¿Vamos al baño antes del postre?

Repasamos algunos de los lavabos de restaurantes con más personalidad de la ciudad, que incluyen homenajes a Julio Iglesias, espacios con ruidos selváticos y diseños premiados para hacerse 'selfies' sin fin

¿Irías a un restaurante solo para ver su baño? Esta pregunta puede parecer extraña, pero en Barcelona algunos de estos espacios se han convertido en auténticos puntos de interés. De hecho, cada vez hay más guías sobre los mejores lugares donde hacerse selfies en los urinarios de una ciudad, especialmente en Nueva York o Londres. El motivo por el que tantas personas quieren compartir el tiempo que pasan en el WC —el hashtag #Bathroomselfie tiene millones de publicaciones— es un misterio más de la era moderna.

Empecemos con los llamados lavabos influencer: en este ámbito, uno de los más emblemáticos es el de Bocagrande. Este espacio cuenta con decenas de espejos que permiten jugar con la perspectiva, lo que puede generar muchas discusiones si el fotógrafo poco experimentado no acierta con el ángulo adecuado. Aunque su popularidad comenzó hace años, cuando aún tenía una cabina de DJ y un fotomatón analógico, esta sala contigua a los inodoros sigue siendo un lugar de moda. Su éxito no es casualidad: todo lo que toca Lázaro Rosa-Violán se convierte en oro.

El lavabo de El Nacional también es un clásico de las redes, con lavamanos blancos y espejos con círculos de luz que aparecen en Tripadvisor como si fueran una tapa más del local. Esto también ocurre con el recientemente reabierto Jacqueline, donde los espejos de tocador están rodeados de plumas de pavo real. El Grosso Napoletano de la calle Casanova, por su parte, apuesta por el toque kubrickiano de pantallas rojas que son una garantía de selfies.

Julio Iglesias Bodega Molina
Artículos de Julio Iglesias en la Bodega Molina.

Más gamberros son los baños de Bodega Molina. La vida de Julio Iglesias se expone a través de páginas de revistas del corazón, muchas de ellas recuperadas en el Mercado de los Encants. La sala para mujeres está marcada con dos fotografías de Tamara Falcó de niña abrazada a un conejo rosa gigante, mientras que la de hombres se distingue con una raqueta de tenis y placas donde se avisa que “Julio te mira y lo sabes”. El hilo musical incluye La vida sigue igual, por supuesto.

Y es que los hilos musicales son un tema recurrente en los lavabos. Lo vemos en Paradiso, donde se escucha un sonido de pájaros selváticos, o en Catalina Gavà Mar, donde se oye un audio con chistes de Eugenio sobre tribus de caníbales. La risa, por su parte, es el sonido más común en el WC de Casa Gracia. Ubicado junto a una antigua sala acorazada, es conocido por tener un burro lavamanos con un pene sorprendente.

El efecto WOW es otro de los aspectos importantes a la hora de ir a evacuar. El Feroz de Pablo Peyra sumerge a los comensales en un lujo tropical, mientras que Enigma evoca la atemporalidad con metal, resina, cerámica y cristal en una obra de arte a cargo de RCR Arquitectes. El premiado lavabo de Alkimia, igualmente enigmático y gótico, ha sido ideado por Chu Uroz y External Reference. Por su parte, el de Pur | Impur, de Ingrid Picanyol Studio y LaGranja Design, recuerda a un Flash Flash del futuro.

Casa Gracia
El lavabo de Casa Gracia no deja indiferente a nadie.

No debemos olvidar que el Flash Flash de Federico Correa y Alfonso Milá fue pionero en los lavabos de diseño, con colores que representan el blanco de la pureza en la sala y el rojo de las emociones (fisiológicas) en los retretes. Los arquitectos también firman Il Giardinetto, con un WC que nos transporta a los bosques de castaños franceses. Croma by Flash, por su parte, es la respuesta de Llamazares Pomés Arquitectura a ese espíritu sesentero, con cabinas de baño verdes, naranjas, rojas y grises junto a la foto de la chica Flash sin su tratamiento gráfico habitual.

A veces, sin embargo, la originalidad se encuentra en otros aspectos, como la señalización del género con tenedores, bigotes o copas invertidas, que desafían a los muñequitos creados por British Rail a mediados del siglo pasado. Ahí destacan, por ejemplo, las fotografías aristocráticas del restaurante Avenir o el Guapos y Guapas de Bodega Solera. Además, también empiezan a aparecer inodoros washlets, que, como los de China Crown, calientan la tapa antes de sentarse y permiten poner música mientras se está en pleno asunto. El futuro, quizás, era esto.