La sala estaba llena a rebosar. Más de un centenar de mujeres charlaban entre ellas, presentándose constantemente a nuevas caras. Se respiraban las ganas de hacer algo que hasta ahora solo había estado reservado para ellos. Hasta se percibía un punto de euforia por haberlo conseguido. Estas eran las sensaciones que se tenían paseando por la fiesta de inauguración de Juno House, un club de mujeres para su bienestar personal y profesional. “Un refugio urbano para la conciliación y el equilibrio entre la vida personal y la laboral, y sobre todo un trampolín para la carrera profesional de las socias, fomentando la creatividad, la productividad y las sinergias internacionales”, en palabras de una de sus fundadoras, Natalie Batlle, con Liana Grieg y Eva Vila-Massanas complementando el equipo fundador. La primera piedra ya está puesta, ahora solo queda gestionar esta alegría colectiva y ver cómo funciona este nuevo modelo en Barcelona, muy típico en Estados Unidos.
Para las que aún no se hayan apuntado, tienen que saber que, para poder ser parte de esta nueva comunidad, hay que superar una primera selección del equipo impulsor y pagar una cuota. Recién estrenado, ya cuenta con unas 400 socias y una larga lista de espera que llega a 1.000 candidatas. El equipo está leyendo todas las peticiones para hacer una criba y seguir creciendo, con el objetivo de garantizar una buena mezcla de diferentes perfiles profesionales, que vendrán de múltiples procedencias y cubrirán un buen rango de edades. De momento, las socias más jóvenes son las que más se echan de menos.
El nuevo club está ubicado en La Farinera de Aribau, una joya arquitectónica escondida en el interior de manzana entre Aribau, Travessera de Gràcia, Tuset y Moià, pasada la Diagonal. Solo se intuye discretamente desde la calle Moià, justo detrás del Instituto Francés. Se trata de una antigua fábrica del siglo XIX, con una superficie de más de 1.400 metros cuadrados repartida en una torre de cinco plantas y una nave industrial, que llegó a ser un taller mecánico. Fue restaurada hace unos años por el estudio de arquitectura barcelonés Bogom y Juno House será el primer uso que tendrá desde la reforma. La arquitecta Merche Conca del estudio BCA y la interiorista Meritxell Ribé de The Room Studio han sido las encargadas de ponerla a punto para su estreno.
Para arrancar el proyecto, Juno House cerró una ronda de dos millones de euros, que se ha dedicado a las obras y a la compra de mobiliario, así como a la contratación de personal. El family office de la familia Elías —accionistas de referencia de la cadena Veritas y exsocios de Caprabo— ha sido quien ha liderado la ronda, que se ha completado con aportaciones de las tres fundadoras. De cara a los próximos años, se contempla la expansión a otras ciudades, tanto del resto de España como de Europa.