trompetista Pol Omedes
El trompetista Pol Omedes estudió en Barcelona y después en Graz, Austria, con el maestro Jim Rotondi. ©Francesc Marty
EL BAR DEL POST

Pol Omedes: ¡Hay que salir fuera!

“Un día, cuando tenía doce años, mi maestro y padre musical Dan Posen me llevó a la Jazz Cava de Terrassa a ver un concierto después de una clase. Aquel día actuaban John Faddis, Terell Stafford y Claudio Roditi bajo el nombre de Trumpet Summit. Dan les habló de mí y, antes de la actuación, éstos me pidieron que tocara algún tema. Como yo llevaba mi trompeta, toqué unas notas que les gustaron. Más tarde, ya durante el concierto, me llamaron al escenario y ahí interpreté con ellos un blues. En aquel momento me di cuenta de que quería dedicarme a la música”. Pol Omedes lo explica con un brillo especial en la mirada, mientras se deleita con un zumo de manzana y con las notas del Arietis, de su adorado Freddie Hubbard, que restallan de fondo.

El músico y compositor, que ha llegado al Bar a media tarde, se define como alguien “entusiasta, soñador, amigo de mis amigos, apasionado de la música y trompetista de jazz”. Algo que empezó muy pronto en su vida, cuando su padre, pianista, interpretaba o escuchaba jazz a todas horas. “Aquella fue mi primerísima y más importante influencia”, reconoce.

Ahora lleva bajo el brazo una copia de su recién publicado tercer álbum como líder, Pura Vida (The Changes), del que se siente enormemente orgulloso, aunque no más que de su conspicua actividad como sideman para notables músicos como Irene Reig o Lluc Casares, o proyectos interesantes como Smack Dab, entre muchos otros.

A Lluc Casares, el parroquiano lo conoció a los trece, un año después de aquel concierto en la Jazz Cava. “Coincidí con él en un curso de verano de música clásica. Por entonces, Lluc iba para clarinetista. Descubrimos que éramos vecinos, pues él también era del barrio de Sant Genís, Vall d’Hebron, y fue el principio de una larga y sólida amistad. La familia Casares ha sido un pilar fundamental en mi desarrollo como músico de jazz. Por su parte, Dan Posen sería quien me ayudaría a crecer como trompetista y quien me transmitiría un amor por la música hasta convertirla en el timón de mi vida”.

trompetista Pol Omedes
Cubierta del último álbum Pura Vida (The Changes), del que se siente enormemente orgulloso.

Europa empieza en los Pirineos

Tras terminar bachillerato, Pol Omedes entró en la ESMUC donde empezó a tejer una red de amistades y complicidades musicales con las que la cosa fue a más. “Creamos una comunidad que se mantiene a día de hoy. Reflejo de ello es el colectivo The Changes Music”.

Pero, a un músico de jazz, Barcelona se le queda insoslayablemente pequeña. “Tuve que salir, ir fuera. Fui a estudiar a Graz, Austria, con el maestro Jim Rotondi. Ahí conocí a otra familia musical y emocional y viví una experiencia que me hizo crecer mucho, tanto en lo personal como en lo musical. En muchos sentidos, desde el punto de vista musical, Europa empieza en los Pirineos”.

— Oye, ¿y por qué justamente Graz?

— Por su prestigio. Piensa que lleva desde los años 70 aunando a muchos maestros reconocidos a nivel internacional, como Karlheinz Miklin, al que llegué a conocer. Es el principal departamento de jazz en Europa.

Cuando volvió a Barcelona empezó la que propiamente es la carrera musical de Pol, como líder, como sideman, y también como docente. “Empecé enseñando en el Conservatorio Superior de las Islas Baleares, en Palma de Mallorca, y, desde 2019, viajo cada semana para enseñar en el Conservatorio Superior Manuel Castillo de Sevilla”. Otra actividad, la de enseñar a jóvenes músicos, con la que disfruta enormemente.

trompetista Pol Omedes
Pol Omedes es sideman para notables músicos como Irene Reig o Lluc Casares. ©JEP JORBA

Barcelona ida y vuelta

“Aquí tengo mi casa y mi familia, y me encantan el mar y la montaña, pero a esta ciudad le falta estructura cultural para acompañar la carrera de sus músicos. Mi relación con Barcelona es, en este sentido, de amor-odio”.

— ¿Le falta fuelle a la música en Barcelona?

— Si yo no me hubiese ido fuera a estudiar y a buscarme la vida, no hubiese acabado haciendo lo que hago, tocando por medio mundo con músicos y personas increíbles. Por mi parte, no puedo sino invitar a los jóvenes músicos a dar el paso e irse de aquí. ¡Salid a estudiar a otros sitios! Luego ya volveréis, pero ¡no os quedéis siempre aquí!

La charla se ha alargado y ahora lo que suena de fondo es Straight up and down de Eric Dolphy, con el acompañamiento de Freddie Hubbard a la trompeta. Pol Omedes se detiene, con una expresión beatífica, en el seguimiento de las notas y compases de este absoluto clásico de la escudería Blue Note.

— A todo esto, ¿querrás cenar? Tenemos tapas, raciones y un menú de rechupete.

Tras un breve silencio, el parroquiano toma la palabra: “Un menú mismo, aunque te diré que yo soy más bien de dulce”, confiesa con una sonrisa de niño de los que van con tirachinas en el bolsillo trasero del pantalón.

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Pol Omedes, con 12 años, en el escenario de la Jazz Cava de Terrassa, acompañando al grupo Trumpet Summit. ©Miquel Carol