas catalanas que quieren conquistar el espacio

Sateliot, Pangea Aerospace y Zero 2 Infinity son algunas de las compañías que pueden liderar la estrategia que el Govern ha creado para potenciar la llamada nueva economía del espacio. Se trata de un sector con un gran potencial de crecimiento y dinamizador de otras tecnologías a través del lanzamiento de pequeños satélites a 500 kilómetros de la Tierra y operarlos para obtener datos y ofrecer nuevos servicios.

Cuando tenemos suerte y vemos una estrella fugaz en el cielo, en una noche sin nubes, pensamos que estamos asistiendo a un fenómeno natural —las estrellas fugaces o meteoros tienen su origen en los cometas, que van dejando a su paso partículas en el espacio que se queman cuando entran en la atmósfera de la Tierra a gran velocidad—. Incluso, nos atrevemos a pedir un deseo o buscamos significados metafísicos en este espejismo. Desgraciadamente, muchas veces lo que estamos viendo no son trozos de cometas que se han ido quedando por el camino sino pequeños satélites —creados por humanos y enviados al espacio— que, después de tres o cuatro años de servicio, han llegado al final de su vida útil y caen, entrando también muy rápidos a la atmósfera y desintegrándose.

Estos pequeños satélites o nanosatélites orbitan a baja altura, a unos 500 o 700 kilómetros de distancia de la Tierra, y se espera que revolucionen la economía, impulsando un nuevo sector espacial, más barato y más accesible que el de los grandes satélites que dominaba hasta ahora. El llamado nuevo espacio permitirá obtener más datos a partir de la observación del planeta y desarrollar nuevos servicios basados en tecnologías avanzadas. También servirá para la integración de las redes de comunicación de los nanosatélites y la tecnología 5G, que supondrá disponer de cobertura homogénea para el Internet de las Cosas (IOT) —continuidad de los servicios también cuando se sale de las ciudades— y complementar las capacidades y coberturas de los operadores móviles. Es por eso que el Govern ha decidido crear la Estrategia New Space de Catalunya, con el objetivo de impulsar esta industria de alto valor añadido, que se espera que genere 1.200 nuevos puestos de trabajo y 280 millones de facturación hasta el 2025.

Un nanosatélite que la empresa Sateliot enviará al espacio, fabricado por Open Cosmos.

“Es una oportunidad”, defiende el director de Tecnología e Innovación de la Fundación i2CAT, Sergi Figuerola, una de las entidades que forma parte de la estrategia. “Es un sector que madurará rápidamente y se abrirá una ventana de oportunidad para los primeros que se posicionen”, remarca. Para Figuerola, Catalunya tiene un sector espacial con varios agentes punteros, como la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) y el Institut Cartogràfic, pero asegura que de forma conjunta se puede ser “mucho más fuerte”. En esta alineación de intereses que busca el Govern para hacer un salto cualitativo y generar un ecosistema potente, empresas catalanas como Sateliot, Pangea Aerospace y Zero 2 Infinity están llamadas a liderar la estrategia y consolidar su posición, además de animar a otras a sumarse a este sector e instalarse en Barcelona.

Sateliot y Open Cosmos

Sateliot, fundada y dirigida por Jaume Sanpera, quiere crear una constelación de nanosatélites en los próximos años. La compañía quiere poner en órbita un total de 100 pequeños satélites entre 2021 y 2022, con una inversión de 100 millones de euros y la previsión de hacer el primer lanzamiento en marzo del año que viene desde Kazajistán. Sateliot espera empezar a facturar a partir del año 2022 y llegar a los 350 millones de euros en el 2025. Para conseguirlo, ha completado dos ampliaciones de capital, por un valor de 2,4 millones de euros, y está inmersa en una ronda por diez millones que quiere cerrar en el primer trimestre del año que viene.

Simulación de la constelación de nanosatélites de Sateliot.

El objetivo es utilizar estos dispositivos espaciales para ofrecer servicios de conectividad de IOT fuera de las ciudades, donde actualmente esta cobertura no llega. Es decir, para conectar entre sí aparatos como un camión que tiene que comunicar constantemente a una centralita la temperatura o la humedad de sus contenedores, también cuando se aleja de entornos urbanos. Sateliot dará este servicio de extensión de cobertura a operadores móviles —que son los que lo que hacen dentro de las ciudades—, reduciendo costes gracias a utilizar estructuras más pequeñas como los nanosatélites.

Sateliot quiere poner en órbita un total de 100 pequeños satélites entre 2021 y 2022, con la previsión de hacer el primer lanzamiento en marzo del año que viene desde Kazajistán

Es aquí donde entra Open Cosmos, encargada de gestionar misiones espaciales para empresas como Sateliot. Se ocupa desde el diseño de los satélites y sus trayectos para llegar al espacio hasta su lanzamiento y operarlos cuando ya están allí, haciendo que los que los contratan solo se tengan que preocupar por desarrollar el servicio que ofrecen, como recopilar datos u ofrecer servicios de conectividad, según señala el consejero delegado de Open Cosmos, Rafael Jordà.

Trabajadores de Open Cosmos fabricando nanosatélites para empresas como Sateliot.

Creada en 2015 en Reino Unido, la compañía tiene satélites en órbita desde hace tres años. OpenCosmos ha ido creciendo y ha decidido volver “a casa”, instalándose en Castelldefels. Jordà estudió en la UPC, pero decidió empezar su proyecto en Reino Unido, donde vio que había más facilidades para emprender e innovar en el sector espacial. Ahora, con una plantilla de 50 empleados y ocho misiones espaciales en marcha, Open Cosmos quiere ser pionera en Catalunya, desarrollando la estructura necesaria para consolidar la economía del espacio. “Hay muchísimo potencial”, asegura Jordà.

Pangea Aerospace, “transportistas” de satélites pequeños

El cofundador de Pangea Aerospace, Xavier Llairó, compara un tren con un taxi para explicar cuál será la contribución de su empresa al sector espacial. Según Llairó, para desplazarte de un lugar al otro, un tren te sale inicialmente más barato que un taxi, a pesar de que después tienes que complementar el trayecto con otros medios de transporte para llegar al destino final. Por otro lado, un taxi te puede salir más caro, pero te deja en la puerta de casa. Pangea Aerospace está trabajando en desarrollar un microlanzador reutilizable para enviar nanosatélites a su órbita de trabajo —su casa—, sin tener que hacer más trayectos de transbordo, como pasa ahora, que generalmente se utilizan los mismos sistemas que hay para los grandes satélites. “Seremos transportistas de nanosatélites”, explica Llairó y asegura que su propuesta tiene que servir para reducir los costes de acceso al espacio y encaja perfectamente con las compañías que quieren enviar constelaciones de pequeños satélites.

Para hacerlo, la empresa barcelonesa, fundada por un equipo de seis personas en febrero de 2018, está desarrollando una tecnología que permita la reutilización de los cohetes pequeños que se utilizan para lanzar nanosatélites y un motor con una forma diferente a la que predomina actualmente en el mercado, que esperan que sea más eficiente, reduciendo el consumo de combustible y aumentando la carga a transportar. No dan plazos de cuando prevén tenerlo terminado y prefieren ir sumando hitos. Ya van por el segundo prototipo de su sistema de recuperación de los cohetes y lideran un consorcio europeo para analizar la vuelta a la atmósfera. Además, después de dos años haciendo simulaciones con el motor, lo construirán y lo probarán en Alemania antes del verano que viene.

Render del microlanzador de Pangea Aerospace.

Render del microlanzador de Pangea AerospacePangea Aerospace prevé empezar a facturar a partir del año 2022 y se financia a través de subvenciones y rondas como la que cerraron en 2019, por 1,2 millones de euros. El equipo ya está formando por once trabajadores y esperan contratar más empleados entre finales de 2020 y principios del que viene.

Zero 2 Infinity

Otra empresa que se dedica a “hacer subir cualquier cosa” al espacio es Zero 2 Infinity, pero en su caso lo hacen a través de globos y no cohetes —solo los utilizan si hay que lanzar objetos a mucha distancia—. El fundador y consejero delegado de Zero 2 Infinity, José Mariano López-Urdiales, indica que este mecanismo es más barato y más ecológico que los cohetes porque provoca menos ruido. Pueden lanzar de todo, desde sistemas de conectividad o paneles solares hasta una muñeca Barbie para hacer promociones.

Lanzamiento nocturno de un globo de Zero 2 Infinity.

Sobre la estrategia impulsada por el Govern, López-Urdiales lamenta que no se haya querido potenciar aspectos en los cuales Catalunya ya era líder, como en el transporte en globos aerostáticos de aire caliente con la empresa igualadina Ultramagic —fue el primer inversor Zero 2 Infinity—, que asegura que permitiría posicionarse en la carrera mundial del turismo espacial. Y es que López-Urdiales sostiene que este tipo de globos tripulados pueden subir a una altura suficiente para “ver la tierra con tus propios ojos desde el espacio como un astronauta”, modelo por el cual empresas de Estados Unidos están apostando.