Barcelona ha aprovechado una de sus características, la creatividad, para transformarla en nuevos modelos de negocio. “La creatividad es una actitud para hacer cosas nuevas, un salto hacia lo que es desconocido. La innovación se produce cuando esta actitud para hacer cosas nuevas funciona. Barcelona ha sido capaz de dar el salto de la creatividad a la innovación”, ha expuesto el profesor Paco Solé Parellada en una nueva sesión del ciclo The New Barcelona – Moments Estel·lars.
En colaboración con Must Media Group, CASA SEAT y Tech Barcelona, el protagonista de la primera charla del año ha sido el ecosistema emprendedor de la ciudad. Bajo el título Els fonaments de l’ecosistema tech y moderados por el periodista y profesor de la UPF-BSM, Toni Aira, Solé Parellada y el consejero delegado de Tech Barcelona, Miquel Martí, han sido los encargados de hacer un repaso sobre cómo han evolucionado las startups que hay en la ciudad hasta llegar a la posición actual de liderazgo que tienen en el sur de Europa.
Todo empieza con las oportunidades que detectan los emprendedores de mejorar ciertos procesos productivos o cambiarlos completamente, una cuestión que, según Solé Parellada, se ve beneficiada por la fortaleza que tienen la investigación y la industria en Catalunya. Estos son los elementos que han configurado el ecosistema barcelonés, ha defendido Martí, teniendo en cuenta que también se caracteriza por la falta de recursos naturales. “Barcelona está llena de lugares que visualizan oportunidades”, ha subrayado Solé Parellada.
Una vez creado el ecosistema, “sin él, las oportunidades no pasan”, ha insistido Martí, cambian las prioridades. Así se ha visto con los cambios que han registrado las empresas emergentes desde los primeros intentos, con programas como el Innova de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), impulsado por Solé Parellada para promover la transferencia tecnológica y la cultura emprendedora y de la innovación.
“Hemos llegado a cierta madurez en el hecho de intentar reinventar modelos tradicionales de negocio, que es en lo que se basaron muchos de los casos de éxito que tenemos ahora, y se ha virado hacia empezar a pensar que las empresas de base tecnológica tienen que ser parte de la propuesta de futuro de la ciudad”, ha expuesto Martí. Según el director del Tech Barcelona, para el giro hacia un nuevo modelo de empresas “donde la ciencia está en medio de la propuesta de valor” es imprescindible “encontrar buenos investigadores y combinarlos con buenos emprendedores”, ya que no todo el mundo sirve para ambas cosas. “En esta combinación tenemos mucho potencial”.
“La innovación tiene que tener un impacto en la sociedad. Hasta ahora, el foco era absolutamente financiero y las innovaciones iban dirigidas al beneficio de alguien en concreto, sea el accionista o el propietario. Ahora se ha entendido que el destinatario final es el ciudadano”, ha añadido. Pero no solo ha cambiado el foco, sino también la magnitud del fenómeno. Sobre esta cuestión, Solé Parellada ha añadido una anécdota, recordando como hace 20 años, se dirigió a grandes empresas para que incorporaran a las startups y aprendieran de ellas: “Nos miraron con una cara… Y ahora lo hacen”.
Para continuar reforzando este ecosistema, Solé Parellada ha advertido de que se necesita un marco jurídico solvente para fomentar la productividad y la competitividad. “Ahora no es el adecuado”, ha lamentado. “Barcelona es capaz de atraer compañías de talla mundial que tienen un específico interés en el talento digital de la ciudad”, ha continuado Martí, como los recientes hubs anunciados por Cisco e Intel, pero “sí que es muy importante la estabilidad, que las reglas estén claras, que los marcos legales y fiscales no sean solo buenos sino favorables, todo esto hace que la gente se quiera instalar”.
Miquel Martí: “Barcelona es capaz de atraer compañías de talla mundial que tienen un específico interés en el talento digital de la ciudad”
Para Martí también es importante que los ciudadanos tomen conciencia de la posición de Barcelona como sede tecnológica de multinacionales y empresas locales, y deciden hacia dónde tiene que ir. “Barcelona tiene que tener una visión compartida de aquello que quiere que sea la ciudad. Yo no quiero para mis hijos una ciudad balneario para los americanos o los países nórdicos, quiero una ciudad potente donde mis hijos puedan ir a dar vueltas por todo el mundo, a aprender y desarrollarse, pero después puedan crear proyectos potentes aquí”, ha sostenido. “Y esta visión tiene que ser público-privada”, ha remarcado. Según Martí, en esta visión compartida es clave que el sector público sepa que “a veces debe liderar y a veces debe seguir”.
Solé también ha puesto en valor la figura del profesor Andreu Mas-Colell y la labor que llevó a cabo desde el Govern de la Generalitat. “El amigo Andreu fue un desllorigador. Una persona capaz de ver soluciones en un entorno imposible; le debemos mucho”, ha recordado en referencia al nuevo marco que creó para los investigadores y los centros de investigación.