Liber 2024
El libro infantil se mantiene como uno de los grandes protagonistas de Liber.

Un Liber entre libros e impresoras

La feria prueba por primera vez la colaboración con el salón de la industria gráfica Graphispag

El equipo directivo de la editorial Vicens Vives, con Pere y Jaume Vicens a la cabeza, observa atentamente una de las últimas novedades expuesta en el estand de OPQ Systems, distribuidora barcelonesa de máquinas para la encuadernación de libros. Aprovechan así la coincidencia de dos salones en Fira Gran Via como Liber, feria internacional del libro en español, y Graphispag, salón de la industria gráfica y la comunicación visual.

Desde el martes hasta este jueves, Liber y Graphispag comparten por primera vez un pabellón en el recinto de L’Hospitalet de Llobregat, separados tan solo por el pasillo central, con el objetivo de acercar dos sectores que dependen el uno del otro. Después de que la amenaza del ebook quedase en nada, el libro en papel continúa representando el 95% del negocio y cualquier novedad en las técnicas de impresión interesa a las editoriales, sobre todo, aquellas que permitan hacer sostenible pequeñas tiradas de libros con poco movimiento. “Se está afianzando la aparición de nuevas tecnologías que están evolucionando de manera rápida y clara. Esto implica que estamos en el camino de cambiar la forma de imprimir libros”, valora el presidente de Liber, Daniel Fernández.

Dos mundos cercanos pero muy diferentes, entre la tranquilidad que se respira en Liber, con sus asistentes hojeando libros en todo momento, y el bullicio que predomina en Graphispag, con impresoras funcionando a todo trapo. Más allá de la incursión de Vicens Vives, cuesta encontrar estands con propuestas para la industria del libro, tal y como se constata en las pocas acreditaciones de Liber que se ven entre los que pasean entre máquinas.

Si en Graphispag las innovaciones están a la orden del día, con impresoras que utilizan como soporte de impresión cualquiera que uno se pueda imaginar y con soluciones de packaging que sorprenden, hay que decir que en Liber la cosa no va por ahí. Hay inventos que una vez ideados no se pueden mejorar más. Desde hace siglos, la fórmula de una tapa y muchas hojas no hay nadie que la supere, como bien defiende Irene Vallejo en El infinito en un junco (Siruela). Aparecerán booktubers y todo lo que se quiera, pero eso de pasar páginas aún no hay nadie que se haya atrevido a decir que es de boomer.

“El libro se tiene que tocar”, remarca la directora editorial del grupo Anaya, Luisa Gutiérrez, rodeada de ejemplares de Alianza Editorial, Cátedra, ADN, Larousse y Bruño. Así se hace en Liber, una gran librería en la que, más allá de descubrir las últimas novedades, se cierran acuerdos. Un tercio de las exportaciones del sector editorial español se firman en la feria. “El negocio se desarrolla todo el año, pero el verse sigue siendo muy importante”, defiende Gutiérrez. Al congreso asisten distribuidores y bibliotecas de otros países, especialmente de América Latina, con quienes se va hablando siempre, pero hasta que no se comparte una comida no se ve todo más claro. En esta edición, se prevén más de 3.500 encuentros de negocio entre los 7.000 profesionales que asistirán al recinto ferial, de los cuales el 40% serán internacionales.

Con la inteligencia artificial sobrevolando las conversaciones, Liber representa un escaparate internacional para las grandes editoriales, pero también para las pequeñas. Lo defiende el librero Rafa Gutiérrez, de la gijonense La Buena Letra, quien hace años que participa en representación de la editoriales asturianas y, a pesar de trabajar con ellas día a día, es aquí donde constata el impacto que tienen en el sector, más allá de sus fronteras. Ahí aparece en acción, por ejemplo, Hoja de Lata, una pequeña editorial independiente con sede en Gijón que ha sido la encargada de rescatar del olvido a la escritora madrileña Luisa Carnés con Tea Room, Rosalía y Juan Caballero. “No se les reconoce tanto en Asturias como fuera”, enfatiza Gutiérrez.

“El libro se tiene que tocar”

Una puerta al mundo que no duda en aprovechar la centenaria editorial barcelonesa Joventut, a quien hay que agradecer que acercase localmente las aventuras de Tintín y participa cada año en Liber. Lo hace tanto para reencontrarse con sus clientes habituales como para captar a nuevos, según señala su coeditora, Mar Zendrera. “Es una gran oportunidad”, sostiene, sabiendo que muchos de los encuentros acaban con pedidos de por medio, más para las editoriales dedicadas a la literatura infantil y juvenil, la que más está funcionando en los últimos años, no solo en exportación, sino también a nivel interno, recalca Zendrera.

Un liderazgo que la literatura infantil y juvenil, sorprendentemente, comparte en Liber con los sellos religiosos, quienes están apostando por nuevas líneas de negocio como los libros de autoayuda. Es el caso de Paulinas, una editorial con sede en Madrid. “Tienen bastante tirada”, sostiene su directora editorial, Ester Marco. Este año presentan Si no lo buscas no lo encuentras Lo que tu eres para mí, así como una guía fácil para saber qué hacer en misa.

Asistentes Liber 2024
Liber 2024 prevé la participación de más de 7.000 asistentes.