Las mujeres ocupan menos de uno de cada cuatro cargos directivos en las empresas catalanas. En los últimos años, de hecho, la presencia femenina en los altos cargos se ha estancado: si en 2018 representaban un 23,7% de los cargos directivos, en 2024 este porcentaje solo creció en seis décimas, hasta situarse en el 24,3%. Estas son las principales conclusiones del estudio La igualdad en las empresas: presencia femenina, políticas y percepciones, elaborado por el Observatorio Mujer, Empresa y Economía (ODEE) de la Cámara de Comercio de Barcelona. Desde el observatorio, alertan de una “falsa percepción” por parte de los empresarios de que las desigualdades de género en el mundo laboral se han reducido, una sensación que contrasta con la realidad de las empresas.
Solo un 21,9% de las empresas han aumentado la presencia femenina en lugares de responsabilidad en los últimos cinco años, según los datos obtenidos de las más de 2.300 empresas encuestadas. Respecto a 2018, las mujeres en cúpulas directivas han aumentado sobre todo en los sectores más feminizados, como la hostelería o el comercio, mientras que han disminuido en sectores como la construcción, donde solo ocupan un 14% de los altos cargos, casi tres puntos por debajo que hace cinco años. En la industria, el porcentaje continúa siendo bajo, y solo ha crecido un punto, situándose en el 19,7%.
“Las mujeres hemos entrado en el mundo de las empresas, y con esta entrada parece que lo tenemos todo hecho, pero el talento femenino se pierde por el camino y no llega a los lugares de poder”, ha lamentado la presidenta de la ODEE, Sílvia Bach, durante la presentación del estudio, en la que ha remarcado que los hombres “no han entrado en el mundo de los cuidados y la conciliación familiar”.
La existencia de este techo de cristal se constata con el hecho de que el sector con la cúpula más feminizada, el de la hostelería, con el 35%, cuenta con una plantilla en el que las mujeres representan el 57% del conjunto, 20 puntos por encima de las que llegan a puestos directivos. Las mujeres, por tanto, a pesar de que representan la mayor parte de los trabajadores de este sector, no acceden de la misma forma que los hombres a los altos cargos. En el conjunto de las empresas, las mujeres solo representan un 41% del total de los trabajadores, un 0,3% menos que en 2018.
A pesar de estos datos, el estudio también constata que hay una “falsa percepción” entre los empresarios sobre que las desigualdades de género se han reducido en los últimos años. Una percepción que alertan de que podría desmotivar la aplicación de medidas futuras en materia de igualdad, necesarias para subvertir la poca representación femenina en cargos directivos. El estudio muestra que el grado de implementación de las políticas de igualdad consultadas se sitúa entre el 40% y el 76% a las empresas de Catalunya.
Las tres políticas más implementadas, que ya se aplican en más del 60% de las empresas, son la flexibilidad horaria —imprescindible para compaginar las obligaciones laborales con las familiares—, el uso de comunicación no sexista e inclusiva, y la existencia de un protocolo de acoso, así como de un Plan de Igualdad dentro de la empresa. Estas dos últimas, de hecho, son medidas obligatorias para las empresas, según la normativa vigente. Aun así, como ha recordado la directora de la ODEE, Carme Poveda, “la existencia de una obligatoriedad no es garantía de éxito ni de cambio real en la imagen de las cúpulas directivas, sobre todo si se aplican solo para cumplir con la ley y no se revisa su aplicación real”.

Contrariamente, las políticas menos aplicadas son aquellas de carácter voluntario, que no vienen impuestas por el reglamento existente, como por ejemplo la aplicación del horario laboral europeo —jornada continuada con inicio antes de las 9 de la mañana y final a las 17 horas—, que está presente en menos de la mitad de las empresas encuestadas, o el fomento del teletrabajo. A pesar de que un 40% de las empresas fomentan el trabajo a distancia —15 puntos por encima que en 2018, también por el efecto de la pandemia—, Poveda ha recordado que es importante aplicar el trabajo en remoto de forma igualitaria entre los dos géneros, ya que cuando se tienen hijos menores a cargos, más mujeres que hombres usan el teletrabajo para poder conciliar.

Uno de los datos que más preocupa al ODEE es el hecho de que un 42% de las empresas encuestadas considera que no hay discriminación hacia las mujeres en el ámbito laboral, y solo dos de cada diez encuestadas reconoce que sí que existe esta discriminación. Una percepción que dista de los datos objetivos y que, según el observatorio, podría provocar que se dejaran de aplicar medidas para fomentar la igualdad de género.
“El cambio de mentalidad a las empresas no ha llegado”, ha sentenciado la presidenta de la ODEE, quien ha destacado que, para revertirlo, es necesario aumentar los recursos y sobre todo impulsar formaciones en materia de género en todas las empresas. “Hay mujeres con un gran talento que no llegan donde podrían hacerlo, y esta es una gran pérdida para toda la sociedad”, ha lamentado el presidente de la Cámara de Barcelona, Josep Santacreu, quien ha defendido que las empresas son “un reflejo de la sociedad” y que, por lo tanto, tienen que ejercer como “referentes para llegar a una sociedad más justa e igualitaria”.