Paseo Muelle Pescadores
El nuevo paseo en el Muelle de Pescadores, pasando por la Torre del Reloj hasta llegar a la lonja.

El puerto abre el paseo a la Torre del Reloj y la lonja de pescadores

El nuevo recorrido permite acceder a la subasta diaria de pescado

Aunque ya nadie se acuerde, en Barcelona hay pescadores. Cada vez son menos pero ahí están cada día faenando a primera hora de la mañana y descargando el producto en plena Barceloneta. Y muchos menos son los barceloneses que compran su pescado. Una realidad que ha quedado alejada de una ciudad que no acaba de abrirse a su mar, primero porque estaba de espaldas y luego porque la ha abandonado a los turistas. El Puerto de Barcelona intentará acercar este trajín con la apertura del Muelle de Pescadores, hasta ahora cerrado al público, con un paseo que permite llegar a la renovada lonja donde cada día laborable, si no hay temporal, se hacen las subastas de pescado.

Tras una inversión de 14 millones de euros, el puerto ha urbanizado el camino hacia la lonja de pescadores. Se accede desde la calle del Escar, una vía que parte del Paseo Joan de Borbó justo cuando empieza a ver el mar. “Abrimos un espacio más del Port Vell. Durante la Copa del América se han abierto muchos, pero aún nos quedan algunos”, remarca el presidente del Puerto de Barcelona, Alberto Carbonell. El nuevo paseo, con bancos y aparcamientos para bicicletas, dirige a través de una pasarela hasta la planta superior de la lonja, desde donde se podrá ver la subasta. Sobre las 8 de la mañana será la de pescado azul y a partir de las cuatro y media de la tarde la de pescado blanco. Actualmente, solo una veintena de barcos con 250 pescadores están radicados en la ciudad, una cifra que hace años que disminuye.

“En la Edad Media, los pescadores ya estábamos aquí”, dice José Manuel Juárez Juárez, patrón de la Cofradía de Pescadores de Barcelona. Fue él uno de los que se plantaron cuando el puerto quiso trasladar su actividad hacia la Nueva Bocana. “Yo no me quería ir de aquí”, recuerda. Lo ha conseguido y, además, bastantes años después, se han actualizado unas instalaciones en las que los años pesaban y que eran muy desconocidas para la ciudadanía. “De ser los más obsoletos a pasar a ser el trampolín de Europa”, defiende el patrón.

Para hacer más accesible su trabajo, el puerto prevé organizar actividades y talleres en dos locales que tiene en la lonja. El objetivo pasa por abrirse a “un turismo pesquero”, como define el patrón, que aumente el interés por un sector en crisis. Además, el espacio contará con dos restaurantes. El primero estará pensado para los visitantes. Después de que el concurso quedara desierto, se reformularán las condiciones para volverlo a lanzar en breve. El segundo estará destinado a los pescadores que trabajan en la Barceloneta y tendrá un formato más de bar.

Por el camino, los transeúntes se toparán con la Torre del Reloj, el antiguo faro de la ciudad inaugurado en 1772 y aislado desde hace años  por la actividad portuaria. “Algunos solo la conocen por el gegant que tiene en el barrio de la Barceloneta”, señala el teniente de alcalde de Barcelona y concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle. De momento, no se puede acceder a su interior, pero el puerto está trabajando para poder hacerlo, en días y horarios determinados. Como la estructura nunca estuvo preparada para las visitas, y menos para los requisitos actuales de accesibilidad, se tendrá que habilitar mínimamente.

Pero los planes para el Muelle de Pescadores no acabarán aquí. Ubicado detrás del Maremagnum, que está en el Muelle España, el puerto quiere habilitar un transbordador que permita conectar ambos muelles en pocos minutos. La distancia que les separa es de tan solo 80 metros pero, a día de hoy, para ir de un punto a otro, hay que dar mucha vuelta. Se prevé lanzar el concurso de la embarcación, que será autónoma y eléctrica, este año, para que entre en funcionamiento en 2026. Habrá que pagar por el viaje pero será una tarifa económica. Su puesta en marcha coincidirá con una reurbanización de la calle del Escar para hacer más ancho el paseo actual desde el Paseo Joan de Borbó hasta la lonja.

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