Una treintena de investigadores de nueve ramas de la ingeniería de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) estudiarán cómo producir, comprimir, transportar y almacenar hidrógeno en un nuevo centro de investigación inaugurado este viernes. El Laboratorio del Hidrógeno, situado en el Campus Diagonal-Besòs, también estará abierto a industrias que necesiten realizar pruebas relacionadas con hidrógeno para “superar la travesía del desierto” que existe entre desarrollar una idea y su salida al mercado. De hecho, el laboratorio tiene ya encargos de seis empresas energéticas y automovilísticas. Esta infraestructura científica “abanderada” utilizará hidrógeno y electricidad generada en el mismo edificio, donde se ha instalado una planta piloto de producción.
El laboratorio cuenta con 12 estaciones de prueba y en la cámara ambiental para probar sistemas a condiciones extremas, de entre 70 grados y 20 bajo cero, con una potencia máxima de hasta 100 kW. Esta cámara puede servir, por ejemplo, para calcular a qué temperatura se congela un motor con pila de combustible para vehículos eléctricos o híbridos y cuántos ciclos de congelación puede aguantar, informa ACN.
Y es que la investigación para la industria de la automoción será uno de los ejes principales en este centro, donde también se hará investigación para generar combustible cero emisiones para aeronaves y se desarrollarán sistemas inteligentes para quemar hidrógeno para la industria del vidrio, cemento, siderúrgica y cerámica. Asimismo, también habrá investigaciones para sustituir el hidrógeno gris, es decir, fabricado con gas natural, en la producción de amoníaco o fertilizante.
El centro tiene su propia microred para optimizar el consumo y producción de hidrógeno y electricidad. Precisamente, uno de los retos a los que se enfrenta este vector energético es reducir el consumo de agua que se necesita para producir –que actualmente es de entre 9 y 15 litros por kilogramo– y reducir el coste para fabricarlo, que ahora es de 6 euros el kilo. El objetivo de los investigadores es utilizar agua regenerada o marina y no potable y rebajar el precio de producción a unos dos euros el kilogramo.
“La producción debe ser eficiente y en estos momentos el hidrógeno verde es caro si se compara con el gris, generado con gas natural, que vale un euro por kilo”, ha dicho Lluís Soler, subdirector del centro. Uno de los aspectos atractivos para las empresas es que este “laboratorio vivo” recopilará datos constantemente que ayudarán a “comprobar que la instalación de hidrógeno verde es factible en plantas industriales”, detalló Lluís Soler.
La universidad reivindica que el hidrógeno renovable es “el complemento ideal a la electricidad” para dejar de depender de los combustibles fósiles. Especialmente por la descarbonización de la industria y del transporte, que son los sectores que más emisiones emiten a la atmósfera en Catalunya, en particular en la demarcación de Barcelona que supera por seis las que se emiten en Lleida.
Impulso a las renovables
Jordi Llorca, vicerrector de investigación de la UPC, ha insistido en que el hidrógeno es “un vector energético, no una fuente de energía y para producirlo necesitamos energías renovables”. “El hidrógeno verde sólo tiene sentido si ponemos renovables, si no, no tendremos la capacidad de producir el hidrógeno que necesitamos”, ha dicho, antes de reiterar que para avanzar hacia la transición energética son claves instalaciones como esta planta piloto.
En total, la universidad ha recibido 1,1 millones de euros de subvención para sacar adelante la planta. El proyecto forma parte del Centro Específico de Investigación del Hidrógeno (CER-H2) creado hace dos años por la universidad y que ha obtenido 5,08 millones de euros de financiación para proyectos directamente relacionados con el hidrógeno en la última década.