Así luce estos días la esquina de Passeig de Gràcia con Gran Via.
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El impacto Messi en Barcelona

Una exposición analiza cómo el fútbol influye en el urbanismo, la economía, la política y la cohesión social de la ciudad en plena crisis del Barça

Confieso que no recuerdo en todos mis años de carrera profesional haber contado tanto los días que quedaban para las vacaciones como este. Qué mes de julio más largo y lento, sobre todo la última semana. Y qué agosto más rápido, tanto que tampoco recuerdo una reincorporación tan cuesta arriba como esta. Lo cierto es que uno esperaba un septiembre con los últimos coletazos del covid, pero parece que se hará esperar todavía un poco. Y encima, un agosto nefasto en cuanto a noticias.

Un informe del IPCC nos dice que el calentamiento global ya se ha cobrado consecuencias irrecuperables para el planeta y que, si no lo remediamos, nos vamos directos al apocalipsis climático. Después, lo del drama humano de Afganistán y la sensación de volver donde estábamos hace 20 años. Y lo de la factura de la luz, que, si sigue este ritmo, acabará siendo una carga para las economías familiares peor que una hipoteca. Personalmente, me ha dejado tocado la muerte de Ed Asner, el gran Lou Grant de la serie de culto ambientada en la redacción de Los Angeles Tribune. En mi imaginario —y seguro que en el de muchos colegas de mi generación y anteriores—, culmina también la defunción de un tipo de periodistas y periodismo que tuve la fortuna de vivir y que ya no volverá.

Dejo para el final el gran drama del verano, la marcha entre lágrimas de Messi del Barça, que, además del impacto emocional que ha dejado entre el barcelonismo, ha aflorado la delicada situación de un club referente mundial al que la actual coyuntura de crisis global ha pinchado la burbuja en la que ha habitado en las últimas décadas.

Con este estado de ánimo, he visitado una excelente exposición que está pasando muy desapercibida sobre el impacto del fútbol en Barcelona, desde el punto de vista social, urbanístico, político, económico y de posicionamiento como marca internacional de la ciudad. Decía que ha pasado desapercibida porque el Museu d’Història de Barcelona la ha ubicado en el centro Oliva Artés, una antigua nave industrial que se salvó de la piqueta y que hoy es un espacio cultural de grandes potencialidades dentro del parque central del Poblenou. Debo reconocer que quedé impactado, por la calidad de la exposición y por el marco que ofrece este magnífico contenedor que desconocía.

La exposición Barcelona & Futbol. El gran joc social del segle XX puede visitarse en el espacio MUHBA Oliva Artés hasta el 30 de diciembre.

La exposición está magníficamente planteada y reúne una excelente colección de objetos e imágenes. Aunque el Barça ocupa una parte importante como gran marca global, también están presentes los otros clubs de la ciudad. La muestra reflexiona sobre la contribución e influencia del fútbol profesional en el desarrollo de Barcelona a lo largo del siglo XX y cuál va a ser su papel en el XXI. Así, los organizadores se preguntan si, como juego urbano, el fútbol será un instrumento de inclusión social en una ciudad más plural. O cuándo habrá plena equiparación entre hombres y mujeres. De momento, el fútbol femenino viene empujando fuerte y los nombres de las futbolistas empiezan a ser conocidos y valorada su calidad. Es el caso de algunas jugadoras del exitoso Barça del triplete, como Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Jennifer Hermoso, Lieke Martens y Caroline Graham Hansen, por citar solo algunas. Una experiencia impensable hace solo unos años.

La muestra también se pregunta si los grandes clubes seguirán desempeñando un importante papel en la economía y la política. Seguro que sí, pero hay que ver cómo. Las grandes ligas profesionales generan mucho dinero a través de las entradas y las cuotas de los socios, que acaban siendo el chocolate del loro cuando entran en juego la publicidad, los derechos televisivos y el merchandising. Esto por lo que respecta solo a los clubs, porque después están todas las actividades que giran alrededor de las grandes competiciones, como la de las apuestas. Como consecuencia de todo ello, los clubes de élite deben soportar grandes gastos estructurales si quieren ser competitivos. El más importante son las nóminas de los jugadores, en cuyos contratos se manejan cifras astronómicas. Esto es lo que ahora le está pasando factura al Barça, al que la crisis sanitaria y económica de la covid ha dejado al descubierto los pies de barro del sistema.

La muestra defiende que el fútbol ha contribuido a la construcción social de la ciudad a lo largo del siglo XX.

En cualquier caso, el impacto del fútbol en las ciudades y las economías locales, nacionales e internacional es evidente. En los palcos de los grandes equipos se cierran muchos acuerdos políticos y económicos, aunque ninguno en el Camp Nou ha logrado salvar al Barça de la traumática pérdida del mejor jugador de todos los tiempos.

La exposición recoge todo tipo de imágenes y objetos.

Las lágrimas de Messi fueron portada en todos los diarios y medios del mundo. Incluido el Financial Times. En los grandes centros de negocios del planeta no se toma ninguna decisión sin antes leer el Financial Times, y las que se tomaron aquel día fueron después del llanto del argentino. Dicho de otra manera: la marcha de Messi del Barça y su fichaje por el PSG han tenido un evidente impacto económico mundial. Estaría bien cuantificarlo. No debe ser tarea fácil calcularlo con todas sus variables, pero lo que sí sabemos es que en Barcelona ha sido negativo. La pregunta es ahora cuánto tiempo arrastraremos esta crisis económica, deportiva, social y hasta sanitaria, porque a más de uno la marcha del astro lo ha puesto enfermo.