Carlos de la Barra acaba de pasar sus primeras navidades en Barcelona. Se mudó a la ciudad con su familia el pasado mes de septiembre para ponerse al frente del Nobu Hotel Barcelona, situado en la Torre Catalunya, junto a la Estación de Sants, y perteneciente a la cadena hotelera internacional fundada por el actor Robert de Niro. Nacido en México y acostumbrado a vivir en grandes capitales interculturales, De la Barra asegura haberse encontrado con una sociedad “acogedora, amable y que te abre las puertas”, aunque algo carente de autoestima.
“Me he sentido muy bien acogido, pero noto que Barcelona está un poco hundida, pensando en que todo está mal y castigándose. Pero es más una percepción de los que estáis aquí, que lo vivís como en un bucle. Desde fuera la percepción de la ciudad es claramente mejor, Barcelona tiene mucho que ofrecer y se le ve un potencial inmenso”, destaca De la Barra en una entrevista con The New Barcelona Post.
Tras desarrollar su trayectoria profesional en importantes hoteles de lujo ubicados en Bali (Bulgari Hotel & Resorts), Kuala Lumpur (The Ritz-Carlton) y Los Cabos (One & Only Palmilla), el ejecutivo formó parte del equipo de apertura del espectacular hotel Atlantis The Palm Jumeirah, en Dubai, y durante los últimos cuatro años y medio ha residido en Madrid, donde era el resident manager del Hotel Rosewood Villa Magna del Paseo de la Castellana.
Cuando el grupo inveror ASG y Nobu le ofrecieron ponerse al frente de su hotel en Barcelona, De la Barra tuvo clara la decisión. “Tenía ya ganas de cambiar; conocía Barcelona y no lo dudé, porque es una ciudad que lo tiene todo“, destaca. “Yo soy un loco del arte y la cantidad de museos, de obras y de propuestas culturales que tenéis en la ciudad es espectacular; solo en Montjuïc tienes siete museos a mano. Y por no hablar de la gastronomía, que es otra locura; de los festivales de música o del sinfín de escapadas o planes que ofrece Catalunya para los fines de semana… lo que tenéis aquí es increíble. ¿Qué ciudad te ofrece todo esto?, se pregunta el hotelero.
En este sentido, De la Barra reclama “potenciar la autoestima y poner en valor todos estos activos que hacen de Barcelona una ciudad mágica, increíble e inclusiva”. “Yo veo una joya, un sentimiento compartido por todo el sector hotelero internacional. Todas las grandes cadenas de lujo y los fondos de inversión del sector quieren tener una bandera en Barcelona, estar aquí”, asegura, en referencia a la llegada de la propia marca Nobu —que estrenó el hotel en 2019— o de otras implantaciones recientes en la ciudad, como Intercontinental, Sofitel, The Hoxton o Gran Meliá, que acaba de hacerse con la gestión del antiguo Hotel Rey Juan Carlos I.
“Mi previsión es muy optimista, hay mucho interés en este destino, personas de todo el mundo quieren conocer Barcelona”, añade. Este interés crecerá aún más gracias a la celebración en 2024 de la Copa América de Vela. “La Copa América va a ser un bombazo para esta ciudad; será increíble para Barcelona, porque la va a reposicionar, precisamente, como esa ciudad que tiene todo”, reflexiona.
Mejorar el transporte público y la seguridad
Admite, sin embargo, que la capital catalana tiene deberes pendientes, como intensificar las campañas de civismo “para reeducar a los ciudadanos” en aspectos como la limpieza o mejorar “de forma urgente” el transporte público. “Hace falta más puntualidad en los trenes de Rodalies, los taxis son caros y hay que mejorar la frecuencia de los autobuses de línea”, considera. Otra prioridad es la seguridad. “Mi concepto de la seguridad, por ser mexicano, es muy diferente al de ustedes, pero estamos en Europa y uno no se espera lo que muchas veces pasa en Barcelona. Hay que actuar para evitar la reincidencia. En los pocos meses que llevo aquí he visto a muchos clientes que les han robado el reloj o les han quitado la cartera y el pasaporte, y eso implica que se vayan de la ciudad con un muy mal sabor de boca”, lamenta el director del Nobu Hotel.
También reivindica cambios en normativas de ámbito general para favorecer las inversiones e incentivar la creación de empresas. “En España tenéis mucha complejidad, por ejemplo, a la hora de montar una empresa, o con la fiscalidad o las leyes laborales, todo es complicado. Una simplificación permitiría generar más negocios y también mejoraría el empleo”, considera. Pide también una mayor “cooperación entre ciudades” porque, cada vez más, el visitante internacional, especialmente el americano, “busca ahora combinar destinos”.
Reforma de Sants: dignificar la puerta de entrada a Barcelona
Formado en la escuela Les Roches Global Hospitality de Crans-Montana (Suiza), Carlos de la Barra ha sustituido a Laurence Dubey y es el segundo director del Nobu Hotel Barcelona desde su inauguración en 2019. Al frente del establecimiento, que tiene una categoría de 5 estrellas y 259 habitaciones, le tocará vivir en primera línea las obras de remodelación de la Estación de Sants y de la Plaça dels Països Catalans, donde se alza el rascacielos de 25 plantas que alberga el hotel. Se trata de un proyecto largamente esperado que supondrá una inversión de más de 400 millones de euros, pero que De la Barra considera que se queda corto para una ciudad como Barcelona.
“La reforma de Sants es clave. Todo lo que se haga en la plaza y el entorno será beneficioso, porque es triste ver que esa sea ahora la puerta de entrada a Barcelona. Las obras, en principio, está previsto que se inicien en abril; las vamos a sufrir, pero es para algo mejor”, señala. Sin embargo, se pregunta si el proyecto presentado por Adif y el Ayuntamiento es suficiente. “¿Realmente estamos haciendo la mejor puerta de Barcelona? Siento que el proyecto de reforma no ha tenido la suficiente ambición. Podría haberse dado más importancia a crear espacios verdes… podría haberse previsto un espacio para el comercio local dentro de la estación, o haberse acordado que todo el tráfico de la plaza sea soterrado, para contribuir a la apuesta por una Barcelona verde y sostenible”, argumenta el directivo.
Además de seguir atentamente el desarrollo de esta transformación urbana, De la Barra se ha fijado como objetivo “ayudar desde el Nobu a mejorar el distrito de Sants Montjuïc”, por lo que ya ha celebrado varias reuniones con representantes del distrito y también con la Guardia Urbana para colaborar en todo lo que pueda y ponerse a disposición de la comunidad. “No puedo hablar mal de las reuniones que he tenido con la Administración, todas han sido muy positivas. La iniciativa privada debe apoyar e implicarse en los barrios donde está presente. Estamos preparando un proyecto muy importante para implicarnos con el barrio”, afirma.
El directivo también impulsa una iniciativa para compensar las emisiones del hotel con la plantación de 25.000 árboles en Catalunya y abandera un “nuevo proyecto muy interesante” que prefiere por ahora no avanzar y que supondrá “hacer un guiño a toda Catalunya”. “Es un secreto que vamos a revelar pronto y que está vinculado a los productores locales y a los alimentos ecológicos y biodinámicos catalanes. Estoy muy emocionado con la iniciativa. El producto local es importantísimo y creo que los hoteles podemos aportar mucho, por ejemplo, en la promoción del vino catalán“, explica.
Arrimar el hombro con el MWC y el ISE
De la Barra se prepara también para vivir su primer congreso Mobile World Congress (MWC), que arrancará el próximo 27 de febrero y que llenará el hotel. Considera que todos los hoteleros de la ciudad son muy conscientes de la necesidad de “arrimar el hombro” con esta feria y “realizar una apuesta a largo plazo”. “Los hoteles debemos sumar, ser realistas, tener humildad, pensar a largo plazo y no quemar el mercado. Se trata de ayudarnos unos a otros y no tener una visión cortoplacista, porque no funciona así. Lo mismo debemos hacer con el ISE, debe ser también una apuesta a largo plazo para los hoteleros, porque puede ser, claramente, una feria igual de importante que el MWC”, destaca.
Además de las ferias, uno de los motores del Nobu Hotel Barcelona son los turistas que visitan la ciudad para embarcarse en un crucero. “Es un público clave para el hotel, genera un porcentaje importante de nuestro negocio. Para muchos americanos, viajar a Europa para realizar un crucero y conocer ciudades como Barcelona es el viaje que han estado esperando toda la vida”, subraya.
A comienzos de 2021, en plena pandemia, el fondo alemán ASG se hizo con la propiedad del Nobu Hotel Barcelona, que reabrió puertas el 22 de febrero de 2022 y ahora emplea a 207 personas. Este primer año de funcionamiento tras el parón ha sido de transición, con unos niveles de ocupación por debajo del 60%, inferiores a los de la media del sector. “2022 ha sido un año flojo, de aprendizaje para nosotros, en el que hemos puesto el énfasis en darnos a conocer. Nuestra ubicación es distinta a la de la competencia y somos una marca muy nueva en el mercado europeo. Competimos con grandes enseñas que llevan aquí muchos años”, argumenta De la Barra se ha fijado el objetivo de registrar un “crecimiento importante” en 2023 y acercarse a una ratio de ocupación del 70%.
“Por primera vez vemos ya reservas a futuro, es muy positivo que esto ocurra. Hay demanda, la gente quiere viajar a Barcelona y es una ciudad que tiene capacidad para recibir a muchos grandes grupos. Este último año todo ha sido last minute, pero ahora ya vemos más planificación, aunque creo que el last minute va a continuar caracterizando a este mercado”.
Nobu es una reconocida marca internacional de restaurantes y hoteles con presencia en los cinco continentes fundada por Nobu Matsuhisa, Robert De Niro y Meir Teper. El primer restaurante se inauguró en Nueva York en 1994 y no fue hasta 2013 que se estrenó el primer hotel en Las Vegas. Hoy, la cadena posee 50 restaurantes y 27 hoteles (algunos en fase de apertura), de los cuales tres se encuentran en España, donde además de en Barcelona la marca está presente en Marbella y en Ibiza. Nobu prepara dos nuevas aperturas en San Sebastián —se inaugurará en verano— y en Madrid, previsto para 2024.
Según Carlos de la Barra, están muy satisfechos con la marcha del restaurante Nobu emplazado en la planta superior del hotel barcelonés, desde la que se divisa unas vistas espectaculares de la ciudad. “Nobu Barcelona funciona muy bien, aunque sigue dependiendo mucho, en un 32%, del cliente del hotel. Es un porcentaje muy alto en comparación con otros Nobu internacionales, donde esta ratio es del 1%, en favor del cliente externo”, destaca.
El directivo explica que la oferta gastronómica es uno de los elementos diferenciales de Nobu, junto al tamaño de las habitaciones y el hecho de que todas las camas sean de 2×2 metros. “Somos un 5 estrellas lifestyle, con un precio inferior a los 300 euros la noche habituales en los establecimientos de categoría similar. Los huéspedes nos eligen por ser un hotel urbano y por nuestra oferta gastronómica, que priorizan a la propia estancia. A diferencia de la mayoría de hoteles, en nuestro caso lo primero es el restaurante. El cliente foodie no quiere pagar 500 euros por dormir; prefiere pagar 200 euros y poder gastar esa diferencia en el restaurante”, concluye el directivo mexicano.