La industria de los semiconductores, material que permite controlar corrientes eléctricos y está formado por transistores y chips, se encuentra en fase de desarrollo en Catalunya. Así lo demuestra el goteo de nuevas inversiones, como las de Lenovo, Intel y Cisco en el Barcelona Supercomputing Center (BSC), MPS en L’Hospitalet de Llobregat y, la más reciente, Idiaded en Viladecans.
Estos no serán los únicos proyectos que se anunciarán, teniendo en cuenta que la Generalitat, a través de Acció, trabaja con una cartera de 22 proyectos potenciales de inversión extranjera en semiconductores. Si se materializan todos, supondrá atraer una inversión superior a los 1.600 millones de euros y la creación de 1.800 puestos de trabajo en los próximos dos y tres años.
La mayoría de los proyectos interesados en invertir en Catalunya se concentran en la primera fase de la fabricación de los chips, el diseño, como ha pasado con las multinacionales Lenovo, Intel, Cisco y MPS. Según Acció, esta focalización en el diseño se entiende por factores como el elevado nivel de industrialización catalán y la presencia de centros de investigación punteros relacionados con el desarrollo de chips como el BSC y el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), así como universidades que ofrecen formación en semiconductores. También ayudan los centros de innovación que compañías como Cisco ya tienen en Barcelona para ampliar las inversiones y continuar posicionando la capital catalana.
El dinamismo que está registrando esta industria se acompaña de la falta de semiconductores que empezó con la pandemia y que todavía afecta a la economía. Está alterando principalmente a sectores como la automoción, pero también a la alimentación, los productos farmacéuticos y químicos o el textil, teniendo en cuenta que usan máquinas que necesitan chips.
Este bloqueo se ha respondido con una voluntad europea de recuperar soberanía tecnológica, con iniciativas como la Ley Europea de Chips, que quiere aumentar la producción europea hasta el 20% de cara al 2030 —actualmente es de un 8%— con una inversión de 43.000 millones de euros, y el Perte de semiconductores, el mejor dotado, con una inversión de 12.250 millones de euros.
Un ecosistema que factura 160 millones
A la espera de nuevas inversiones, el sector está formado por más de 100 agentes en Catalunya, con 86 empresas y 18 entidades de investigación, y 4.400 profesionales. La facturación de las compañías se sitúa en los 160 millones de euros, divididas entre el 66% que factura más de un millón de euros y el 37% que ingresa más de 10 millones de euros. El 81% son pymes y el 8% son startups. Casi el 75% tienen más de 10 años.
Si se analiza el conjunto de la cadena de valor, casi el 40% de las empresas se dedica al diseño de chips y el resto se reparten entre circuitos electrónicos, empresas auxiliares y las que se centran en la distribución y los materiales. La industria de los semiconductores se caracteriza por una alta fragmentación, haciéndolos pasar por múltiples empresas y países. De hecho, se calcula que un chip llega a viajar más de 40.000 kilómetros y a atravesar 70 fronteras desde su inicio y su integración en el producto final.