No es fácil arrancar un nuevo festival en la abultada cartelera musical del verano catalán, concentrada especialmente en la costa gerundense. Menos aún si se ubica al sur de Barcelona y, cuando solo lleva tres ediciones, llega una pandemia. Después del parón obligatorio de 2020 y una edición reducida en 2021, el Festival Jardins Terramar está consiguiendo sortear los contratiempos. Los organizadores tuvieron claro que el año pasado tenían que montar algo, aunque fuera menor y con restricciones, y evitar que el público se olvidase de ellos. Con un aforo limitado al 50% y confinamientos perimetrales, consiguieron vender el 80% de las entradas.
Este año, si todo sigue según lo previsto, superarán el 80% de aforo, situándose en unas cifras similares a las de 2019, la última edición antes de la llegada de la covid. Con capacidad para 2.100 personas cada noche, la quinta edición ha programado 14 conciertos, sacando unas 30.000 entradas a la venta.
La apuesta de Jardins Terramar pasa por una programación “muy ecléctica”, remarca su director, Joan Ramon Rodríguez. Desde el grupo infantil El Pot Petit, pasando por el pop de Joan Dausà, la canción de autor de Rozalén y los temas pegadizos de Álvaro Soler, hasta los himnos del Dúo Dinámico. El festival, con el patrocinio de Estrella Damm y la colaboración de Banco Sabadell, empezó el jueves 28 de julio y se alargará hasta el sábado 13 de agosto.
Sin ninguna duda, la gran estrella de la quinta edición del festival ha sido Joan Manuel Serrat, inmerso en su gira de despedida, con un concierto el pasado viernes 29 de julio en el que consiguió hacer sold out. Rodríguez no espera que sea el único y señala que Rosario (jueves 4 agosto), Vanesa Martín (viernes 5 agosto), la banda tributo God Save The Queen (jueves 11 agosto) y Hombres G (viernes 12 de agosto) están cerca de quedarse sin entradas. El concierto de Álvaro Soler el pasado domingo 31 de julio se quedó muy cerca de conseguirlo. Stay Homas (sábado 6 agosto), la banda de versiones bROTHERS iN bAND con lo mejor Dire Straits (domingo 7 agosto) y Nil Moliner (lunes 8 agosto) completan la programación.
En esta temporada también hay una sorpresa: el monólogo de Carles Sans, Per fi sol!, en el que cuenta algunas anécdotas de la compañía teatral de la que ha formado parte durante más de 40 años, Tricicle. La obra se pudo ver a finales del año pasado en Barcelona, pero solo durante un mes, y Jardins Terramar la quiso recuperar, teniendo en cuenta la “relación especial” de los cómicos con Sitges. No importó que Sans esté de vacaciones en Eivissa y tenga que volver el próximo sábado 13 de agosto para hacer la función y cerrar el festival. “Es un punto de inflexión para nosotros”, agrega Rodríguez, quien contempla seguir apostando por el teatro los próximos años.
Todos los conciertos de Jardins Terramar se preceden por actuaciones de grupos emergentes y oriundos de Sitges, con el objetivo de que algún día sean ellos los cabezas de cartel. “De momento, no ha repetido ninguno”, subraya el director del festival, poniendo en valor la gran cantidad y variedad de artistas que hay en el municipio. En esta quinta edición, pasarán por el festival Núria Garcia, Roka Curtiada, Atomik Funk, Trudi Morillas, Anna Vila & Iñigo Zubiri, y Sol Queral. Sus actuaciones se complementan con las propuestas gastronómicas de Cal Blay.
Con vistas al mar
El festival, además, ha servido para revitalizar una zona de Sitges un poco olvidada, los jardines de Terramar. Están ubicados al final del paseo marítimo, yendo hacia Vilanova i la Geltrú, justo en el lado opuesto de la Iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla, que acaba siendo el epicentro de las rutas frentes al mar. El Ayuntamiento de Sitges apostó por dar una nueva oportunidad a estos jardines novecentistas, recuperándolos y llenándolos de actividad, con la llegada del hotel Me Sitges Terramar y los conciertos de Jardins Terramar. A Rodríguez, el proyecto le llegó después de muchos años en el mundo musical, habiendo sido previamente director del festival Cap Roig y promotor de los conciertos de Operación Triunfo.
“Estamos en Sitges, en un auditorio al aire libre en medio de unos jardines centenarios y a 100 metros del mar. Tenemos todos los ingredientes para poder decir que proponemos un festival diferente y una experiencia real”, defiende. Una vez puesta la máquina en solfa, Rodríguez se marca como objetivo reivindicar todas las propuestas musicales que pasan en “la zona sur de Barcelona”, sabiendo que el foco se lo llevan las que están en el norte, siendo muy consciente de ello tras sus años en Cap Roig.
