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Una banca para un futuro más verde

Para las Naciones Unidas, atraer al sistema financiero es un elemento clave. Los bancos juegan un papel determinante en la consecución efectiva de los objetivos marcados en materia de sostenibilidad, porque son los primeros proveedores de financiación del mundo

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l pasado 26 de noviembre, 38 entidades financieras de todo el mundo se adhirieron al programa de Principios de Banca Responsable promovido por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente (UNEP FI por sus siglas en inglés). Las entidades firmantes asumieron de esta manera el compromiso de alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU y el llamado Acuerdo de París sobre cambio climático. Entre estos objetivos figuran erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. Además, los bancos firmantes asumen el compromiso de rendir cuentas públicamente sobre el impacto social, ambiental y económico de su actividad. En otras palabras, los clientes e inversores podrán tener acceso y comparar esta huella ambiental en la actividad de los bancos y por tanto, elegir en consecuencia. 

Para las Naciones Unidas, atraer al sistema financiero es un elemento clave. Los bancos juegan un papel determinante en la consecución efectiva de los objetivos marcados en materia de sostenibilidad, porque son los primeros proveedores de financiación en el mundo. De hecho, según los propios datos de Naciones Unidas, los bancos representan dos tercios de la financiación de toda la actividad económica que se genera en el mundo. Son, por tanto, la pieza necesaria para que el círculo se complete. En este sentido, para el subsecretario general de la ONU, Satya Tripathi, se trata de un avance importantísimo que sitúa la industria bancaria mundial en la línea de ver que “las empresas verdes y socialmente responsables son las mejores”.

Según el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, los principios de banca responsable “deben fomentar que los bancos adopten un papel líder en la construcción de un futuro más sostenible” y añade que “el futuro de la banca pasa necesariamente por una actuación responsable, que sume la rentabilidad con el mejor servicio a los clientes y un impacto social y ambiental positivo” 

En el grupo de entidades firmantes hay algunos de los principales bancos del mundo, como Barclays, Sociéte Générale, Citigroup, o ING, y entre ellos algunas de las principales entidades españolas. Para el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, se trata de “caminar hacia un nuevo modelo económico que haga sostenible y perdurable la creación de riqueza y que ésta se pueda distribuir de una manera más justa y equilibrada, de forma que se incluya a todos los países y capas de la sociedad”. CaixaBank es uno de los bancos españoles que se ha adherido a la iniciativa. Según su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, estos principios de banca responsable, “deben fomentar que los bancos adopten un papel líder en la construcción de un futuro más sostenible” y añade que “el futuro de la banca pasa necesariamente por una actuación responsable, que sume la rentabilidad con el mejor servicio a los clientes y un impacto social y ambiental positivo”. 

Este es un elemento importante, porque cada vez más clientes -tanto particulares como institucionales- y los inversores, tienen en cuenta estos elementos a la hora de evaluar si quieren trabajar con un banco o comprar acciones. Un ejemplo reciente lo hemos visto en el británico HSBC, que ha tenido que afrontar estos días la presión por parte de sus accionistas para que deje de financiar por completo centrales eléctricas a carbón. La entidad ya se había comprometido el pasado abril a no dar apoyo financiero a este tipo de proyectos, aunque estableció una moratoria hasta el 2023 en el caso de operaciones que tengan lugar en Vietnam, Indonesia o Bangladesh. Ahora, algunos grupos de accionistas del banco han firmado una carta conjunta para solicitar que HSBC no aplique esta moratoria, y que por tanto deje de financiar este tipo de centrales.

La ONU destaca que tras diez años desde el estallido de la crisis financiera, “la industria bancaria aún busca cómo reconstruir su compromiso con clientes y empleados y se encuentra en un momento en el que necesita definir y afirmar su rol y responsabilidad como financiador de un futuro sostenible”. 

No es el único ejemplo reciente. El también británico Standard Chartered, muy focalizado en el continente asiático y con importantes operaciones de financiación ligadas al sector del petróleo, anunció un cambio de criterios en su estrategia a futuro tras las presiones durante su última junta general de accionistas. Es una pauta que se repite, y no solo por la presión de los accionistas o de los propios clientes, sino también porque la industria financiera hace tiempo que ha entendido que la sostenibilidad es un valor al alza y estratégico en sus negocios. Desde Naciones Unidas se refuerza precisamente este aspecto estratégico cuando se explica porque se ha arrancado precisamente ahora esta iniciativa. En su web sobre el programa de banca responsable, la ONU destaca que tras diez años desde el estallido de la crisis financiera, “la industria bancaria aún busca cómo reconstruir su compromiso con clientes y empleados y se encuentra en un momento en el que necesita definir y afirmar su rol y responsabilidad como financiador de un futuro sostenible”. 

En este mismo sentido, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, aseguraba hace pocas semanas durante unas jornadas sobre banca y sostenibilidad, que los bancos pueden tener un papel clave: “Si en un futuro próximo las entidades identifican, cuantifican y mitigan los riesgos de una forma adecuada, no solo estarían contribuyendo a la estabilidad del sistema financiero, sino que además actuarían como catalizador del cambio”. Es el resumen y el espíritu que se recoge en el acuerdo de las Naciones Unidas: la banca es necesaria, y además puede ser el motor definitivo para generar el cambio de pauta en la economía.

En esta primera etapa, los impulsores de la iniciativa participarán en un periodo de consulta que culminará el próximo septiembre, cuando se publiquen las primeras conclusiones en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas. Todos los bancos y organizaciones que participan en el programa podrán presentar sus comentarios y observaciones para el desarrollo futuro de los principios de banca responsable. En el fondo, se trata de abrir una operación de benchmark global de la banca, en la que las entidades no solo marquen objetivos y acciones, sino que también se sometan a la evaluación del impacto que tengan sus políticas.

Con todo, aún queda mucho por hacer. El grupo de bancos que ya se ha adherido a los principios de banca responsable suma más de 17 billones de dólares en activos combinados, pero es todavía un porcentaje pequeño sobre el total de entidades que hay operando en el mundo (se calcula que alrededor de 25.000). Es un camino largo, pero los expertos creen que la presión social es cada vez más elevada y que todos aquellos bancos que no quieran desaparecer del mercado tendrán que acabar aceptando este paso. De momento, ya hay un primer grupo de entidades que va abriendo camino y que establecerán las pautas para hacer una banca responsable con el entorno.

SEIS PRINCIPIOS PARA CAMBIAR EL MUNDO

Los principios de banca responsable incluidos en la iniciativa de Naciones Unidas y que han asumido todas las entidades firmantes del acuerdo son los siguientes:

  • Alineamiento: “Alinearemos nuestra estrategia de negocio para que sea coherente y contribuya a las necesidades de las personas y los objetivos de la sociedad, tal y como se expresa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG), el Acuerdo de París sobre el Clima y los marcos nacionales y regionales pertinentes. Enfocaremos nuestros esfuerzos allá donde tengamos un impacte más significativo”.  
  • Impacto: “Aumentaremos constantemente nuestros impactos positivos al mismo tiempo que reduciremos los impactos negativos, y gestionaremos los riesgos para las personas y el medio ambiente que resulten de nuestras actividades, productos y servicios”. 
  • Clientes: “Trabajaremos responsablemente con nuestros clientes de productos y servicios para fomentar las prácticas sostenibles y generar actividades económicas que creen prosperidad compartida para las generaciones actuales y futuras”. 
  • Accionistas: “Consultaremos, participaremos y nos asociaremos de manera proactiva con accionistas relevantes para conseguir los objetivos sociales”. 
  • Gobernanza y fijación de objetivos: “Implementaremos nuestro compromiso con estos principios a través de un gobierno efectivo y de una cultura de banca responsable, demostrando ambición y responsabilidad al establecer objetivos relacionados con nuestros impactos más significativos”. 
  • Transparencia y rendición de cuentas: “Revisaremos periódicamente la implementación individual y colectiva de estos principios y seremos transparentes y responsables de nuestros impactos positivos y negativos, y de nuestra contribución a los objetivos de la sociedad”.