El bloqueo internacional que ha provocado el portacontenedores Ever Given, fletado por la compañía taiwanesa Evergreen Line y con destino Róterdam, ha puesto de relieve la fragilidad que se puede producir en un mundo globalizado, ya evidenciada recientemente con la crisis de la covid-19. Se ha visto como un contratiempo puede pararlo todo y tener consecuencias millonarias. Más allá del colapso en el tráfico internacional marítimo que ha provocado, ha habido otros daños colaterales, como la subida del precio del petróleo, encareciendo también el coste del comercio.
A pesar de que ya se ha empezado a retomar el tráfico en el Canal de Suez, después de los trabajos para reflotar el Ever Given, todavía queda mucho para resolver esta crisis. No solo por la investigación que se tendrá que hacer para determinar las causas del accidente sino por todos los barcos que se han quedado atrapados por el camino o los que han desviado la ruta. Obviamente, habrá un impacto en la operativa de puertos como el de Barcelona, pero todavía es pronto para cuantificarlo.
La presidenta del Port de Barcelona, Mercè Conesa, explica que todavía no se han producido afectaciones, pero que, por supuesto, las habrá. Consciente de las tensiones que se pueden producir una vez se reactive completamente el tráfico internacional, Conesa remarca que están trabajando para evitar sumar más retrasos cuando los barcos lleguen al enclave, reforzando la gestión y los equipos. “Nos estamos preparando para evitar que las terminales se conviertan en un cuello de botella. Estos días el cuello de botella ha sido el Canal de Suez, pero ahora lo que puede pasar es que lo sean los puertos porque las terminales no puedan operar tan deprisa como es necesario”, expone.
Conesa señala que las terminales del Port de Barcelona tendrán que reprogramar los trabajos que tenían previstos para cuando finalmente lleguen los barcos, además de organizar escalas más seguidas, acumulando los retrasos y las que ya se tenían que producir originalmente. “Lo más importante es que, cuando nos lleguen todos los barcos, nosotros tengamos toda la operativa a punto para que la mercancía fluya muy rápidamente por las terminales”, defiende. Otra cuestión que les puede afectar será la falta de contenedores, teniendo en cuenta que se reutilizan una vez llegan y esto dependerá de la reanudación del tráfico internacional. “Todo se retrasa”, subraya.
La primera afectación en el Port de Barcelona será este sábado
Hasta ahora, los barcos que han llegado a Barcelona viniendo del Canal de Suez durante los últimos días lo han podido hacer porque lo habían cruzado antes del accidente. La ruta desde esta arteria comercial hasta la capital catalana dura aproximadamente entre seis y ocho días. Es decir, todavía hay margen para empezar a notar los efectos del atasco.
La primera consecuencia de la obstrucción del Canal de Suez en el Puerto de Barcelona se verá este sábado, cuando el primer barco afectado por el parón no llegue a la capital catalana. Casualmente, esta nave, que se encuentra en la parte sur del canal, opera por Evergreen Line. En total, el puerto calcula que, hoy por hoy, hay unos 11 barcos con destino Barcelona afectados por el incidente.
El retraso que finalmente acaben teniendo estos barcos dependerá de diferentes factores. Ahora mismo, las navieras están decidiendo cuál es la mejor opción para gestionar la situación: o esperar o cambiar de ruta, yendo por el Cabo de Buena Esperanza. Esta desviación supone sumar entre 10 y 12 días más de ruta para llegar a Barcelona y aumentar los costes. Las compañías que vienen del sudeste asiático ya han optado por evitar el Canal de Suez y dar la vuelta por África, según indica la presidenta del Port de Barcelona. También afectará si se aumenta la afluencia máxima permitida en el Canal de Suez, que acostumbra a ser de 50 barcos al día como máximo. Se está planteando la posibilidad de incrementar la capacidad hasta los 100, decisión que podría reducir considerablemente el plazo para hacer pasar la cola de 400 buques que a día de hoy están esperando.
Actualmente, el Port de Barcelona recibe semanalmente entre 35 y 40 escalas de portacontenedores, de las cuales siete corresponden a servicios marítimos regulares de contenedores que unen Asia y el Mediterráneo, transitando por el Canal de Suez. Son servicios con Extremo Oriente, el Golfo Pérsico, el subcontinente indio y Pakistán o el sudeste asiático, que tardan entre 25 y 35 días en hacer la ruta entera. Maersk, Mediterranean Shipping Company (MSC), CMA-CGM, Ocean Network Express (ONE) y Evergreen Line son algunas de las navieras que transportan contenedores a la capital catalana y resultarán afectadas. A estos barcos se tienen que añadir los petroleros y barcos de transporte de gas, que acostumbran a pasar por el Canal de Suez desde la zona del Mar de Arabia hacia el Mediterráneo.