Muchas veces cuando se pasea por el Sónar+D, las conferencias y la zona expositiva del festival de música electrónica, se ven proyectos que parecen de otro mundo. Hacen gracia y uno piensa que quedan demasiado lejos. Pero, ay, luego pasan los años y todo el mundo habla de ellos, unos viendo la panacea a problemas que ni se sabía que existían y otros sintiéndose completamente aterrorizados ante cualquier desvío.
Así ha pasado con la inteligencia artificial (IA), con una primera ponente mencionándola en la edición de 2016, hace ya siete años, cuando se hablaba de cómo las empresas usaban cada vez más en su beneficio los datos que se les ofrecía alegremente. Un año más tarde, la palabreja protagonizaba instalaciones artísticas y se llevaba algunas ponencias destacadas, con la participación del director del programa de IA de Google, Kenric McDowell, pensando cómo se iba a transformar el arte con el uso de los algoritmos, y la del investigador de Google Magenta Douglas Eck, analizando los avances que también podían tener en el campo de la música.
De esos primeros pinitos a que este año la IA sea la gran protagonista del Sónar+D. Más de 100 proyectos forman parte de la zona expositiva, con iniciativas pioneras como una IA que juzga a quien se le pone por delante, para bien o para mal, diciéndote de todo menos cosas buenas si no le caes en gracia. También ha participado la artista local Maria Arnal, en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center (BSC), con una herramienta musical basada en IA para superar los límites físicos de la voz humana, o la startup barcelonesa Krea, la creadora de una plataforma de diseño para crear vídeos e imágenes con IA que está pensada para cualquiera, tanto si son profesionales como si no lo son, y que ya la han empezado a utilizar en Pixar.
Si en general las tendencias populares en el escenario son las que acaban incluyéndose en el programa congresual y expositivo, esta vez, los papeles se han invertido. “Se empezó a hablar en el Sónar+D y ahora son los artistas quienes la han incorporado”, expone su comisaria, Antònia Folguera. De hecho, hace tres años, cuando se celebró la primera edición de AI & Music, programa de la Comisión Europea para evaluar la relación entre IA y música, tuvieron problemas para encontrar músicos que usaran esta tecnología de manera relevante. Este año, volviendo a organizarlo, el panorama ha cambiado completamente.
Hasta la utilizan artistas del cartel del Sónar 2024 como la iraní Sevdaliza, nombre habitual en muchos festivales, sin ir más lejos, el año pasado en el Primavera Sound. “La IA se ha hecho más accesible y ha acabado impregnando todo el festival. Está muy presente en la sociedad y los artistas no son impermeables”, remarca Folguera, quien hace unos años hubiera pensado que la realidad virtual iba a ser la que se iba a popularizar más. Para los que duden sobre su uso y aún les parezca demasiado futurista, pueden ir a buscar al avatar Laura AI, desarrollado por la empresa barcelonesa Lowkeymoves, quien se ha empollado todo lo que se hace en el Sónar, también la historia del festival o posibles temas de conversación pensando en el perfil de sus asistentes, para responder a cualquier pregunta, como cuándo toca el artista que quieren ver o hasta qué hora van a poder estar bailando. A ver en unos años quién atiende en una estación cuando no se encuentre el andén.
