Care Santos
La escritora Care Santos. © Pau Cortina/ACN

Care Santos y el ornitólogo obsesionado con los pájaros de Shakespeare

La autora retrata en su última novela, 'El loco de los pájaros' (Destino), la vida de Eugene Schieffelin, el responsable de que los estorninos hayan invadido Estados Unidos

Por culpa, aunque indirecta, de William Shakespeare, los estorninos se han convertido en uno de los pájaros más odiados de Estados Unidos. Esta especie invasora fue introducida en Nueva York en el siglo XIX por un ornitólogo que quería traer del Viejo Continente todas las aves que el dramaturgo y poeta británico había citado en sus obras. Irónicamente, el único que se asentó fue uno que solo aparecía en una línea de Henry IV. El personaje en cuestión responsable de tal hazaña fue Eugene Schieffelin, de buena familia, pero que vivió sin pena ni gloria, tanta que no se ha conservado ningún retrato suyo y el que sale en la Wikipedia no le corresponde. La escritora Care Santos (Mataró, 1970) se topó con la vida de este estadounidense excéntrico durante el confinamiento, cuando pudo afrontar la pila de libros que siempre se acumula en la mesilla.

El libro en el que se contaba la locura de Schieffelin era How Shakespeare Changed Everything (Cómo Shakespeare lo cambió todo) y lo había encontrado en una de sus paradas imprescindibles cuando viaja cada año a Nueva York, la caótica librería Strand: “Me cura de todo”. Le sorprendió ver que no había ningún libro sobre la figura del ornitólogo y, aunque la tarea de documentación se antojaba complicada, Santos tenía todo el tiempo del mundo.

Se puso manos a la obra a la espera de poder completar la historia con una de las etapas más importantes en su proceso de creación, el trabajo sobre el terreno. Tenía billetes para la primavera de hace tres años, pero el viaje se fue atrasando. No se desplazó hasta que el jefe de Ornitología del Museu de Historia Natural de Nueva York, con quien se escribía para documentarse, le dijo que ya había pasado lo peor. Fue entonces cuando pudo visitar los lugares en los que había vivido el misterioso ornitólogo, poco quedaba de ellos, como su casa, hoy convertida en una tienda de ropa.

Care Santos tuvo que tirar de imaginación, también necesaria para llenar los huecos históricos que dejó Schieffelin. Aunque el resto de miembros de su familia fueron muy populares, él parecía que no había existido y solo se le tuvo en cuenta un poco cuando le dio por los pájaros de Shakespeare, con alguna noticia breve publicada en la prensa. “Es muy frustrante, pero a la vez da mucha libertad”, señala la escritora. Hasta tuvo que hablar con especialistas para calcular cuántos estorninos se habían traído a Estados Unidos en barco, teniendo en cuenta que llegaron 30 parejas que acabaron consiguiendo reproducirse.

El primer borrador de El loco de los pájaros (Destino) o El boig dels ocells (Columna) estuvo listo en 2020, pero ha tardado en acabarlo, más si se tiene en cuenta que la autora lo ha escrito en catalán y castellano simultáneamente. Con la excepción del escenario, la primera vez que Santos lo pisa literariamente, aparecen algunos de sus ingredientes habituales como el hecho de basarse en un caso real y, sobre todo, ambientarse en el siglo XIX. “Me siento como en casa. He nacido fuera de mi época, soy un error cronológico”, defiende. La vida de Schieffelin solo podía pedir un tono desenfadado, sin dejar de ser muy descriptivo, viajando por Nueva York, paseando por Central Park o por la Quinta Avenida, como anhelaba hacer la autora cuando empezó a escribir.

Por mucho que la vida Schieffelin dé para reír un rato, Care Santos se ha contagiado de su pasión por la ornitología. Mientras perfila su próxima novela, donde volverá a Barcelona y saltará un siglo, la escritora, también conocida por sus libros juveniles, ha montado un vivero en el jardín para que se acerquen pájaros. Conoce los nombres de las especies que hay en el Maresme y hasta hace excursiones con su hija para ir a buscar las más raras.