La extinción de especies es un proceso natural en la evolución, que premia a las que se adaptan mejor en un entorno cambiante. El problema viene cuando esta desaparición se acelera de manera exagerada, como ha pasado con la acción del ser humano, que ha multiplicado por mil su ritmo. El impacto del hombre en la vida de los demás seres vivos ha provocado que, actualmente, más de 30.000 especies estén en peligro de extinción, cifra que crece año tras año.
Ante esta situación, el Zoo de Barcelona ha decidido impulsar un banco biológico que recogerá tejidos y células de animales, con el objetivo de preservar especies en peligro de extinción y poder recuperar en un futuro aquellas que, desgraciadamente, no hayan podido sobrevivir a los daños que les generan las personas. También servirá para facilitar el estudio de animales de una manera menos invasiva, proporcionando a los investigadores muestras ya recogidas y conservadas en condiciones óptimas. “Sería imperdonable que no lo hiciéramos”, ha defendido su director, Sito Alarcón, en la presentación del proyecto. “Hay especies que siguen existiendo gracias al Zoo, como el tritón del Montseny, e irán a más”, ha añadido.
El nuevo biobanco es un proyecto pionero en toda España y quiere convertirse en el referente en el sur de Europa. En la última década, zoos de todo el mundo han ido impulsando este tipo de bancos, pero el de Barcelona tendrá la virtud de reunir diferentes tipos de muestras, una característica única en comparación con los que ya existen en otros países, como Alemania, Reino Unido o Dinamarca. Concretamente, el proyecto se nutre de dos iniciativas que el Zoo lleva impulsando desde hace años, que ahora se potenciarán y sumarán esfuerzos.
La primera pata corresponde a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). En 2003 empezó a conservar muestras de animales del Zoo que pudieran ser útiles para la investigación, como sangre, saliva, orina, excrementos, pelos, escamas o plumas. Actualmente, cuenta con más de 11.000 muestras de unas 284 especies diferentes. También ha ido recogiendo muestras reproductivas, como ovarios o testículos, consiguiendo hasta más de 200 de unas setenta especies.
La segunda la aporta el Institut de Biologia Evolutiva (IBE), que impulsa conjuntamente con el Zoo desde 2018 un Cryozoo en el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PCBB), ubicado en el Hospital del Mar. El Cryozoo está centrado en almacenar líneas celulares, es decir, un conjunto de células que derivan de células madre y pueden convertirse en células reproductoras, el último recurso para los animales en peligro de extinción. Tiene un total de 230 muestras, con los vertebrados como los grandes protagonistas. Este proyecto se inspira en el Frozen Zoo de San Diego, que desde 1964 ha ido preservando líneas celulares, llegando hasta las 10.000 muestras, la colección más grande del mundo.
La UAB y el IBE serán las dos sedes físicas del banco de biomateriales del Zoo. A medio plazo, se prevé que se concentre en el futuro centro de investigación del Zoo, según ha expuesto la tercera teniente de alcaldía, Laia Bonet. “El biobanco es el primer paso”, ha recalcado. Esta nueva institución estará enmarcada en la futura Ciutadella del Coneixement, una iniciativa que quiere transformar y dinamizar el Parque de la Ciutadella y su entorno como polo de investigación científica e innovación.
La Ciutadella del Coneixement contempla la construcción de tres edificios por parte de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST) en una primera fase, que se espera que empiece con las obras en abril de 2022. En uno de ellos, el del CSIC, que estará destinado al IBE y se centrará en la investigación de la biodiversidad, es donde el Zoo quiere ubicar su centro de investigación. Alarcón señala que calculan que necesitarán unos 5.000 metros cuadrados. Este espacio le servirá para reunir bajo un mismo techo los diferentes programas de investigación que desarrolla.