Barcelona tiene la suerte de poder ofrecer a sus ciudadanos y visitantes la posibilidad de experimentar un placer visual excepcional: contemplar el paisaje que forman los viñedos. En poco más de media hora en coche se puede llegar a la comarca del Penedès, que estos días ofrece un auténtico espectáculo primaveral gracias al enérgico verde que brota de las hojas de las cepas. Aunque la comarca está, desafortunadamente, muy triturada por el exceso de infraestructuras, son muchos los parajes idílicos que se pueden contemplar gracias al esfuerzo y dedicación de los viticultores que, generación tras generación, luchan por preservar este patrimonio.
La mejor forma de descubrir estos paisajes es acercándose a cualquiera de las bodegas de la comarca, que abren las puertas a los visitantes no sólo para dar a conocer y vender sus vinos, sino también para mostrar y poner en valor ese entorno. Ahora que las restricciones impuestas por la pandemia van quedando atrás, las bodegas del Penedès han reiniciado su actividad enoturística y presentan novedades como La Barbequiú Bubbles & Food, el nuevo espacio gastronómico al aire libre que ha creado Torelló Viticultors.
Se trata de una amplísima terraza rodeada de viñedos situada en la histórica finca Can Martí, en el término municipal de Gelida, que la familia Torelló cultiva desde hace más de 600 años. La propietaria de la bodega, Ernestina Torelló, y sus dos hijos, Paco y Toni de la Rosa Torelló, han querido poner en marcha este proyecto conscientes de que “el enoturismo era una asignatura pendiente de la bodega”. Ahora dispondrán de un espacio donde organizar veladas gastronómicas y todo tipo de actividades que contribuyan a lograr uno de los principales objetivos de las bodegas que forman parte de la nueva marca colectiva de vinos espumosos de calidad Corpinnat: dar a conocer el territorio de procedencia de sus vinos.
Para estrenar La Barbequiú, Torelló ha programado para los sábados 5, 12, 19 y 26 de este próximo mes de junio un programa de visitas con almuerzo-barbacoa incluido. “Nos encanta recibir gente, nos encanta la gastronomía y nos encanta la música”, explica Toni de la Rosa, ilusionado con esta iniciativa, que continuará durante el mes de julio gracias a la participación activa de Torelló en el primer Festival Gastronómico Corpinnat, que se celebrará entre el 15 de junio y el 15 de agosto en las once bodegas que forman parte de la asociación.
Los visitantes que se apunten a las barbacoas de Torelló podrán disfrutar de una visita a la bodega y luego comer, a pie de viña y con música pinchada por un Dj., un menú cerrado que incluye ensalada; brochetas con dátiles, bacon y piña; huevos de codorniz con sobrasada; butifarra con judías de Santa Pau; chistorra, entraña de ternera y carquinyolis. Con un aforo máximo de 40 personas, el precio de la experiencia Barbequiú será de 55 euros con una botella de Corpinnat Torelló cada dos personas.
A partir del 29 de junio y durante todo julio, la bodega acogerá nueve de las cenas previstas en el Festival Gastronómico Corpinnat, que se ha organizado con el objetivo de dar a conocer las bodegas y también para ayudar a la reactivación del sector de la hostelería, clave para las empresas que forman parte de la marca colectiva. Concretamente, en Torelló se ofrecerán cenas preparados por los chefs de los restaurantes Passadís del Pep (Barcelona), Sidreria La Muralla (Cambrils), Kauai (Gavà), Mordisco (Barcelona), Syrah (Girona), Botafumeiro (Barcelona), Bar Pinotxo La Boqueria (Barcelona), Cal Ticus (Sant Sadurní) y Sheyton by David Molina (Lleida).
Con estas cuatro barbacoas y las nueve cenas, Torelló quiere dar respuesta a la creciente demanda de actividades al aire libre y dinamizar su vertiente enoturística. Si la experiencia funciona, se prepararán nuevas propuestas para este espacio de cara a la próxima vendimia.
Torelló Viticultors deja así atrás un año 2020 que ha sido también dramático para el sector del vino, muy perjudicado por el cierre de la hostelería. La bodega ha podido mitigar parcialmente este impacto gracias a que ha podido seguir exportando y al incremento de ventas en los supermercados, donde ha ganado nuevos clientes como la cadena Ametller Origen. En total, el año se ha cerrado con un descenso de ventas del 20%. Antes de la pandemia, la empresa familiar comercializaba unas 500.000 botellas, de las que 310.000, aproximadamente, son espumoso Corpinnat y el resto botellas de vino tranquilo.
Este volumen de producción no se podrá mantener con el vino obtenido en esta última vendimia de 2020, que ha sido fatídica por la afectación del hongo mildiu, que redujo en un 70% el volumen de kilos de uva vendimiadas. Hay que tener en cuenta que el 100% de los viñedos de la bodega son ecológicos y, por tanto, forman parte de los más afectados del Penedès, ya que no se pudo combatir esta plaga con productos químicos.