DE IZQUIERDA A DERECHA: LAIA GÓMEZ, CRISTINA TORRES, GEMMA HUMET, INTANA

Más allá de las etiquetas en la música y en las enfermedades mentales

El ciclo Músiques Sensibles apuesta un año más por la diversidad musical y por asociaciones sin ánimo de lucro a las que destina el 10% de la recaudación. Una de las beneficiadas este año es Salut Mental Barcelonès Nord. Hablamos con la directora del festival, la coordinadora de la entidad y con Intana y Gemma Humet, dos de las cantantes que integran un cartel que desde el inicio del festival cuenta con más del 50% de artistas femeninas

Las etiquetas siempre encorsetan, delimitan. Y si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian. Esta máxima que parece sacada de un libro de autoayuda la tienen muy interiorizada Cristina Torres, directora del Festival Músiques Sensibles, y Laia Gòmez, la coordinadora de Salut Mental Barcelonès Nord, una de las asociaciones a las que se les hará llegar parte de la recaudación del ciclo (cada año destina el 10% a distintas organizaciones sin ánimo de lucro). “Las etiquetas no son buenas para nadie. Te estancan y te hacen sentir que no puedes salir de las limitaciones que implican. Por lo tanto, hemos de trabajar conjuntamente con las personas que atendemos en la asociación y con la parte sana que todos tenemos, y conseguir así una mejor calidad de vida”, explica Gòmez.

Antes de cada concierto (y este año cuenta con seis), el festival proyecta un vídeo que muestra el trabajo de una de las asociaciones con las que colabora (en sus cinco ediciones pasadas sumó 25 proyectos sociales, y ahora habrá que añadir seis más)

Socialmente nos concentramos demasiado en el diagnóstico: que si sufre esquizofrenia, o trastorno bipolar, o… Pero el puzle de un alma herida es mucho más complejo. “Los diferentes servicios que ha ido creando Salut Mental Barcelonès Nord se han ido adaptando a cada persona y a cada diagnóstico, teniendo en cuenta las diferentes afectaciones de los propios procesos de la enfermedad y, por tanto, también sus sueños, sus aspiraciones y su proyecto de vida”.

Para Laia Gòmez, que Músiques Sensibles ayude a entidades como la suya es clave. Y ella misma ha resultado imprescindible en este sentido. “Resulta maravilloso que no se quede con las más grandes o más conocidas”, subraya. Antes de cada concierto (y este año cuenta con seis), el festival proyecta un vídeo que muestra el trabajo de una de las asociaciones con las que colabora (en sus cinco ediciones pasadas sumó 25 proyectos sociales, y ahora habrá que añadir seis más).

Músiques Sensibles es la suma de muchas personas con conciencia social. La idea nació en el 2012, cuando la crisis golpeaba fuerte. Servir de altavoz a estas entidades que trabajan desde el anonimato y apoyar su trabajo me parecía fundamental”.

Cuando en el escenario de El Petit Palau, donde se celebra este ciclo, se vean las imágenes de Salut Mental Barcelonès Nord (minutos antes de que actúe El Petit de Cal Eril, el próximo 21 de noviembre), los asistentes tendrán en su mano un llavero que habrán recibido como regalo. Está hecho por personas que acuden a los servicios de la entidad, “concretamente el club social Badiu, que tiene como objetivo mejorar la inserción sociocomunitaria de las personas con problemas mentales”, explica Laia.

Cristina Torres sostiene uno de estos llaveros, y lo mira mientras asiente. “Músiques Sensibles es la suma de muchas personas con conciencia social. La idea nació en el 2012, cuando la crisis golpeaba fuerte. Servir de altavoz a estas entidades que trabajan desde el anonimato y apoyar su trabajo me parecía fundamental. Al principio atendimos a otras más grandes a las que nuestra aportación no suponía demasiado. Laia Gòmez nos ayudó y ahora nos fijamos en estas otras más pequeñas en las que nuestra donación es más efectiva. Me hace ilusión que a veces sean las propias asociaciones las que llaman a nuestra puerta”, relata feliz Torres.

La directora del ciclo relata cómo germinó un proyecto que tiene como lema palabras como diversidad, compromiso, sensibilidad. “Músiques Sensibles nació fruto de varias situaciones: la oportunidad de hacerlo en un espacio que entonces era el Foyer del Liceu y que apenas era conocido. La línea editorial ya consistía en fijarnos en artistas buenísimos de aquí, a los que les costaba encontrar lugares donde presentar sus discos; apoyar a gente que intenta vivir de la música y que tiene un punto de compromiso. Y también vimos enseguida que debíamos incorporar este aspecto social del que hablábamos”.

EMPEZAR A LO GRANDE, CON UN ‘SOLD OUT’

Desde el año pasado, el festival dio el salto al Petit Palau y esta edición ha empezado a lo grande con un jugoso aperitivo: el 18 de octubre, fin de gira en la sala principal del Palau de la Música de Maria Arnal i Marcel Bagés (el éxito estaba cantado, fue sold out días antes). El resto de la programación se concentrará en un intenso noviembre y arrancará el día 9 con un concierto doble: la presentación en Barcelona del nuevo trabajo de la cantautora Carmen Boza, Caja Negra, disco que va sobre cómo romper con todo y vencer a la fiera interna; y la despedida del tour de Intana, titulado con su sobrenombre artístico, un álbum cautivador de pop acústico, íntimo y con guiños folk. Núria Moliner (así figura en su DNI) asegura que “ojalá todos los festivales tuvieran esta parte social”. “Actuar en proyectos así me hace sentir más a gusto. Más coherente. ¡Qué mejor que hacer lo que más me gusta en el mundo, cantar, y llegar un poco más allá! -exclama-. Me hace aún mucha más ilusión”. Antes de que estas dos mujeres suban al escenario, el vídeo que se proyectará es el de la Fundació Surt, una entidad de mujeres comprometida con los valores de equidad de género, inclusión, solidaridad y transformación social.

 

La siguiente cita, también con dos nombres la misma noche, será el 10 de noviembre: Roger Mas, que presentará las piezas de Parnàs, y una recomendación muy especial, el joven británico Joe Dolman, que debutará en España con su recién editado epé, Live at All Saints Church. Amén a su talento y a la calidad de su propuesta.

 

Músiques Sensibles siempre ha estado atento a los artistas emergentes que luego han crecido, y cuenta con sonoros ejemplos como Rozalén, Núria Graham, El Kanka o Marion Harper. Y también apuesta por, al menos, un artista internacional en el cartel: en sus anteriores ediciones pasaron nombres como Joshua Radin, Carla Morrison, Alela Diane… La entidad asociada a los recitales de Roger Mas y Joe Dalman será Pro Vellesa Autònoma, que se constituyó con la voluntad de ser un espacio para garantizar la protección de las personas mayores, y velar por su bienestar y calidad de vida.

VOCES CÁLIDAS

La programación continua el 16 de noviembre con otra despedida de gira, la de Gemma Humet y su Encara. “Un disco de temática social que aborda la crisis de los refugiados, el drama de la guerra… Y poder cantar estas canciones en un festival que hace una clara apuesta por las problemáticas sociales es el marco ideal. El mejor. La empatía y el querer ayudar es imprescindible”, enfatiza Humet, antes de retomar el asunto de las etiquetas que tanto daño pueden hacer también en el mundo de la música. “¡Qué manía en ponértelas! Sobre todo, los periodistas. ¿Por qué encasillarme? ¿Qué culpa tengo yo de hacer lo que hago, sentir lo que siento y transmitirlo a mi manera? En mi primer disco hablé mucho de mí. Siempre es más fácil mirar hacia dentro, de dónde vienes, quién eres… Pero en este segundo tenía la necesidad de explicar cómo veo las cosas que suceden a mi alrededor. Siempre hago lo que siento en cada momento. E intento ser lo más coherente posible”. Gemma compartirá cartel con Alidé Sans, cantante de lengua occitana y acordeonista, de ritmos cálidos y vibrantes, que anda presentando el compacto Henerècla. Será un diálogo de mujeres, y la entidad asociada a la velada no podía ser otra que Diàlegs de Dones. Una asociación intercultural que da acogida y ayuda en su integración a mujeres inmigrantes.

 

La recta final de Músiques Sensibles, la segunda quincena del mes, correrá a cargo de Xoel López (17 de noviembre) en versión acústica, interpretando Sueños y pan, un nuevo ejercicio de libertad creativa del gallego. Y la asociación ‘telonera’ será Aprenem, que trabaja en la inclusión de personas con autismo. Le tomará el relevo El Petit de Cal Eril (día 21), con su disco triangular: planteado como una trilogía de epes (su respectiva fundación es Salut Mental Barcelonès Nord). Y el cierre tendrá poderío: The London Community Gospel Choir (día 23), una de las mejores formaciones gospel-soul de Europa. ¿Su asociación vinculada? Best Buddies, organización internacional que lucha por la integración social de personas con discapacidad intelectual y que lleva años queriendo enterrar prejuicios.

Hay demasiadas lacras y estigmas por superar. Pero cuando la música es sensible, la sociedad se contagia.