“Dormir en la naturaleza nunca había sido tan cómodo”. Así presenta Nomade Nation sus cuatro modelos de furgonetas camperizadas, diseñadas priorizando el confort a la vez que la optimización del espacio. La empresa, que personaliza las campers mediante un proceso de compra y gestión digitalizado, prevé facturar dos millones de euros este año, y entrar en rentabilidad durante el próximo, como explica su ceo y fundador, Ignasi Ribó.
El origen de la empresa se remonta a 2022, cuando los efectos de la pandemia se atenuaban y cuando Ribó constató que el mercado de las camper ganaba peso. “Comprobamos que se trataba de un sector muy poco digitalizado y que tenía los mismos diseños desde el punto de vista estético desde hacía 20 años; el sector no había evolucionado, las marcas eran las mismas, sin ninguna love brand”, según Ribó.
En este contexto, la empresa nació con el objetivo de “englobar a una nación de nómadas y llevar aire fresco a este sector”. Y lo hizo poniendo el foco no en los amantes del camper, sino a personas como Ribó, que veía atractivo en el concepto pero no era usuariol. “La oportunidad no está en el millón de personas a las que le gusta, sino en los 46 a las que no. El objetivo es cómo acercar esta forma de viajar a más gente y que lo vea como algo viable y cómoda, y no como un stopper”.
Con este objetivo, Nomade Nation ha explorado nuevos diseños y ha apostado por la digitalización de sus furgonetas. Para impulsar el negocio y comprobar su viabilidad, Ribó hizo un testeo con renders y Wallapop: creó unos diseños renderizados y los publicó en la plataforma y, tras encontrar compradores, buscó una empresa para producirlas. Después, se lanzó a una ronda de financiación con la que captó 250.000 euros, que luego ha complementado con dos rondas más, de 650.000 y 850.000 euros. Esta última la cerró a principios de julio, liderada por Ok Ventures. Vinculada a la gestora de alquiler vacacional de coches Ok Mobility, Nomade Nation aspira a que se convierta en partner estratégico para impulsar flotas de alquiler de sus vehículos.
Con el objetivo de ampliar “el control sobre el producto y sobre los tiempos de fabricación y los márgenes”, la empresa pasó el año pasado de producir externamente a hacerlo de forma directa, a través de su fábrica en Sabadell. En ella, instalan modelos prediseñados y personalizados en determinados modelos de furgonetas, proceso en el que trabaja la mitad de la plantilla de la empresa, formada por un total de 20 empleados.
Recientemente, la fábrica se ha ampliado con el recinto contiguo, con la intención de convertirlo en una segunda línea para producir el nuevo modelo que lanzará el año que viene. Con esta ampliación, además, la empresa prevé incrementar el ritmo de producción, y pasar de los entre cuatro y cinco vehículos mensuales a entre ocho y nueve a finales de este año.
Este aumento responde a la demanda creciente de la startup: el primer año produjo 13 furgonetas, mientras que en 2023 vendió 35, y este año prevé situarse entre las 50 y las 70. “Ahora tenemos la producción cubierta hasta noviembre”, destaca Ribó. Además de operar a través de pedidos, la startup apuesta ahora por la distribución de sus campers en concesionarios ubicados de forma estratégica a nivel estatal, concretamente en Madrid, Euskadi, Zaragoza, Valencia y Asturias: “Queremos llevar nuestras campers a todos los rincones del país, y empezar la internacionalización de la marca en 2025”. Ribó, que se inició en el mundo de la emprendeduría mientras estudiaba cine en la Escac, se marca un reto: “Ser la firma de referencia cuando se piense en recorrer el mundo sobre ruedas”.