Detalle del laboratorio del Parc Científic de Barcelona (PCB). © Àngel Bravo

Una década de CaixaImpulse: 232 proyectos y 50 spin-offs científicas financiadas

Desde la creación de esta iniciativa en 2015, la Fundación La Caixa, a través del fondo Criteria Bio Ventures de su brazo inversor, ha destinado 24,8 millones de euros en traspasar el conocimiento generado en laboratorios a aplicaciones prácticas para mejorar la vida de los pacientes

Catalunya despunta en investigación y producción científica. Sin embargo, Barcelona busca destacar también como una de las ciudades de referencia en transferencia científica e innovación, consiguiendo que el conocimiento generado en laboratorios e instituciones pueda convertirse en aplicaciones prácticas y soluciones que mejoren la vida de los pacientes. Un proceso que requiere no solo de un largo tiempo de maduración hasta que la idea llega al mercado, sino también de fondos de capital riesgo dispuestos a invertir para poder desarrollar estos productos y terapias innovadoras.

Con el objetivo de acompañar este proceso hacia la comercialización, en los últimos años han florecido un gran número de oficinas de transferencia de conocimiento en universidades, instituciones y centros de investigación, así como ayudas públicas e incluso iniciativas privadas para que la ciencia puntera que se desarrolla en Catalunya pueda tener un efecto directo en la vida de los pacientes. Con este objetivo, la Fundación la Caixa creó hace una década CaixaImpulse, una iniciativa que, además de financiación, también acompaña estos proyectos hacia el mercado con formación y mentorías.

Durante esta primera década de actividad, la entidad ha destinado 24,8 millones de euros para financiar estas empresas en sus primeras etapas. Unas ayudas que se han podido financiar a través de Criteria Bio Ventures, el fondo de venture capital centrado en biotecnología y ciencias de la salud de CriteriaCaixa, brazo inversor de la fundación. Gracias a los beneficios obtenidos de las empresas participadas por CriteriaCaixa, la Fundación prevé invertir hasta 4.000 millones de euros en los próximos cinco años en acciones sociales, educativas y culturales, entre las que se encuentra el programa CaixaImpulse.  

En total, estos casi 25 millones de euros distribuidos en una década se han destinado a financiar 232 proyectos de investigación biomédica y tecnológica —200 de los cuales en España, y 32 en Portugal—, con un total de 50 spin-offs creadas gracias a las ayudas del programa. Prácticamente la totalidad de esas empresas, un total de 46, siguen activas, y 2 de ellas ya han empezado la comercialización de sus productos. Los proyectos financiados cubren una amplia variedad de ramas de las ciencias de la salud, desde la oncología —que concentra la mayor parte de las iniciativas—, hasta las neurociencias, las enfermedades infecciosas o cardiovasculares.

Entre las empresas creadas, se encuentran proyectos como los exoesqueletos de ABLE Human Motion, los robots utilizados en procesos de rehabilitación físicos y cognitivos de Inrobics o el dispositivo médico de Innitius capaz de predecir precozmente la posibilidad de sufrir un parto prematuro. En total, estas empresas han logrado crear 285 puestos de trabajo y mejorar la vida de 3.180 pacientes que han participado en los ensayos clínicos de las diferentes iniciativas.

Para estas empresas, la financiación del programa CaixaImpulse resulta clave en las primeras fases de su desarrollo. Especialmente en un ecosistema en el que, aunque cada vez existen más fondos de capital riesgo especializados, la falta de recursos económicos sigue representando uno de los grandes impedimentos para que estas spin-offs logren superar el conocido como “valle de la muerte”, período inicial anterior a la fase de comercialización que muchas empresas emergentes no consiguen superar. “Estos proyectos requieren de largos tiempos de maduración y una elevada facturación, por lo que los fondos de CriteriaCaixa representan el primer grano de arena para que estas terapias o dispositivos médicos puedan seguir desarrollándose y llegar al mercado”, ha defendido Pablo Cironi, director de Criteria Bio Ventures.

En el centro, Àngel Font, subdirector general de Investigación y Becas de la Fundación La Caixa, y Pablo Cironi, director de Criteria Bio Ventures, acompañados de representantes de las spin-offs financiadas por CaixaImpulse. © David Campos / Fundación La Caixa

Pero, más allá del capital, el programa se estructura en otro gran eje: las horas de mentoría y financiación. Unas mentorías centradas en acompañar a los investigadores en la creación de una empresa, ayudándoles, por ejemplo, a estudiar la viabilidad de su proyecto, elaborar un plan de negocio o entender los pasos a seguir. En total, durante esta primera década de actividad, la iniciativa ha impartido 5.500 horas de mentoría y 870 horas de formación a través de una red de mentores como Laura Sampietro-Colom, subdirectora de Innovación del Hospital Clínic. “Los mentores somos los copilotos de la conducción: tenemos la ruta y el mapa, pero son las empresas quienes conducen y deciden sobre su proyecto”, subraya la investigadora.

“El programa fue un revulsivo para desarrollar nuestro proyecto y, sobre todo, para entender los conceptos básicos del emprendimiento”, ha destacado Alicia Martínez Piñeiro, consejera delegada de Time is Brain, spin-off del Hospital Germans Trias i Pujol financiada por CaixaImpulse. La empresa ha creado BraiN20, un dispositivo médico portátil que permite monitorizar en tiempo real el estado del cerebro después de un ictus, ofreciendo información clave para valorar el pronóstico y acelerar las decisiones médicas.

En su primera década de actividad, la iniciativa ha financiado 50 spin-offs. © David Campos / Fundación La Caixa

Para este año, de hecho, la entidad prevé destinar un presupuesto de cinco millones de euros para seguir apoyando esta iniciativa. Sin embargo, Àngel Font, subdirector general de Investigación y Becas de la Fundación La Caixa ha asegurado que tienen margen para aumentar este presupuesto si la demanda de proyectos así lo requiere. De hecho, el presupuesto se ha ido incrementado anualmente ya que, si bien los primeros años eran pocas las iniciativas que se presentaban a estas convocatorias, en los últimos años la demanda ha crecido sustancialmente. Un incremento de la demanda que, según Font, indica que cada vez hay más investigadores que apuestan por crear una spin-off para que sus conocimientos puedan traspasar las cuatro paredes del laboratorio y ofrezcan aplicaciones prácticas para mejorar la vida de los pacientes.