La ingeniería que hay en torno a la robótica, a menudo diseñada a medida del cliente, es lo que determina la eficiencia y la eficacia de su aplicación en la industria y, a la vez, es el valor añadido que aportan los fabricantes de robots, como la multinacional ABB.
Este grupo, de origen sueco-suizo, elabora soluciones globales para los clientes de todo el mundo con el trabajo especializado de los equipos regionales, uno de ellos radicado en Sant Quirze del Vallès. “Nuestras instalaciones cubren cuatro de los catorce centros de soluciones de tecnología avanzada que tiene la multinacional a nivel mundial”, explica Sergio Martín, director general de ABB Robotics y Discrete Automation para España y Portugal, porque “somos el futuro de las fábricas flexibles y las máquinas inteligentes aportando soluciones de valor añadido en robótica y automatización de máquinas y fábricas”.
“Nuestras soluciones de automatización integradas, nuestra experiencia en aplicaciones en un amplio abanico de industrias y nuestra presencia global ofrecen un valor tangible al cliente”, añade Martín. Actualmente, más del 50% de los proyectos que elabora ABB en el Vallès van destinados a la industria de la automoción, pero otros sectores como el de la alimentación y bebidas, el retail y la logística están ganando terreno.
“La logística está creciendo un 20% anual, cuando la actividad del resto de sectores manufactureros aumenta entre un 6% y un 9% anual, por tanto, es un segmento con mucho potencial de crecimiento, al que destinaremos todos nuestros esfuerzos”, concreta el directivo. Esto permitiría a la dirección de Sant Quirze optar a liderar un nuevo centro mundial de soluciones para toda la multinacional específico para la robótica en el campo de la logística, y más después de que, en 2021, ABB España incorporara, por la vía de la adquisición, Asti Mobile Robotics Group, fabricante mundial de Robots Móviles Autónomos (AMR), con sede y fábrica en Burgos. Con esta compra, ABB dispone de una completa cartera de soluciones para la próxima generación de automatización flexible.
“Entre los dos equipos hacemos sinergias —a la plantilla de 250 personas que tiene ABB España se han sumado los 200 empleados de Asti, que llegarán a 300 a finales de este año— y podremos expandirnos a otros sectores”, añade Martín, aunque Asti está más centrado en la fabricación, pero también tiene un equipo de I+D. Hasta el punto de que, dada la demanda mundial de robótica colaborativa, la multinacional está analizando la implantación de Asti en China, con una fábrica de robots que se añadiría a las tres que el grupo ya tiene en Suecia, Estados Unidos y China.
La incorporación de Asti marcó los resultados de ABB España en 2021. Con cuatro áreas de negocio (electrificación, robótica y automatización, motores y procesos de automatización) el grupo logró mitigar el impacto de la inflación y los problemas de suministro con unas ventas de 564 millones de euros, un 17% más que en 2020.
Cuatro de los 14 centros mundiales de innovación
Para el desarrollo de la división mundial de robótica colaborativa, el know how de Sant Quirze en I+D será básico. En este sentido, Martín desgrana a los centros de soluciones globales que dirige y que, a nivel de inversión, se nutren de los casi 21 millones de euros que la multinacional destina a sus activos en España, en su mayor parte ubicados en Catalunya.
En primer lugar, con larga trayectoria, en el Vallès se encuentra la zona de I+D para la automatización y tecnologías de movimiento industrial dirigidos principalmente al sector de la automoción (sección de prensas), pero con aplicaciones en muchos otros segmentos de la manufactura como farmacia y alimentación.
La multinacional invierte en España del orden de 21 millones de euros anuales
Con este fin, las innovaciones no cesan. Los ingenieros de Sant Quirze han avanzado en otro centro de soluciones globales, el destinado al desarrollo del software necesario para perfeccionar el acabado y montaje finales en las líneas de producción y se han especializado en ofrecer soluciones completas de equipos de montaje. “Nuestra cadena de valor incluye la intralogística, el premontaje, el montaje final y la inspección de calidad para los clientes de automoción, adaptándonos a las líneas existentes o empezando de cero en nuevas fábricas porque, por ejemplo, la fabricación del vehículo eléctrico requerirá cambios importantes en las líneas de montaje”, manifiesta el responsable de ABB.
Martín concreta que “las líneas de fabricación de automóviles tienen muy poca interacción humana, pero es al final de la cadena donde se personaliza el vehículo y donde hay intervención del trabajador y aquí podemos aportar nuestras soluciones de final trim and assembly especializadas”. “Se trata de una tecnología muy nueva y avanzada que ajustamos a los fabricantes de automoción y que nos da capacidad para aplicarla a otros segmentos porque será imprescindible en la aeronáutica o la alimentación, entre otros”.
En Sant Quirze también se encuentra el centro mundial 3DVM de aplicaciones de metrología 3D de la compañía. Una tecnología de escaneo para sensores 3D de luz blanca, mediante escáneres digitales, para optimizar la inspección y garantía de calidad en la fabricación, ya que puede detectar defectos en componentes fabricados con muy alto nivel de precisión.
El cuarto centro global es el Digital Acceleration para robótica móvil autónoma (AMR) con inteligencia artificial (IA) y tecnología de mapeo de visión 3D, que se inició hace cinco años; una tarea a la que destina un equipo de los más internacionalizados de la compañía en Sant Quirze, con 15 ingenieros de siete nacionalidades.
La inteligencia artificial y la visión 3D han aportado nuevas soluciones al campo de la robótica industrial
Con la experiencia adquirida, desde enero de 2020, cuenta también con el centro de innovación colaborativa de robótica de ABB en Europa (Centro de Innovación para Clientes), en el que invirtió 15 millones de euros, con el objetivo de ofrecer soluciones digitales en procesos de robótica, que ayuda a desbloquear el potencial de fabricación digital y robótica industrial mundial y agilizar la transformación digital de la industria. Trabajan unas 40 personas.
Esta área de robótica colaborativa está abierta “a todas las industrias y pymes que tengan un reto industrial en cualquier sector de actividad”, de hecho, “la experiencia que estamos adquiriendo en este campo nos permite entrar en soluciones para nuevos sectores diseñando ingeniería muy sofisticada tecnológicamente pero compacta y sencilla, muy fácil de usar y programar, que puede convivir en la cadena de producción con el trabajador sin generar ningún riesgo de seguridad”. Pero también quiere ser útil a particulares y organismos públicos, universidades, clústeres sectoriales, empresas emergentes y centros tecnológicos, con el fin de que la industria española pueda acelerar el desarrollo de la próxima generación de tecnología robótica y automatización. “Es un ecosistema que contribuye mucho a que ABB cuente con Sant Quirze para avanzar en tecnología e innovación”, concreta Sergi Martín.
