Octavio Augusto ya se había fijado antes y se preocupó de construir una villa imperial a la que regresar durante 40 años para contemplar el mar Tirreno. Su sucesor, Tiberio, hizo lo mismo con Villa Jovis, cuyas ruinas se cuentan entre las mejor conservadas de Italia. Inventaron así las vacaciones, palabra que sigue sonando a magia 2.000 años después, sobre todo si transcurren aquí. En el siglo XIX los viajeros europeos comenzaron a hablar de Capri como si se la hubieran descubierto al mundo, y en los años 50 alcanzó la categoría de mito al convertirse en escala obligatoria de la jet set internacional.
Nos vamos pues: vístase de blanco (of course pantalones capri), unas gafas de sol, un pañuelo de seda al cuello y a disfrutar de la isla. Si no me encuentran, ¡me he perdido por aquí!
Villa Mediterranea. Es un pequeño hotel de tan solo 10 suites. Forma parte del famoso hotel Tiberio Palace, pero mantiene su independencia y exclusividad. La decoración es absolutamente diferente y original. Rinde un homenaje a las bañistas de los años 50: maniquíes con trajes de baño, gorro y gafas para nadar reciben a los huéspedes. Las habitaciones con papel pintado de color verde menta y azul, alfombras de color rosa, cabeceros de lunares, cortinas violetas y cuadros con motivos playeros son puro color creando un ambiente muy veraniego.
Jk Place Capri. Michele Bonan ha diseñado los interiores del hotel con un estilo clásico, urbano e incluso con un cierto aire rural inglés, en suaves tonos pastel y papel pintado estampado. Algunas habitaciones (en total 22) tienen balcones que miran al mar, y la vista panorámica del golfo de Nápoles. El JK Place es uno de los pocos hoteles de Capri que se enclavan en pleno océano y muy cerca del casco antiguo romano, al borde de un acantilado desde donde se domina el puerto.
Aurora. Probablemente la pizzería más lujosa de toda Italia. Es el hogar de la pizza all’acqua (una versión ligera de la tradicional masa napolitana). La familia D’Alessio, ya su tercera generacion, gestiona este “museo de la gastronomía caprese”. El chef Franco Aversa aporta imaginación y creatividad a las famosas pizzas de Gennaro D’Alessio, que se llaman “agua” no en referencia a la preparación, sino porque hay tanta pimienta que van “en llamas”. De ahí que los clientes pidan mucha agua para apagarlo.
Laboratorio Capri. En los años 60, Sartoria Gigino fue un punto de referencia de la jet set internacional que año a año visitaban su boutique atraídos por la fantasía y el talento de dos sastres excepcionales: Luigi y María Luisa. En 2010 la familia reúne tanta creatividad en la atmósfera exclusiva de Laboratorio Capri, donde continúan sus famosas creaciones hechas a mano. Miguel y Augusto, los hijos, seleccionan los trabajos de los artesanos que reinterpretan aquel sabor de los años 50 y 60. Tejidos coloridos, detalles étnicos, nuevos volúmenes y formas manteniéndose fieles al espíritu inequívocamente Capri.