Cementos Molins ha reforzado su negocio con la adquisición de las participaciones de los dos principales accionistas familiares de Escofet 1886, pasando de tener el 37% de las acciones al 76%. El objetivo de esta operación es acelerar el crecimiento del grupo industrial, con una amplia trayectoria en el sector de la construcción, y favorecer las sinergias comerciales e industriales entre ambas compañías, cuya relación se remonta al año 1989, cuando Cementos Molins compró el 25% de la sociedad.
Con sede en Martorell, Escofet 1886 cuenta con casi 135 años de historia, muy vinculada a Barcelona, que ha sido su gran escaparate. La compañía de pavimentos y mobiliario urbano inició su estrecha relación con la ciudad en 1906, cuando empezó a producir los panot con forma de flor, también llamados Flor de Barcelona, que sirvieron para pavimentar las calles del Eixample y que se han convertido en todo un símbolo de la ciudad.
Pero esta no es, ni mucho menos, la única señal que la empresa ha dejado en la capital catalana. También es la artífice del panot Gaudí, que del interior de La Pedrera pasó a decorar las aceras del Passeig de Gràcia, y del polémico panot que se diseñó durante la reforma de la Diagonal, característico por sus hojas de plátano.
La ruta de Escofet por Barcelona llega hasta La Rambla, con el pavimento Ona, que imita el movimiento del mar, y el Mosaico de Joan Miró. Además de vestir la arteria más famosa de la ciudad, este fue el punto de inflexión en la trayectoria de la empresa, que, a partir de este momento, alrededor de los años sesenta, pasó a producir para todo el mundo, cubriendo los paseos marítimos y plazas de muchas ciudades con el mismo pavimento que se había estrenado en La Rambla.
Más allá de los panots
La evolución de las tendencias artísticas y arquitectónicas de Barcelona ha ido de la mano de Escofet, con quien han colaborado la mayoría de arquitectos y artistas de la ciudad. La lista incluye nombres tan relevantes como Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner, Joan Miró, Enric Miralles o Toyo Ito. Su contribución a la compañía no solo ha servido para decorar el suelo de edificios como La Pedrera y las calles de la ciudad sino que también ha permitido trabajar las fachadas de algunos de sus edificios, con aportaciones al World Trade Center, la Sagrada Família y el One Ocean de Port Vell, y su mobiliario urbano.
La división de mobiliario urbano es la que predomina actualmente en Escofet 1886, que tiene una plantilla de 88 trabajadores y una facturación de 14 millones de euros. Un ejemplo son los característicos bancos que Toyo Ito ideó para el exterior del recinto Gran Via de Fira de Barcelona, que se han convertido en uno de los rasgos de identidad del arquitecto japonés y que se han exportado desde L’Hospitalet de Llobregat hasta otras muchas ciudades del mundo, como Puebla (México).