Xavier Trias
Xavier Trias, candidato de Trias Per Barcelona. ©Marc Llibre
ENTREVISTA A XAVIER TRIAS

“Deshermanarse de Tel-Aviv es la tontería más grande de la historia”

El candidato a la alcaldía asegura que los que están en contra de los turistas y los cruceros se equivocan, ya que para tener buenos centros de investigación hay que tener vuelos intercontinentales. Reivindica Montjuïc y propone deprimir la Ronda Litoral en el Morrot para crear un gran paseo que enlace la Marina del Prat Vermell con Colón.

Xavier Trias es directo. No utiliza subordinadas ni se pierde en respuestas excesivamente largas. Tiene esa tranquilidad que proporciona la edad. Mientras realizamos la sesión de fotos, dice que la campaña le está pasando muy rápido. Tomamos un café en el Hotel ME Barcelona y, antes de empezar, espeta: “la gente tiene ganas de cambio”.

— ¿Cuál es el modelo de Barcelona de Xavier Trias? 

— La Barcelona de Xavier Trias pasa por un modelo que apuesta de forma clarísima por una ciudad que crezca económicamente y luche contra la pobreza para generar bienestar.

— ¿Qué significa esto?

— Actividad económica significa industria, significa comercio, quiere decir turismo, significa nuevas tecnologías y significa servicios. Los servicios, que a menudo se olvidan, son una pieza muy importante en nuestra economía: escuelas, universidades, investigación e innovación. Y nuestro modelo quiere una Barcelona convencida de que es la capital de Catalunya. Y esto significa colaborar con todos los pueblos y ciudades de Catalunya. Tenemos la obligación de ser punta de lanza para que Catalunya vaya bien. Y un último punto. Hay otra cosa importante que es una obsesión de todo nuestro grupo: potenciar la colaboración con las entidades pertenecientes al tercer sector.

“Tenemos la obligación de ser punta de lanza para que Catalunya vaya bien”

— ¿Y esto cómo se concreta?

— El tercer sector debe profesionalizarse. No puede vivir de las subvenciones. Debe buscar una forma estable de relacionarse con la administración pública, ya que el servicio que nos prestan es muy importante. Pero debemos tener una relación estable a través de conciertos o contratos programa. Y debemos ser capaces de dar respuesta a las necesidades básicas que tenemos, puesto que si no lo gestionas bien, la gente pierde la autoestima y se vuelve muy crítica con la ciudad.

— ¿La ciudadanía de Barcelona tiene una percepción negativa de la ciudad?

— Sí, porque la alcaldesa no lidera o lidera de un modo diferente, a la contra. Cuando uno se encierra en sí mismo y no está en contacto con la gente, se cree cosas que no son. Se cree, por ejemplo, que la ciudad está limpia, que la ciudad es segura o se pierde el concepto de movilidad.

— ¿Se ha hecho ideología de las pequeñas cosas?

— Hemos hecho ideología de cosas sin sentido. Te pongo un ejemplo: cuando Seat, en el Salón del Automóvil, anuncia que fabricará 500.000 unidades de un nuevo coche eléctrico, a un precio relativamente asequible, y le pone el nombre de un barrio de la ciudad, la alcaldesa debe estar en primera fila. Y no estaba. Por un tema ideológico: porque la alcaldesa resulta que está en contra de los coches y en contra de los que llama poderosos.

“La alcaldesa está en contra de los coches y de los que llama poderosos”

— ¿Y frente a esto están las supermanzanas?

— Es que no construye supermanzanas. La alcaldesa ha hecho algo que ni son supermanzanas ni está en sintonía con su ideología. Ha decidido hacer calles peatonales para pacificar el tráfico y lo que ha conseguido es tener calles de primera y calles de segunda. Además, ha anulado casi todos los chaflanes del Pla Cerdà y está haciendo que la carga y la descarga deba realizarse en plena calle. Con lo que está haciendo no reduce el tráfico y, además, provoca que los coches den más vueltas, de modo que gastan más gasolina.

Xavier Trias

— ¿Si usted es alcalde se han terminado las supermanzanas?

— No, porque no hay supermanzanas. No se han hecho. La mayor supermanzana que tenemos es la de Gràcia. Una intención de cierta superilla, pero que no es una supermanzana real, es la que se ha hecho en Sant Antoni. Es una zona como la que hicimos nosotros en el Born. El concepto de supermanzana es más complejo. Sin embargo, las supermanzanas no deben responder a un planteamiento ideológico. Tienen que hacerse para facilitar la vida de la gente, no para hacerle la vida difícil.

“Las supermanzanas no deben responder a un planteamiento ideológico. Tienen que hacerse para facilitar la vida de la gente”

— ¿Cuáles son los principales retos urbanísticos que tiene la ciudad?

— Tenemos muchos. Terminar la Carretera de les Aigües, que es una cornisa que no tiene ninguna otra ciudad del mundo. El segundo reto, ligado con éste, es bajar Collserola a la ciudad y, para ello, necesitamos cubrir la Ronda de Dalt. Esto debe hacerse, en paralelo, con la transformación de toda la parte del Besòs para conectarla con la ciudad: desde la Sagrera a la Estación de Francia, pasando por Glòries. Y hay otra cosa importante: la transformación de la Marina del Prat Vermell, en la Zona Franca. Allí se están construyendo 11.000 viviendas y esa zona no puede quedar como un callejón sin salida. Tenemos que deprimir, hacer bajar el nivel, la Ronda Litoral y, por encima, construir un paseo que una la  Zona Franca con Colón.

“Tenemos que deprimir, hacer bajar el nivel, la Ronda Litoral y, por encima, construir un paseo que una la  Zona Franca con Colón”

— Y, en todo este planteamiento, ¿dónde queda la montaña de Montjuïc?

— Si bajamos el nivel de la Ronda Litoral estaremos dando mucha más importancia a Montjuïc, ya que todo el Morrot se convierte en una zona en la que se podrán ubicar oficinas y hoteles. Esto debe ir en paralelo con tener una buena conexión de la montaña con transporte público. Debemos creernos Montjuïc.

— ¿Tenemos que creernos más Montjuïc?

— Sí. Debemos ser conscientes de que no existe ninguna ciudad del mundo que tenga el románico que tenemos en el MNAC. Tenemos la Fundació Miró que es extraordinaria. Y el Castillo de Montjuïc debemos dotarlo de contenido. Montjuïc da para mucho y, por eso, es importante que nos creamos que es la montaña de la cultura y el deporte.

Xavier Trias

— Montjuïc es también un punto de atracción turística. Desde Fira Barcelona hasta el MNAC, pasando por todos los conciertos de artistas internacionales. ¿El turismo tiene un límite en Barcelona?

— Nuestra apuesta no es ir multiplicando el número de turistas que vienen a la ciudad. Debemos buscar la calidad de los turistas.

— ¿Y cuál es este turismo de calidad?

— Es el turismo familiar, el cultural y el turismo de congresos. La gente que está en contra de los turistas se equivoca. Si queremos tener centros de investigación y queremos ser referentes en el mundo debemos tener vuelos intercontinentales. Y para tener vuelos intercontinentales hay algo básico: tener cruceros. Las cosas no ocurren por casualidad. Todo es una estrategia.

“La gente que está en contra de los turistas se equivoca”

— Y también está el turismo de grandes eventos. ¿Es estratégico?

— Es muy importante. Y lo queremos. La Copa América es un buen ejemplo. Con la Copa América hay gente confundida. Se creen que la Copa América sólo es una carrera de barcos de gente súper rica. Y, en parte, es verdad. Pero la Copa América también es una carrera de tecnología punta. Si tú coges la Copa América y la juntas con el Mobile y el salón Smart City Expo puedes presentarte al mundo y darte a conocer. Puedes atraer inversiones, crear nuevas oportunidades y dinamizar la economía.

“La Copa América también es una carrera de tecnología punta”

— Ha hablado de cruceros y de vuelos intercontinentales. ¿Cuál es su modelo de aeropuerto?

— Un aeropuerto que tenga vuelos intercontinentales, sí. Pero también un aeropuerto gestionado desde Barcelona, que no nos lo gestione un señor de Aena desde Madrid con muchos intereses puestos en el aeropuerto de Madrid y muy pocos en el de Barcelona.

Xavier Trias
Xavier Trias con Guillem Carol, editor de The New Barcelona Post, durante la entrevista.

— Para captar talento e inversiones, aparte de infraestructuras, también hay mucha gente que reclama que se reduzca la burocracia.

— Tenemos un problema: debemos ser capaces de agilizar las licencias. Muchas cosas se han judicializado, han ido por la vía penal, lo que genera una situación de ralentización de la administración pública. Los funcionarios temen perder, lo que provoca que se ralenticen muchos procesos. Y algunos han tomado una decisión: en lugar de ir por la vía administrativa, relativamente lenta, van por la vía penal, que teóricamente es más rápida. Y esto es un desastre.

— ¿Esta situación puede resolverse desde el Ayuntamiento?

— Hay que cambiarla. Debemos ser capaces de acelerar la administración. Perder tiempo es perder competitividad. Ahora bien, es cierto que hay mucha picaresca. Nosotros dejaremos hacer las cosas, pero cuando haya alguien no cumpla seremos implacables.

“Debemos ser capaces de acelerar la administración. Perder tiempo es perder competitividad.”

— Barcelona, en algunas ocasiones, es una ciudad poco amable para los negocios disruptivos.

— Barcelona con algunos negocios, probablemente, nunca será amable. Si nosotros tenemos un sistema de taxis, que es una concesión pública, lo lógico es que el Ayuntamiento defienda sus taxis. ¿Nadie discute que tengamos un sistema público para la Sanidad o los Mercados, verdad? Lo que no significa que no sea compatible con tener también un sistema privado. Pero si tú tienes un sistema que es una concesión de la administración, pues la administración debe ayudar y colaborar con la concesión que ha hecho.

“Barcelona con algunos negocios, probablemente, nunca será amable”

— Con usted como alcalde, ¿hubiéramos tenido el Hermitage?

— Sí. El Hermitage, de todas formas, ahora es ya un tema muy complicado. Lo que no habríamos hecho es marear la perdiz hasta crear una situación que hizo imposible el Hermitage. Nosotros promovimos un cambio de calificación del suelo. Pasándolo de comercial a cultural, que era lo más difícil de hacer. Y después, pues mira, era un negocio privado. El Ayuntamiento no ponía ni un duro en el proyecto. El riesgo era todo para ellos, no nuestro. El mayor riesgo que habríamos podido tener es que, debido a una mala gestión privada, nos hubieran dejado en la ciudad un edificio precioso.

“Con Madrid debemos colaborar, pero nosotros debemos seguir nuestro propio camino”

— ¿Qué relación deben tener Barcelona y Madrid?

— Con Madrid debemos colaborar, pero nosotros debemos seguir nuestro propio camino. No podemos estar obsesionados con una ciudad que es la capital de un estado y que, además, tiene la fuerza del castellano. Ahora bien, tampoco debemos pelear con Madrid: tenemos que colaborar. Nosotros no somos Madrid. Somos algo que no puede ser nadie más. Somos la capital de Catalunya, somos la capital de la catalanidad. Y nosotros tenemos una fuerza que Madrid nunca tendrá: somos la capital del Mediterráneo. Sólo existe una ciudad que puede competir con nosotros en este campo: Tel-Aviv. Deshermanarse de Tel-Aviv es la tontería más grande de la historia. Tel-Aviv ha sabido fomentar la investigación, las universidades y los centros de alta tecnología. Y por este motivo se ha convertido en una ciudad referente en nuevas tecnologías, universidades, investigación e innovación.

Xavier Trias

— Para finalizar: si usted es alcalde, ¿cuál será la primera decisión que tomará?

— La primera será nombrar a un gerente para aclarar cuál es la situación económica del Ayuntamiento. Y, en paralelo, ir a visitar la Fundación Arrels para dejar claro que nosotros prestaremos especial atención a la gente que está en peor situación.

— Dígame algo positivo de Ada Colau.

— El día de Sant Jordi de este año.

— ¿De Jaume Collboni?

— Es de Collboni, pero, por lo general, de los socialistas: las bibliotecas municipales.

— ¿Y de Ernest Maragall?

— Colaboré con él para hacer la Carta de Barcelona. Y es una persona que sabe colaborar.