David Giorcelli músico
El músico David Giorcelli.
EL BAR DEL POST

David Giorcelli: El incalculable precio de hacer lo que se ama

“Desde bien pequeñito, la radio ha estado siempre presente en mi vida. Mi abuelo la escuchaba a todas horas y es un hábito que heredé. En mi adolescencia la ponía constantemente, programas como Sábana con chinchetas o Polvo de estrellas, de Pumares. Pero ahora mismo no suelo escuchar nada concreto, el dial baila mucho, las temáticas políticas me aburren bastante, que es lo que más se oscila, así que mejor pon algo de Big Joe Turner”.

Well oh well inunda el espacio del Bar, a última hora de la tarde, mientras el pianista y compositor David Giorcelli pide “un negroni, como los que prepararan Hugo del Milano o David del Jazzman, pero antes, para entrar en calor, un chupito de ratafía, como los que sirven en el Paraigua”.

Se define a sí mismo como “un currante con actitud positiva” y asegura detestar la gente que se lamenta. “Amante de mi ciudad, Barcelona, y mi pasión, el Piano Blues y el Boogie Woogie”, que ha cambiado y modelado su vida y que cada vez le demanda más energía, esfuerzo, trabajo. “Y lo haces encantado, porque te llena el alma y hacer lo que amas tiene un precio incalculable”.

Un universo hecho de notas y acordes, de temas y estudio, pero también de clubes, salas, festivales, viajes a otros países, nuevos contactos con músicos, mánagers y programadores: “El abanico siempre se va ampliando, el estrés aumenta, pero, insisto, hago lo que amo”.

Una vida basada en decisiones a veces difíciles, pero que en palabras del músico hay que saber tomar “sin miedo, si sabes que son por tu bien y el de quienes te rodean”. Y cita una frase que leyó hace mucho y le quedó dentro: “La intuición eres tú mismo enviándote un mensaje desde el futuro”.

La escuela de los escenarios

El parroquiano echa atrás la mirada, hacia los inicios de su carrera hace ahora cerca de un cuarto de siglo. “Las jams en La Boîte compartiendo tablas con músicos hoy considerados de renombre, como los hermanos Puertas, Álex Zayas, Blas Picón o Reginald Vilardell. Aquella fue mi escuela y allí formé mi primera banda, The Hipsters, con Albert Cariteu”. La siguiente parada en este tren de la memoria son “las desenfrenadas noches en el London Bar, junto a David Hot Pocket, Chento, Merchan o los pibes de Tota Blues”. Poco después tocaría con Predicador Ramírez, The Walking Stick Man o “los legendarios Gatos Negros”, hasta que, hace quince años, lanza su propio proyecto como líder: David Giorcelli Trío.

Con cuatro discos a su nombre, David destaca “haber actuado en Laroquebrou, considerado el Festival de Boogie piano más grande del mundo, en dos ocasiones. También me hizo mucha ilusión actuar con Alejo Stivel, de Tequila, en Bilbao y, recientemente, en el Rosa’s Lounge de Chicago junto con mi buen amigo, el armonicista y cantante Rob Stone”. En estos momentos, está acabando de mezclar y masterizar su quinto álbum como líder, “grabado en directo en el histórico club de París, Le Caveau de la Huchette, fundado en 1946 en el barrio latino de la capital francesa, y en el que participan Little Jordi al contrabajo y Albert Escudero a la batería, además contamos con la colaboración de uno de los grandes saxofonistas del Rhythm & Blues en Europa, Drew Davies”.

“Las jams en La Boîte compartiendo tablas con músicos hoy considerados de renombre, como los hermanos Puertas, Álex Zayas, Blas Picón o Reginald Vilardell, fue mi escuela”

— Y luego claro, están Wax & Boogie, que lideras junto a tu compañera, Ster Wax, y con los que lleváis ya cinco discos.

— ¡Sí, ese sigue siendo mi proyecto fuerte! Este año hemos viajado a lugares increíbles como las Azores, Portugal, Chipre, Atenas, Francia y, cómo no, increíbles festivales en España como Sarria no Caminho, Aracena, Rock & River o el Bilbao Blues Festival. Este año tenemos previsto Alemania, Luxemburgo, Francia y un posible destino exótico aún por acabar de confirmar.

A esta frenética actividad, cabe sumar el programa que el músico dirige en Ripollet Ràdio, Blues Barrelhouse, cada tercer miércoles de mes. “Una experiencia enriquecedora en todos los aspectos”. Y otra pequeña gran suma a ese incalculable precio de dedicar la vida a lo que se ama.

David Giorcelli
David Giorcelli lidera Wax & Boogie amb Ster Wax.

Una ciudad con una gran cantera sonora

“Me gustaría más apoyo a la cultura, a la música local. Tal vez no seamos conscientes de ello, pero en Barcelona gozamos de una cantera de músicos espectacular, tanto de Jazz como de Blues. Estaría muy bien que les diéramos apoyo yendo a conciertos, tanto de músicos locales como de los que están de paso”, reivindica el parroquiano, quien no disimula su hondo pesar cuando llega la noticia del cierre o sanción a algún local “donde se está programando música en vivo, donde las personas pueden socializar, donde hay un pedazo de cultura de la ciudad”. Y lamenta que, a menudo, eso sea resultado “de la denuncia de algún triste vecino que se piensa que vive en el Montseny y no se da cuenta de que está en Barcelona, donde todos tenemos cabida y más espacios que permiten que mucha gente se pueda ganar la vida dignamente: músicos, camareros, técnicos de sonido, etcétera. Es indignante que las instituciones no medien para llegar a un acuerdo antes de sancionar”.

“Me gustaría más apoyo a la cultura, a la música local. Tal vez no seamos conscientes de ello, pero en Barcelona gozamos de una cantera de músicos espectacular, tanto de Jazz como de Blues”

La necesidad de espacios musicales en la ciudad le retrotrae, sonrisa malévola de por medio, a una anécdota ocurrida el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes de, hace unos seis o siete años: “Compartí un post en Facebook que anunciaba la apertura de una nueva sala por la zona de la Ciutadella, así que los músicos que quisieran actuar tenían que llamar a un teléfono que facilitaba y preguntar por el señor León. El teléfono en cuestión era el del Zoo de Barcelona”. No faltaron quienes llamaron y se acordaron de la progenie del músico, que ríe ahora con ganas, antes de retomar su panegírico a una ciudad “que me llena de energía: sus bares, las jams de los miércoles en el Café Rock & Roll, la comida, ver una puesta de sol con mis hijas en la Barceloneta o comerme un bocata de longaniza en el Xampanillo. Blues y gastronomía, ¿hay algo mejor?”.

— Pues ahora que sacas el tema, tenemos aquí de todo para una cena de rechupete: menú, carta, tapas, bocatas, raciones, platos combinados. Riquísimo.

David Giorcelli apura su negroni y acaricia su perilla al ritmo de Two loves I have de Big Joe Turner, antes de sentenciar:

— Dicen que en la variedad está el buen gusto, así que plato combinado es apuesta segura. Mientras tenga un buen alioli o, en su defecto, mayonesa, es suficiente para hacerme feliz.