Tim Staffell Barcelona
Tim Staffell en Los Estudios Roomto, en Poblenou. ©Cody Cloud

Tim Staffell: “Ha sido maravilloso grabar en Barcelona, aquí me siento en casa”

A sus 73 años, el que fuera cantante de Queen antes de Freddy Mercury, ha elegido la capital catalana para registrar su tercer disco en solitario, en un momento personal que define como dulce y feliz

Quieto en una butaca, dentro del estudio RoomTo Studios, en el Poblenou, se encuentra Tim Staffell. Está sentado con ropa cómoda y una sonrisa en los labios. Al verme abre los brazos, me examina con su mirada limpia y tierna, rasga los ojos y me dedica unas palabras de acogida. Él no lo sabe, pero yo llevo tres días seguidos escuchando sus discos. La admiración que sentía se ha convertido en ternura: tengo enfrente a una persona entrañable. La forma en la que me han hablado sobre él su agente, su hijo y los demás músicos de la sala confirma mis sospechas: todo el mundo quiere a Tim.

Comenzó su carrera en diversos grupos musicales en el Londres de los años 60, hasta que en 1968 decidió formar Smile junto a Brian May y Roger Taylor (quizás les suenen estos nombres). Fue bajista y vocalista hasta que dejó el grupo en 1970. Su sustituto fue su amigo y compañero de clase Freddy Mercury, y de ahí nacería el legendario grupo Queen. Steffell buscaba en esa época nuevos sonidos y se unió primero a la banda Humpy Bong y después a Morgan, un grupo de rock progresivo experimental. Dejó la música en 1973 y la retomó en la década de los 2000. Desde entonces no ha parado de tocar y ahora acaba de pasar por Barcelona para grabar su tercer álbum en solitario.

—¿En qué ha estado trabajando las últimas semanas?

—Durante la pandemia compuse muchas canciones, surgió la oportunidad de poder venir a Barcelona a grabarlas como parte de mi tercer disco en solitario y acepté. Mi hijo Andrew, que vive aquí, me habló del estudio, del productor, de la ciudad… Ha sido una experiencia maravillosa. Ya en mis otros trabajos, mi hijo había sido mi batería, pero aquí hemos conectado de forma especial. Hemos creado una comunidad de gente diferente y fantástica. Al menos para mí ha sido de las experiencias más divertidas de mi vida.

—Empezó en Londres, luego con la banda Morgan grababa en Roma y ahora lo hace en Barcelona. ¿Cuál es la relación entre su música y las ciudades en las que está?

—En mis anteriores trabajos yo tenía discográficas detrás, ahora estoy financiando mi propio álbum. Si me dan a elegir me quedo con Barcelona, aquí me siento en casa… Yo conozco muy bien esta ciudad y venir tenía todo el sentido, creo que los resultados lo demuestran, estoy muy feliz con todo lo que me está pasando. Y claro, también está el tiempo (ríe), aquí puedes salir del estudio, pasear y relajarte, sin tener que sacar el chubasquero.

—¿Qué ha encontrado aquí que Londres no tenga?

—Aquí he percibido un sentido más amplio de comunidad, me he sentido más conectado con la gente, más seguro. En Barcelona todo está abierto, hay una sensación de confort, de calidez. No tenemos esto en Londres. Y, además, ¡tengo tres hijos que viven aquí!

“En Barcelona me he sentido más conectado con la gente, (…) aquí hay más confort, más calidez”

—Supongo que estará muy cansado de que la gente siempre le diga que es “aquel que dejó Queen” o “aquel que podría haber sido Freddy Mercury”.

—Hace 50 años de todo aquello, de verdad que ya no me importa, está bien. Uno debe ser cortés con su pasado. Yo fui una pequeña parte de eso, estoy agradecido por ello y me siento muy honrado. Antes solía estar preocupado porque no sabía si me acordaba de suficientes cosas, mi memoria no es buena y soy bastante viejo en realidad. Pero desde que hicieron la película, Bohemian Rhapsody, en la que participé; y hablando con Brian May, recordando aquellos días, volví a sentirme parte de la familia y a rememorar todo de nuevo. Por supuesto que yo no sabía que Queen iba a ser tan grande como lo fue, nadie lo imaginaba. Si lo hubiera sabido hubiera guardado fotos y grabaciones, ¡podría haber sacado algún dinero!

—En 1973 usted decide dejar la música. Siempre he admirado ese tipo de decisiones: el escritor que deja de escribir, el artista que deja de pintar, el músico que abandona la música.

—En realidad yo dejé de sacar discos, pero jamás dejé la música. Tenía que ganarme la vida, así que me pasé a la televisión, a los anuncios, a las películas… Me lo seguí pasando muy bien. Cuando me jubilé, pude volver a grabar, a principios de los 2000. Decidí hacerlo en solitario. Para la película de Queen, Bohemian Rhapsody, toqué una canción y aparecí como personaje, lo cual me dio suficiente dinero como para poder sacar álbumes ahora tranquilamente.

“Dejé de sacar discos, pero jamás dejé la música”

—Así que después de tantos años, Queen le echa una mano en sus nuevos trabajos.

—¡Exacto! No me diga que no hay un poco de justicia poética ahí.

—Supongo que fue maravilloso vivir la escena musical de los 60, especialmente en Londres. ¿No siente nostalgia?

—No soy nada nostálgico. Los 60 fueron una gran época sin duda, yo estaba en la universidad, todo en Londres estaba vivo, América también comenzaba a explotar: grandes festivales, buenas bandas, Bob Dylan, Joni Mitchell… Y en Inglaterra pues The Beatles, The Rolling Stones, Led Zeppelin… Todo fue maravilloso, pero hay que seguir adelante. Ese es uno de los motivos por los que dejé Queen, yo quería tocar de forma más improvisada: jazz, blues… No me gustaba el rock duro, quería más naturalidad y así he seguido.

Tim Staffell
Junto a una serie de músicos barceloneses, Staffell acaba de grabar su tercer disco en solitario. ©Cody Cloud

—¿Escucha aún música de esa época?

—¡Nunca! No tengo ningún disco de los 60 ni ninguna lista de reproducción en Spotify… Me gusta más mirar adelante que atrás y ahora soy muy ecléctico, me gustan muchísimas cosas. Y eso también ha sido gracias a Internet, creo que en esta época tenemos acceso a casi todo y podemos descubrir infinidad de músicas que nos gustan. Puede que encuentre esta noche a un artista que no conozco y quizás ese descubrimiento cambie mi vida. Eso es algo propio de los tiempos modernos, siempre estás buscando algo nuevo.

—¿Cómo cambia un músico con el tiempo? ¿Qué diferencias nota entre el joven Tim Staffell y el de ahora?

—Creo que esa diferencia no la puedo expresar en palabras, está muy dentro de mí… Te la puedo enseñar con la música. Cuando acabe la entrevista te tocamos algunos temas de este último disco. Escribir canciones es mi forma de entender la vida, aunque no vaya a venderlas no puedo parar. Me gusta hacerlo, eso es todo. Y me va bien para el cerebro. Componer, tocar la guitarra, cantar… Necesito mantener la cabeza ocupada, tengo 73 años y soy bastante viejo en realidad, creo que si me siento bien es gracias a la música. Quizás cuando era joven veía la música como una forma de aceptación social, pero ahora lo veo como algo que debo abrazar. Debo digerirla, mecanizarla y contar cosas con ella.

“Escribir canciones es mi forma de entender la vida, aunque no vaya a venderlas no puedo parar de hacerlo”

—¿Y dónde encuentra la inspiración para escribir y componer tanto?

—La inspiración se me aparece: el canto de un pájaro, algo que he oído, algo que quizás he imaginado… Puede que en un momento escuche un verso en una canción, se me quede en la cabeza, vague por ahí, cambie, y ahí me tienes, tarareando algo que no sé de dónde ha salido. Y entonces no me queda más remedio que escribirlo. Pero yo no escribo realmente sobre cosas concretas, sino sobre verdades que considero universales. Claro que son problemas personales, pero son humanos y generales. Me preocupo por lo que me pasa: hacerme mayor, el paso del tiempo… ¡Por suerte y por desgracia no son temas personales, estas cosas le pasan a todo el mundo!

Tim Staffell hijo
Tim Staffell junto a su hijo Andrew.

—Es bonito pensar que el músico va por el mundo sabiendo que en cualquier momento se le puede aparecer el germen de una canción.

—A veces me desvelo de madrugada, como en un sueño. Me despierto cantando y pienso, ¿De dónde ha salido esto?, entonces tengo que coger una libreta, escribir unas líneas y ponerme a tocarlo con la guitarra… El vecino no estará contento, pero no puedo hacerlo de otra forma.

—Para acabar: ¿Qué consejo le darías a un joven músico que leyera esta entrevista?

—Quizás a veces te sientas desanimado o triste, pero recuerda que tendrás algo dentro original y poderoso que poder expresar. No dudes de ti mismo y manifiéstate sin cuestionar tu valor.