Interior FotoNostrum
Interior de la galería FotoNostrum, en la calle Diputació. © Olga Planas

Barcelona se refuerza como capital de la fotografía

Nuevos espacios expositivos como FotoNostrum proyectan a la ciudad con eventos internacionales como la Bienal de Fotografía Artística y Documental, que ha fijado su sede permanente en la capital catalana, a la espera de un gran festival que articule el movimiento

La galería fotográfica FotoNostrum es el resultado de muchos años dedicados a la promoción de un arte que cada vez está cogiendo más peso en la ciudad. Su fundador y consejero delegado, Julio Hirsch-Hardy, llegó a este mundo después de una carrera centrada en los negocios, como directivo en el Correo Argentino y City Bank, y como emprendedor de una empresa tecnológica del sector de la automoción. Llegada la crisis económica, que supuso cerrar la compañía que había fundado en Málaga, empezó a dedicarse a la fotografía montando muestras itinerantes a partir de 2010, bajo el título de Bienal de Fotografía Artística y Documental y pasando por Madrid, Buenos Aires, Málaga y Berlín. Acabó escogiendo a la capital catalana como sede permanente. “Me gustó Barcelona y me pareció que no tenía una oferta expositiva suficientemente grande siendo la ciudad que es, con el bagaje y la historia cultural que tiene”, cuenta Hirsch-Hardy.

Corría el año 2018 cuando se organizó por primera vez en la capital catalana la bienal impulsada por Hirsch-Hardy, que ya llevaba cinco a sus espaldas en otras ciudades europeas y su Argentina natal. El espacio escogido fue la Nau Bostik, en la Sagrera. En aquel momento, la ciudad solo contaba con Foto Colectania —luego llegó el centro de fotografía KBr de la fundación Mapfre—, y Hirsch-Hardy vio una oportunidad de ampliar la oferta. El empresario se puso a buscar y encontró un local de 1.000 metros cuadrados y de dos plantas en la calle Diputació, muy cerca del Parque Joan Miró, que había sido un depósito de sanitarios Roca y estaba abandonado desde hacía años. Así nació FotoNostrum.

Visto con perspectiva, marzo de 2020 no fue un buen momento para las inauguraciones. El nuevo espacio expositivo de la ciudad abrió puertas el día 4 de ese mes, con la sexta edición de la Bienal de Fotografía Artística y Documental. “Mi idea era tener un espacio permanente para la bienal y crear un centro de primer nivel de exposiciones fotográficas”, relata. Con una gran muestra colectiva, el recién estrenado espacio tuvo que bajar la persiana en menos de diez días. La pandemia dio una tregua ese mismo verano y pudieron reabrir, pero la tercera ola obligó a volver a cerrar.

Un año y medio después, a finales de 2021, FotoNostrum abrió de nuevo, ya definitivamente, reeditando la bienal que se había visto truncada por la pandemia y que había encerrado muchas de las obras expuestas en la misma galería durante meses. Luego, Hirsch-Hardy arrancó con el programa expositivo de la galería con una extensa muestra dedicada a Steve McCurry, mundialmente conocido por el retrato de la niña afgana. “Lo que procuramos es hacer exposiciones que nunca se hayan hecho en Barcelona y traer artistas de primer nivel que no se hayan visto”, expone el fundador. También hay espacio para artistas emergentes, generalmente concentrados en la planta baja del centro fotográfico.

La recepción que tuvo McCurry les dio la razón, con unas 17.000 visitas en tan solo dos meses. “No se podía caminar por los pasillos”, recuerda Hirsch-Hardy, “había entre 300 y 400 personas en la sala, incluso hubo días en las que vinieron 800”. FotoNostrum, que ha supuesto una inversión de unos 400.000 euros, combina la venta de entradas, con precios que van de los 5 a los 11 euros, con la venta de la obra expuesta, como si fuera una galería de arte. “Es una apuesta fuerte. Barcelona es aún una plaza difícil para vender fotografía”, señala. Al débil posicionamiento de la capital catalana como centro coleccionista, se suma que se trata de un arte en expansión y con un mercado por desarrollar.

 

La necesidad de un festival de fotografía

A McCurry le siguieron Helmud Newton y Richard Avedon. La segunda muestra, sobre el famoso fotógrafo estadounidense de moda, se ha estrenado mundialmente en Barcelona y luego se desplazará a otras ciudades. Esto se explica por factores como que Gideon Lewin, ayudante de Avedon y encargado de diseñar la muestra, fue jefe de Claude Picasso, hijo de Pablo Picasso, y ha estado muy vinculado con la ciudad. Hasta Avedon llegó a retratar a Claude, junto a su hermana Paloma.

A la exposición de McCurry le siguieron las de otros dos fotógrafos nunca expuestos en la ciudad, Helmud Newton y Richard Avedon

“Hay una serie de relaciones culturales que hacen que Barcelona sea un lugar único y una marca con un atractivo impresionante, pero está desaprovechado”, remarca Hirsch-Hardy. El fundador de la galería del Eixample cree que la ciudad debe potenciar más la fotografía si se quiere convertir en uno de los principales destinos europeos dedicados a este arte, teniendo en cuenta que ahora cuenta con tres centros expositivos. “Barcelona puede llegar a ser la capital de la fotografía si hay una voluntad privada y pública de crear algo que le falta, un festival. PHotoESPAÑA en Madrid ha creado un entorno muy fuerte y ha penetrado internacionalmente con exposiciones de alto nivel. Barcelona debe ser de las pocas ciudades turísticas tan grandes que no tiene un festival”, lamenta.

Se pueden dar los ingredientes para ello, confía Hirsch-Hardy, pero aún falta. Él tuvo un proyecto para hacerlo de la mano de la Unión por el Mediterráneo, pero la pandemia lo echó al traste. Por el momento, FotoNostrum inaugurará la semana que viene la séptima Bienal de Fotografía Artística y Documental, ya asentada permanentemente en la ciudad, con un despliegue que quiere dejar atrás los años complicados que le han precedido. Así, sumará más de 1.500 obras de casi 400 fotógrafos de todo el mundo. Tal ha sido la magnitud de la muestra, que han optado por dividirla en dos partes. La primera irá del 13 al 30 de octubre y la segunda del 9 al 27 de noviembre. Se espera que el día de inauguración más de 120 fotógrafos se desplacen a la capital catalana, atraídos por el magnetismo que aún despierta.

Julio Hirsh-Hardy FotoNostrum
Julio Hirsch-Hardy enseñando FotoNostrum. © Olga Planas