Joel Joan, actor y guionista, y Eva Vila, directora de cine, en el ciclo Moments Estel·lars. © Marc Llibre

El cine catalán despunta en premios internacionales, pero anhela llegar más al público

La directora de cine y del Máster en Documental de Creación de la UPF-BSM, Eva Vila, y el actor, director y guionista Joel Joan celebran el prolífico momento de la industria cinematográfica catalana en el ciclo Moments Estel·lars, a la vez que abordan los retos actuales del sector para continuar cautivando a la audiencia local e internacional

En los últimos años, el cine catalán ha conseguido hacerse un lugar en la industria cinematográfica internacional, destacando y recibiendo reconocimientos en los galardones más prestigiosos, como La Berlinale o el Festival de Cannes. Un reconocimiento a las producciones catalanas que también ha llegado a salas y plataformas que, recientemente impulsadas por películas taquilleras como El 47 o Casa en Flames, en 2024 registraron  un récord de casi 987.000 espectadores de cine en catalán. Son unas cifras récord que el sector audiovisual confía en que no sean flor de un día y que puedan mantenerse e incluso superar en los próximos años.

“Hace 20 años no podríamos haber imaginado ni en nuestros mejores sueños que dos producciones catalanas brillarían en el festival más prestigioso de la industria cinematográfica, el Festival Internacional de Cine de Cannes”, ha enfatizado la directora del Máster en Documental de Creación de la UPF-BSM, Eva Vila, en la sesión Una Barcelona de cine, organizada por The New Barcelona Post dentro del ciclo Moments Estel·lars. Unos galardones donde la coproducción catalana Sirat, de Oliver Laxe, se ha alzado con el premio del jurado y dónde también ha despuntado en la selección oficial la nueva película de la directora Carla Simón, Romería.

Vila, directora también de largometrajes como Bajarí o Penélope, ha destacado que el hecho de que el cine catalán viva un momento dulce “no es casualidad, sino que es el resultado de una generación prolífica“, ha afirmado en una sesión moderada por el periodista y profesor de la UPF-BSM Toni Aira, y organizada con la colaboración de Casa Seat, Barcelona GlobalMust Media Group.

Aun así, Vila ha reconocido que todavía falta un punto de autoestima entre los productores y el público, y ha reivindicado que “debe creerse todavía más que producir cine desde Catalunya no solo es posible, sino que estas producciones tienen un sentido y un papel destacado en el mundo”. Por su parte, el director y guionista de series de televisión y cine Joel Joan ha lamentado que, pese a los premios que se han llevado las producciones catalanas en los últimos años, el cine en catalán todavía tiene dificultades para traspasar la gran pantalla y seducir al público general.

“Siempre hemos estado muy obsesionados con la idea de recoger premios internacionales, pero no nos tenemos que olvidar de llegar al público, porque necesitamos a gente que vaya al cine y que pague la entrada”, ha recordado el actor de series como Plats Bruts, que lo hizo saltar a la fama a principios de los 2000. Joel Joan también ha manifestado que los grandes nombres del cine catalán pueden convertirse en “casos concretos y muy excepcionales” si no hay un apoyo activo por parte las administraciones públicas, que deben promover, según el actor, la concesión de ayudas para grabar películas en lengua catalana.

En este sentido, Joel Joan ha lamentado “los prejuicios de los grandes productores, que se piensan que llegarán a menos audiencia si filman las películas en catalán”. “En Catalunya, nos da miedo ser cómo somos porque nos aterroriza no gustar, pero también tenemos que tener la capacidad de estrenar producciones políticamente incorrectas”, ha añadido el actor.

La sesión ha abordado los retos y oportunidades de la industria cinematográfica catalana. © Marc Llibre

El actor, que recientemente ha escrito y protagonizado la obra teatral Escape Room 2 —y que ahora prepara la adaptación de la segunda parte de este film a la gran pantalla— ha criticado que, tan solo con el hecho de que en una producción grabada en dos lenguas se hable más de un 50% en catalán, esta producción ya sea considerada versión original en lengua catalana. Joel Joan ha defendido que, a su parecer, para que una producción se pueda considerar cine catalán, tendría que ser íntegramente en lengua catalana.

Por su parte, Vila ha defendido que “los grandes festivales quieren películas rodadas en catalán”, pero también ha alegado que una producción se puede considerar catalana sin necesidad que se hable catalán, como es el caso de su documental Bajarí, que acerca y retrata la cultura gitana en Catalunya, una producción donde mayoritariamente se habla en castellano y con la que, según Vila, consiguió “exportar Barcelona al mundo”. La directora de cine, cofundadora de Araki Films, también ha expresado que es positivo para el cine catalán que las películas puedan coproducirse internacionalmente para elevar su éxito y prestigio.

Joel Joan y Eva Vila han defendido la necesidad de seducir a la audiencia desde todos los géneros y vertientes, desde el cine documental hasta la comedia. © Marc Llibre

Pese al reto del cine catalán para llegar al público general, Vila se ha mostrado optimista no solo con el presente, sino también con el futuro de la industria cinematográfica de Catalunya, impulsada por la existencia “de una excelente cantera, como la tiene el Barça, con jóvenes con mucho de talento”. Una cantera que se crea a partir de la tarea de instituciones como la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC) o la Barcelona School of Management (UPF-BSM), que impulsa el Máster en Documental de Creación, al que Vila está vinculada desde 2003, y del que actualmente es directora, senior lecturer y codirectora del laboratorio de edición Labed.

En el marco del programa de la UPF-BSM, impulsado en 1998 por el director de cine Joaquim Jordà y el catedrático Jordi Balló —Premio Nacional de Cultura en 2005 en la categoría de cine—, han surgido hasta 33 producciones, con largometrajes reconocidos como Mones com la Becky, En Construcción o De nens. Vila, que es miembro de Dones Visuals y de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, ha destacado la sensibilidad de estos jóvenes cineastas por retratar los diferentes relatos e historias que conviven en la ciudad de Barcelona —ciudad que también se convierte en protagonista de las producciones de Vila—.

“Un retrato de la ciudad con una gran sensibilidad por abordar sus retos de futuro, como la sostenibilidad, el cambio climático, la forma en la que nos relacionamos o nos cuidamos entre nosotros”, ha enfatizado Vila. Una sensibilidad que, según la directora de cine, consigue “traspasar la pantalla, reconfortarnos y emocionarnos, porque el espectador se identifica con los personajes que ve en la gran pantalla”.

Por su parte, Joel Joan ha defendido que, sin dejar de producir cine documental, otra de las claves para llegar al público general es la creación otros géneros, como el terror, la comedia o la acción en lengua catalana. “Tendemos a despreciar la comedia, pero es un gran vehículo que nos permite abordar temas serios y hacer reflexionar al espectador”, ha enfatizado.

El actor, guionista y director Joel Joan ha defendido que, a través de géneros como la comedia, también se puede llegar y hacer reflexionar a la audiencia. © Marc Llibre

“Tenemos que ser capaces de producir, en lengua catalana, series y largometrajes que quieran seducir el gran público, y que no tengan que pedir perdón por su intención de llegar a los espectadores”, ha expresado el actor. Fue precisamente esta voluntad de producir otros géneros la que impulsó a Joel Joan a no solo protagonizar producciones, sino también a escribirlas y dirigirlas. “Yo quería ser actor, yo tenía previsto convertirme en el nuevo Brad Pitt”, bromea el actor. Pero fue la falta de referentes de comedia en lengua catalana, e inspirándose en series extranjeras como Seinfield, lo que le impulsó a fundar su propia productora, Arriska Films, y a estrenar la serie Porca misèria. 

“Por este mismo motivo, también impulsé la Acadèmia del Cinema Català porque, por lo menos durante una noche, se pudiera reconocer e impulsar las producciones catalanas y, a la vez, llegar al gran público”, ha expresado el primer presidente de la institución, que la lideró desde su fundación en 2008 hasta el 2013. Un reto de cautivar al gran público, más allá de seguir captando las miradas en galardones internacionales que, todavía hoy, casi dos décadas después de la creación de la academia, la industria cinematográfica debe abordar desde todos los géneros y generaciones de cineastas, produciendo desde largometrajes de no-ficción hasta comedias o films de terror.