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El Portal de l'Àngel es una de las calles comerciales que registra más afluencia de visitantes. ©Clara Soler

El comercio de Barcelona depende en un 46% del área metropolitana y el turismo

El gasto que realizan los visitantes de la capital catalana es "vital" para asegurar la viabilidad de un modelo comercial que genera el 12,7% del PIB de la ciudad, unos 13.800 millones de euros, y emplea a 98.000 personas

El modelo comercial de Barcelona no sería sostenible sin el gasto realizado por los visitantes metropolitanos y el turismo que generan, conjuntamente, el 46% del negocio de los comercios de la ciudad, según el informe Importancia de la economía del visitante de la región metropolitana de Barcelona re-economizar el centro de Barcelona, ​​encargado por la Unión de Ejes Comerciales Turísticos, Barcelona Oberta.

Más concretamente, es primordial el volumen de compra que hacen los residentes de la región metropolitana en la ciudad, donde dejan anualmente unos 3.900 millones de euros, que representa el 28% del negocio anual de todo el sector comercial, cercano a 13.800 millones de euros (el 12,7% del PIB de la ciudad de Barcelona), con datos de 2019. Trasladado al mercado laboral, este porcentaje corresponde a más de 25.000 empleos del total de 98.000 que proporciona el sector.

El impacto del visitante metropolitano en la ciudad de Barcelona no sólo incide en el comercio: de cada tres euros en compras de los no residentes de la ciudad, se induce un euro de gasto en la restauración, puesto que más de la mitad (54%) de los consumidores provenientes de fuera de la ciudad, que la visitan para pasar un mínimo de tres horas realizando compras, pasan por algún establecimiento de restauración. Destaca que seis de cada diez visitantes de la región metropolitana se desplazan a la ciudad entre dos y tres veces al mes. Es decir, no sólo van de compras quienes trabajan en Barcelona, ​​sinó que un 60% se traslada a la ciudad durante el fin de semana. Esto demostraría por qué el 77% de las compras corresponde al retail de la moda y un 35% al ​​producto fresco, por ejemplo; mientras que un 93% gasta en restauración.

En el caso del turismo, el estudio de Barcelona Oberta concreta que deja una facturación de 2.400 millones de euros para el comercio, el 18% del negocio total. Por último, las compras de los barceloneses se elevan hasta los 7.500 millones de euros, representando poco más de la mitad de la facturación del comercio de la ciudad (54%). “Esto demuestra que la ciudad de los 15 minutos es una asignatura que hemos superado, porque los residentes en la ciudad tienen una buena y accesible oferta comercial cerca de su domicilio”, concretó Roger Gaspa, socio-director de RBD Consulting Group, empresa encargada de la elaboración del estudio.

Riesgos sobre una ciudad con atractivo

El estudio evidencia que el comercio de centralidad de Barcelona —“propio de las principales ciudades de Europa”, destaca Gabriel Jené— tiene un atractivo significativo para los consumidores de fuera de la ciudad, sean residentes en la región metropolitana y el resto de Catalunya o sean visitantes extranjeros, pero también alerta de que la accesibilidad no puede convertirse en una traba, “en un estorbo a la movilidad”, manifestó el presidente de la asociación Barcelona Oberta, que representa 21 ejes comerciales de la ciudad.

En este sentido, entre las conclusiones del informe, un llamamiento al consenso con las administraciones y, en especial, una demanda para el Ayuntamiento de Barcelona porque las políticas urbanísticas que está implementando, donde se prioriza la sostenibilidad, pero que redundan directamente en la movilidad sin tener en cuenta las posibles afectaciones sobre la economía de la ciudad, se reviertan o, al menos, que se busque el consenso antes de llevar a cabo según qué actuaciones.

carrer Gran de Gràcia
El eje comercial de la Calle Gran de Gràcia, una de las arterias que se pacifican los fines de semana. ©AJUNTAMENT DE BARCELONA

Por su parte, Roger Gaspa habló de la “desconexión emocional” que se está produciendo entre los residentes de los municipios que rodean a Barcelona y la capital, y lo atribuyen, especialmente, a la debilidad del transporte público y las limitaciones a la movilidad ocasionadas por la política urbanística del consistorio. Actualmente, el 50,8% de visitantes metropolitanos se desplazan a Barcelona en vehículo privado por problemas asociados al modelo y oferta de transporte público existente, que se agrava a medida que se incrementa la distancia de la ciudad. También tienen quejas por las dificultades de acceso con el coche privado y el tiempo que se tarda en llegar y encontrar aparcamiento.

En este contexto, como conclusión, el 71% de los residentes de la región metropolitana asegura que cada vez es más complicado ir de compras a Barcelona y el 58% de los compradores manifiesta que dejaría de venir a la ciudad de Barcelona si no pudiera acceder con su vehículo privado.