El Ayuntamiento de Barcelona llenará de actividad tres naves vacías, que suman 6.800 metros cuadrados y están ubicadas en las antiguas zonas industriales del Besòs y el 22@, de la mano de operadores privados. Mediante la colaboración público-privada, se potenciarán sectores de la nueva economía, como la innovación urbana, las industrias creativas y la economía circular, con el objetivo de fomentar la innovación y crear nuevas empresas y empleo de calidad.
A través de un proceso de concurrencia pública que empezó el año pasado, los agentes seleccionados han sido el Institut d’Arquitectura Avançada de Catalunya (IAAC), la Corporación Mondragón y la UTE formada por Ingenia Cultura, Lavinia y Arsmediatech. “Hemos apostado por empresas solventes y con trayectoria que pueden garantizar no solo la viabilidad económica, sino la sostenibilidad de todo el proyecto”, sostiene Fèlix Ortega, director general de Barcelon Activa.
La administración cederá los espacios a las empresas seleccionadas, que se encargarán de dinamizarlos. Se trata del mismo mecanismo que se usó para impulsar el campus de programación 42 Barcelona de la mano de Telefónica o Ca L’Alier, donde se instalaron la fundación BIT Habitat y la multinacional Cisco, quien ampliará su apuesta por la capital catalana ubicando en la antigua fábrica su primer centro europeo de diseño de chips. “Ahora lo volvemos a hacer y lo hacemos a una escala más importante”, defiende la teniente de alcalde Laia Bonet.
La puesta en marcha de los nuevos polos de la nueva economía supondrá una inversión estimada alrededor de los diez millones de euros, cifra que variará según la aportación que hagan los operadores privados. Por ahora, la inversión municipal ha sido de 7,05 millones de euros. Con todo, las tres naves se espera que tengan impacto en 250 pymes y startups a través de programas de incubación, aceleración y financiación. También se calcula que permitirán formar a más de 1.000 alumnos al año en temas de innovación y tecnología, y llegar a 4.500 ciudadanos en acciones divulgativas.
La primera pata de esta iniciativa que entrará en funcionamiento será la ubicada en una de las naves de Palo Alto, donde Ingenia Cultura, Lavinia y Arsmediatech fomentarán las industrias creativas. Estará centrada en la creación de experiencias inmersivas, realidad virtual y aumentada, animación y 3D, que se aplicarán a la cultura, la comunicación, los videojuegos, el ocio y la educación. Con una superficie de 2.100 metros cuadrados, el Ayuntamiento ha invertido 5,5 millones de euros. Se están haciendo obras y se prevé que finalicen a finales de año. La UTE ganadora tiene una concesión de diez años, ampliable con cinco.
Después vendrá la nave que ocupará la universidad cooperativa vasca Mondragon Unibertsitatea —miembro de la Corporación Mondragon—, prevista para finales de 2024, donde se acogerán startups y corporaciones centradas en crear soluciones de economía circular y digitalización de pymes, además de ofrecer formación. Ubicada en la calle Ciutat d’Asunción, en Sant Andreu, la nave tiene una superficie de más de 3.300 metros cuadrados y se incluirán espacios de coworking, de reuniones y de asesoría y consultoría. El consistorio compró la nave hace un año por 3,2 millones de euros y otorgará una subvención de un millón de euros a Mondragón, quien tiene el derecho de superficie por 25 años, con posibilidad de una prórroga de 15.
La nave del IAAC, propiedad del Ayuntamiento, será la última en ponerse en marcha, hacia finales de 2024. Con una superficie de más de 1.500 metros cuadrados, el espacio se encuentra en la calle de Àvila, en el Poblenou. Con la colaboración del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC), el Tech Barcelona y Barcelona Global, se harán programas de formación y habrá laboratorios de experimentación, así como se incubarán startups y se trabajará en programas de fabricación digital, transición energética, edificios sostenibles, nanomateriales, big data urbano, sensores de código abierto o movilidad inteligente. El nuevo hub urbantech quiere aprovechar iniciativas como la nueva Bauhaus Europea y la capitalidad barcelonesa de la Arquitectura en 2026. Con una concesión de 25 años, ampliable con 15 más, la administración local les ha concedido una subvención de 550.000 euros. En este caso como en el de Mondragón, las ayudas públicas representan un 30% de las inversiones que se tendrán que hacer, todavía por definir.