En 1989, el ministro de Cultura, Jorge de Semprún, expresaba la voluntad de que Barcelona contara con una biblioteca pública de grandes dimensiones. Más de treinta años después, la capital catalana dispone de una extensa red bibliotecaria con más de 40 edificios municipales —que se eleva a 430 centros en toda Catalunya—, pero ninguno del tamaño suficiente como para equipararse al resto de las grandes capitales europeas. Hasta ahora.
El Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento de la ciudad han acordado, finalmente, reanudar la construcción de una biblioteca estatal, después de que el proyecto se gestara por primera vez en 1997. El equipamiento se situará en el lado izquierdo de la Estación de Francia, en un edificio en desuso cedido al consistorio en 2004.
El 14 de septiembre empezará el proceso de demolición de esta construcción, en un plazo estimado de cinco meses, y a principios de 2023 se procederá con los trámites para la licencia de obra. Habrá que esperar a finales del próximo año para el inicio de la edificación, que se prevé que esté lista para su inauguración en 2027.
De titularidad estatal y gestión transferida a la Generalitat de Catalunya, la biblioteca costará al erario unos 55 millones de euros, convirtiéndose así en la mayor inversión que ha realizado el Estado en una biblioteca en los últimos 125 años, cuando se construyó la biblioteca Nacional en Madrid. El edificio dispondrá de cerca de 600.000 colecciones, ocupará más de 16.000 m² útiles y constará de tres niveles elevados, por lo que será accesible desde diferentes puntos de Ciutat Vella.
El distrito ha sido elegido para albergar el proyecto debido a que concentra algunos de los puntos sociales y culturales más importantes de la ciudad, como el Parque de la Ciutadella y la futura Ciutadella del Coneixement o el Centro de Cultura y Memoria del Born, además de ubicarse en una zona de fácil accesibilidad para buena parte de la ciudadanía barcelonesa.
Al igual que en 2010, antes de que el proyecto fuera pospuesto, el despacho Nitidus Arquitectes con Josep Maria Miró al frente se hará cargo del diseño arquitectónico de la biblioteca. El concepto del edificio no distará mucho de lo propuesto entonces, pero se incluirán algunas mejoras adaptadas a los tiempos actuales ya la normativa vigente, con una mirada puesta en la sostenibilidad.
“Como nadie sabe cómo serán las bibliotecas del futuro, una característica fundamental del edificio es la flexibilidad. Los espacios que componen la biblioteca tienen que permitir que se pueda montar un escaléxtric, una conferencia o un acto”, asegura Miró. Es por este motivo que las instalaciones principalmente estarán formadas por espacios vacíos, de manera que será muy versátil y “permitirá muchas facilidades a las personas que gestionen el centro”.
Así pues, la Biblioteca Provincial de Barcelona –nombre provisional, aunque también se la conoce por ‘estatal’ o ‘central’– tendrá una parte destinada al público con salas de lectura, salas de información, sala de acceso al fondo general y especializado, fondo infantil y juvenil, sala de prensa diaria, salón de actos, salas multifuncionales, puntos de acceso a Internet, máquinas de autopréstamo, zona de descanso, zona de exposiciones, cafetería-librería, auditorio y zona de aparcamiento.
En las áreas de acceso restringido, habrá zonas de trabajo y de depósitos especializados para la conservación de las obras ingresadas por depósito legal correspondientes a las obras editadas a la demarcación de Barcelona.
La Comisión Mixta de Seguimiento del proyecto retomó la actividad el septiembre de 2021, después de siete años sin reunirse y así se reactivó el proyecto. El proyecto de construcción de la Biblioteca Provincial de Barcelona a la parcela de la Estación de Francia fue redactado el 2010, después de descartar su construcción en el Mercat del Born.
Los responsables del proyecto aseguran que la biblioteca está constituida por un modelo de buenas prácticas en la contratación de los proyectos, el cual ha consensuado con los gestores de las administraciones involucradas las necesidades a cubrir o actuaciones a realizar por cada una de las partes, en el marco de la Comisión de Seguimiento. Además, se ha optado por un sistema de selección de concurso de ideas participativo y masivo en que se ha priorizado la calidad de la propuesta frente a otros parámetros, como el prestigio previo de los concursantes, entre otros.
